12/09/24. “A los jóvenes no les gusta la música venezolana” es un lema que se suele escuchar con frecuencia. Hasta locutores y muchos profesionales lo repiten. Realmente es un lugar común que termina haciéndole daño al acervo musical y cultural de esta tierra. Pero resulta que cada vez más aparecen propuestas, de distintas partes del país, haciéndole honor a las raíces sonoras y demostrando que sí hay una generación amante de las tradiciones. Zaperoco Musical es otra de esas búsquedas espontáneas que abrazan los valses, danzas, merengues caraqueños, joropos, golpes de tambor y más estilos venezolanos.
El nombre Zaperoco sale porque no teníamos definido como un género, en realidad tocábamos de todo un poco...
Isabel Toledo (cantante, compositora y pianista) y José “Goyo” Castro (guitarrista, arreglista, compositor y docente egresado del Pedagógico de Caracas) son los creadores de la iniciativa que tiene dos objetivos principales: primero, hacer música, y segundo, la parte educativa que se relaciona con la enseñanza a niños, jóvenes, adultos, músicos y personas de distintas edades y oficios.
Todo comenzó de manera informal, como un juego entre amigos artistas. “Nos reuníamos, hacíamos todo tipo de música, realmente era muy divertido. Yo estaba terminando la tesis en la universidad, en el área de Publicidad, y dije: pero qué tal si hago una tesis de algo que tenga que ver con lo que amo, que efectivamente es la música, y esa tesis se llamó Campaña publicitaria para dar a conocer a un grupo. El nombre Zaperoco sale porque no teníamos definido como un género, en realidad tocábamos de todo un poco, pero luego nos dimos cuenta de que el zaperoco es una palabra muy venezolana”, comentó Toledo a propósito de los inicios del proyecto que reunió a varios y, a la final, sólo se quedaron ella y Castro.
La cotidianidad es un zaperoco
En un comienzo, Zaperoco Musical se presentaba en bares y restaurantes, asunto que no les fue fácil porque son espacios que acostumbran a solicitar música popular bailable conocida, y ellos insistieron en mostrar un repertorio tradicional venezolano y latinoamericano. Lo que empezó como una actividad informal, terminó en una propuesta musical y educativa.
“Empezamos a trabajar la parte educativa y le pusimos Zaperoco Educativo. Nos planteamos hacer un plan vacacional, un área formativa para adultos, adolescentes y niños, que tenga que ver mucho más con la música y el sentir. Esto como primer foco: cómo a través de la música puedo ayudarme en mi día a día para generarme calma, antiestrés, para ver la vida de otra manera y allí lanzamos un montón de ideas”, señaló Castro sobre ese componente pedagógico que incluye la Metodología del Zaperoco, ya que las clases son lúdicas, completamente diferentes a la enseñanza formal.
“El zaperoco es algo muy nuestro; entonces, ese zaperoco que tenemos adentro es lo que honramos cuando damos clases y, por supuesto, son clases dinámicas, holísticas, divertidas, con una metodología particular. Yo vi clases de composición de canciones con Andrea Paola Márquez y Jorge Torres, y luego con Marta Gómez, que es una compositora colombiana”, agregó Toledo.
El dúo se encuentra trabajando en lo que será su primer disco, Caminando voy, una producción acústica que contendrá temas propios y de autores venezolanos, así como también una variedad de géneros venezolanos, latinoamericanos y fusiones, porque el dúo tampoco se queda en el purismo, sino que le gusta experimentar con los ritmos. Sobre este álbum, Toledo dijo que “seguimos caminando con más conciencia de lo que estamos haciendo, y cómo nuestro proceso musical va cambiando y cómo nos adaptamos a esos cambios”.
POR MERCEDES SANZ • @mercedes.jazz
FOTOGRAFÍAS CORTESÍA