19/09/24. Tiene sus orígenes a principios del siglo XX. Se cuenta que nació para competir con las figuras animadas de Disney. Varios portales refieren que su origen está relacionado con tradiciones del país asiático como los cuentacuentos ambulantes y, específicamente, con los mangas, una tradición gráfica cuyo origen data de los siglos XI y XII.
...el anime ofrece una construcción psicológica y filosófica del personaje que invita a la reflexión.
Si bien el animé es parte de la cultura japonesa, ha ganado popularidad a nivel mundial entre niños, jóvenes y adultos. Ofrece historias que van desde los comienzos de la civilización nipona, el feudalismo, hasta relatos de ciencia ficción, fantásticos, románticos, entre otros. Algunos ejemplos que recogen estos géneros son: Dororo, Samurai X, Kaiju, Dragon Ball, Naruto, Kimetsu No Yaiba, Mazinger Z.
La influencia anime en la infancia
Para muchos padres, madres y representantes, hay temas o contenidos en el anime que resultan preocupantes. El doctor en Ciencias de la Educación, con postdoctorado en Nuevas Tendencias Educativas en América Latina, Jack Bravo, reconoce que el anime se caracteriza por sus narrativas multiculturales, y transmite metamensajes que, aunque arraigados en la cultura japonesa, también contiene “la occidentalización de algunas propuestas”, y aborda valores universales como el honor, la resiliencia, la inclusión y la cooperación.
“Plantea una comunión con la personalidad del personaje principal o secundarios, que más allá de sus características e identidades, logra desarrollar un proceso de empatía y entendimiento no sólo físico, sino también mental y espiritual, lo que permite al niño y niña desarrollar herramientas de vida”, expuso el también presentador del programa Átomun transmitido por TeleSUR.
Igualmente, representa una amplia gama de experiencias humanas, permitiendo a los chamos y chamas conectarse emocionalmente con las historias, ayudándoles a entender que en la vida existen muchos retos que pueden enfrentar.
Jack sumó a su análisis que la narrativa del anime invita a los espectadores a reflexionar sobre su propia identidad, promoviendo un sentido de pertenencia y autoconocimiento. Asimismo, mediante temas como la amistad, la solidaridad y el compromiso, fomenta una apreciación más profunda del sentido humano.
“Más allá de la fantasía o situaciones asombrosas, conserva el valor de la humanidad, y cómo apreciar la diversidad e inclusión en primas, no sólo en blanco y negro, sino también desde diversas dimensiones, ya que se trata de reconectar con el ser y reconocernos sin importar como luzcamos”, explica Jack.
La Violencia en el anime
Hay series populares como Demon Slayer, Dragon Ball o Jujutsu Kaisen que han desatado estas inquietudes. En este caso, Jack sugiere “evitar prejuicios” sin antes explorar las historias y el arte que estas series presentan. La violencia en el anime a menudo refleja conflictos emocionales y sociales, y puede ser una oportunidad para discutir temas importantes con sus hijos o hijas.
“Se debe estar atento a los contenidos, apreciar esos mensajes que se transmiten y establecer una retroalimentación. Por ejemplo, ese sentido de protección, hermandad, trabajo duro y sacrificio que realiza Tanjiro Kamado en Kimetsu No Yaiba, sin estigmatizar su función como espadachín”, puso como ejemplo el especialista.
Beneficios del anime frente a otro estilo de series animadas
Una de las características distintivas del anime es su complejidad narrativa. En ese sentido, Jack aseguró que, a diferencia de otros géneros animados que pueden presentar personajes que pueden ser el "bueno" o el "malo", el anime ofrece una construcción psicológica y filosófica del personaje que invita a la reflexión.
“Sobre todo esas donde el protagonista se va creando y descubriendo su fortaleza física y mental, que describe la importancia de luchar por sus metas y sueños superando obstáculos y barreras”, relató.
En ese autodescubrimiento, inspiran a los espectadores a seguir sus metas, aspecto que en los niños y niñas es positivo para forjar su carácter y compromiso con ellos y su círculo social.
La comunidad de fanáticos del anime ha crecido de manera orgánica gracias al intercambio en plataformas digitales. Aunque hay un proceso de comercialización y consumismo, los otakus, que buscan encarnar a sus personajes favoritos a través de un cosplay, convierten el anime en algo que “trasciende la pantalla y alimenta de experiencias a sus entusiastas”.
En definitiva, puede emplearse el anime como una herramienta para la formación de valores, con un enfoque crítico y orientado hacia el diálogo con los niños y niñas, guiándolos en su disfrute.
POR SARAH ESPINOZA • @sarah.spnz
FOTOGRAFÍA DENNYS GONZÁLEZ • @dennysjosegonzalez