04/08/24. Solemos identificar los movimientos sociales por lo que hacen, lo que han hecho y las herencias que nos transmiten. Pero también hay nombres que se quedan, resuenan en lo más profundo de nosotros para seguir afianzando la lucha por un mundo mejor.
Hay quienes, sin embargo, desprecian, obvian, olvidan lo que otras y otros han hecho para que su vida tenga un poco más de sentido, son los que prefieren seguir alienados, ajenos a sí mismos. Remarquemos el género, hay quien se niega siendo mujer, siendo hombre, en su condición social, víctimas del colonialismo, del racismo, queriendo parecerse fenotípicamente a otro rostro, a otro cuerpo, porque se les ha instaurado en la psique que lo que es no es, no es bello, no merece atención, donde por ejemplo, el cuerpo y sus herencias, se niega.
Vigente está aquella enseñanza de Fanon: piel negra, máscaras blancas… (quien por cierto, luchó por la liberación de un país hermano llamado Argelia) hay quien lleva orgullosa y orgulloso su máscara pensando que así sólo puede ser…
Resulta que hace tiempo, desde nuestro país, una mujer, como muchas otras, decidió no sólo no llevar máscara, sino hacerse desde múltiples trincheras, digna de su propio nombre que evocaba toda una ancestralidad y al mismo tiempo, una conciencia firme sobre lo que es ser mujer en el presente histórico que nos ha tocado vivir.
Esa mujer nos hizo ver que la patria y la soberanía y el mismo nombre de Venezuela son sinónimos de la palabra mujer, que hay nombres que vuelan alto y aterrizan en nuestros cuerpos para hacerlos vibrar, que la lucha por lo que nos identifica como hermanos de una misma humanidad tan diversa en sus colores, en sus tradiciones, nunca es en vano, y que la historia se hace de pura entrega amorosa o simplemente no es.
Hija de los combatientes por la emancipación como Rosario López y de Pedro María Laya, en tiempos de la dictadura de Juan Vicente Gómez, Argelia Laya (10/07/1926 - 27/11/1997), siguió este importante legado, hasta formar filas en la lucha armada revolucionaria, en el Partido Comunista de Venezuela, como parte de la Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, donde fue llamada “La Comandanta Jacinta”. Además, llegó a formular el conocido e importante Plan Nacional Educando para la Igualdad en pro de la paz y la justicia de todas y todos.
Actualmente seguimos su ejemplo de entrega por abolir todas las formas de discriminación, especialmente aquellas por diferencias de género, fenotípicas, de clase… porque creemos en una humanidad que es capaz de reivindicar para sí, todas las herencias que nos encaucen hacia el buen vivir. Por eso hoy más que nunca decimos, gracias, Argelia, gracias. Y aunque en tu honor varios centros de formación llevan tu nombre, como por ejemplo: la Universidad Politécnica Territorial de Barlovento y la Escuela Feminista del Sur, todavía nos queda mucho por hacer. ¡Sigamos!
POR BENJAMÍN MARTÍNEZ • @pasajero_2
ILUSTRACIÓN JADE MACEDO • @jademusaranha