19/11/24. Siempre me atrajo la danza contemporánea. Esas líneas que dibujan los cuerpos con cada movimiento en el escenario. Me asombra la capacidad que tienen quienes practican este arte, para disponer de cada extremidad, de sus manos, de sus huesos, de sus músculos, y expresar emociones. En fin, compositor de poesía.
Mi visión es innovadora, bastante rebelde, muy caribeña... como yo me identifico, que soy una mujer con rasgos indígenas, artista independiente...
Éter (@eter_companiadanza) es una Compañía de Danza Contemporánea que hace honor a su nombre. A la volatilidad, al flujo, pero, al mismo tiempo, al cielo. Selene Bautista (@selene_baptist), la directora de esta agrupación artística, me contó que el proyecto nació desde su necesidad como creadora de enseñar.
Si bien ella no es graduada en esta carrera, a medida que progresaba en la consolidación de su metodología e investigación corporal, crecía “la necesidad de querer enseñar lo que había desarrollado a nivel de movilidad y de técnica”.
Este grupo sincretiza la danza, el teatro y otras manifestaciones artísticas, está en constante cambio a partir de las propuestas que Selene tiene como artista y profesora. Además, Éter busca resaltar las capacidades que tienen las mujeres en escena.
Los lunes, miércoles, jueves y viernes, se encuentran las protagonistas en la torre Mohedano de Parque Central, lugar en el que se da el intercambio de saberes y donde, adicionalmente, se tejen proyectos como Collage, una innovadora propuesta escénica que incluye danza, poesía y artes visuales, y que será estrenada el 13 de diciembre.
“Es una puesta en escena que apuesta al mundo emocional de las personas a través de la palabra dada llevada al cuerpo”, dijo mi entrevistada.
Te invitamos a leer este diálogo con Selene, donde descubrirás otros conceptos y una metodología interesante que busca darle un giro a ciertos estándares de la danza clásica.
¿Cómo nació Éter y cómo ha evolucionado desde su creación?
Éter nace como espacio donde doy respaldo a la necesidad de enseñar a otros cuerpos el lenguaje de la danza. Además, donde nos nutrimos mutuamente, porque la enseñanza es un dar y recibir. También aprendo de cada persona que viene a este espacio.
Entonces, Éter es el resguardo de un lugar que nace de la necesidad de querer enseñar y hablar a través de la danza con otros cuerpos. Como un espacio de investigación, exploración, de creación artística, enfocado, primeramente, en la danza contemporánea.
En Venezuela hay muchas academias, pero Éter es una compañía de danza. Además, un espacio dedicado netamente a la enseñanza y el aprendizaje de la danza contemporánea. Y nace, debido a que en Venezuela no hay un auge de la danza contemporánea. Tampoco espacios donde se enseñe, más allá de la Universidad de las Artes, UNEARTE y la Compañía Nacional de Danza del Teatro Teresa Carreño.
¿Cómo ha evolucionado desde su creación?
Con decirte que comencé en un espacio por La Bandera, que no era el más óptimo. Éter nació desde abajo, desde el lugar más recóndito. En la actualidad estoy en el Parque Central, un espacio que cumple medianamente las condiciones adecuadas. Pero sí siento que ha evolucionado mucho.
Porque Éter además es mi esencia. Un espacio donde transmito lo que sé, lo que he creado, y por lo tanto tiene mi esencia. Ha evolucionado mucho, al mismo tiempo que yo he evolucionado como bailarina, como intérprete, como tallerista, docente, como investigadora del cuerpo, como creadora escénica.
En un principio me dedicaba sólo a dar clases, ahora participamos en festivales y eventos, como el de Festival de Círculo Escénico, el Encuentro de Mujeres Creadoras, el Festival del Movimiento de Mérida.
¿Cuál es la visión artística de Éter y qué temas o mensajes intentas comunicar a través de las obras que presentan?
Es una visión artística muy poética que busca innovar cien por ciento y revolucionar lo que hasta ahora se ha establecido con la danza contemporánea. Yo siento que a nivel de creación y movilidad todavía aquí en Venezuela nos mantenemos mucho en lo que es la danza de los ochenta. Si bien existen las creaciones de nuevos lenguajes, siento que es un poder que se ha mantenido centralizado en ciertos grupos de personas que manejan estos espacios que ya están establecidos para la danza y, por lo tanto, para la creación, y que suelen resaltar más.
Mi visión es innovadora, bastante rebelde, muy caribeña, y nace principalmente desde las raíces, lo que me compone o, por ejemplo, como yo me identifico, que soy una mujer con rasgos indígenas, artista independiente que busca abrir espacios, nuevos espacios, justamente, para la creación de un nuevo lenguaje corporal, de nuevas ideas y propuestas que se fusionan con diversos elementos como la escritura, la poesía, incluyendo la investigación del movimiento, de la emocionalidad, cómo me muevo, qué quiero comunicar.
Lo que intento comunicar claro y fuerte es esa voz de la mujer venezolana, latina y además indígena. Te hablo desde mis bases, principios, aún me falta indagar más.
Buscar esa relevancia de la mujer en la sociedad, la reivindicación de la mujer, la voz de la mujer, la danza de la mujer, porque la danza en Venezuela es un espacio tomado por hombres, donde tenemos directores hombres, coreógrafos hombres, docentes hombres en su mayoría, y las mujeres, siempre forman parte del elenco.
Selene y Éter quieren comunicar a través de sus obras la presencia, la feminidad, la fuerza y la sensualidad de la mujer en escena.
Selene, cuéntanos, ¿de qué se trata tu innovadora propuesta para la danza contemporánea?
Desde Éter buscamos generar nuevos lenguajes plásticos y escénicos a través de la danza contemporánea que, a su vez, nació como un género que rompe esquemas ante el ballet. Actualmente, la danza contemporánea sigue teniendo rastros del ballet.
Antes, había muchas tablas técnicas que eran esquemas para el ballet. En la actualidad, muchas compañías del mundo, incluyendo aquí en Venezuela, se mantienen. Entonces, a nivel de lenguaje corporal, busco generar mi propia técnica y método de enseñanza, que den como resultado un nuevo lenguaje plástico, más animal, fusionado con lo latino, con lo caribeño, con lo que representan mis raíces, buscando una soltura corporal que, al mismo tiempo, sea fluida y que las personas puedan disfrutar, ya que durante mucho tiempo siempre ha existido el tema de la rigidez corporal, y de que todo tiene que estar muy estructurado.
Apunto a la diversificación del movimiento, haciéndolo más libre, suelto, más plástico. Mis propuestas a nivel de piezas de danza tienen que ver mucho con el tema de la poesía, la creación a partir de la emoción del ser.
Siempre trato de reflejar estos cuestionamientos que nos hacemos como seres humanos. Mis piezas nacen a partir de lo que a mí me está atravesando como mujer, como persona, como creadora.
Mi apuesta es rescatar el hecho de la danza en sus orígenes, sin dejar de lado el trabajo de los hombres, pero resaltando lo que las mujeres estamos haciendo. Llevarlo a las nuevas generaciones, porque también existe mucho aquí en el medio, esta necesidad de permanecer en lo ya establecido, en lo ya hecho. Yo busco romper con esa estructura.
La danza contemporánea a menudo se cruza con otras disciplinas artísticas. ¿Cómo integran los elementos de otras formas de arte en tus producciones?
El término danza contemporánea es un término muy amplio que no sólo se refiere a la danza como tal, sino que es todo lo que sucede alrededor. Incluyo las danzas urbanas, de calle, de las cuales ha sido partícipe.
Parte de mi investigación corporal estuvo dirigida a la línea del break, más que nada por el trabajo de piso, porque siento que las danzas de calle y la danza contemporánea se fusionan. Hoy en día, hay un auge como muy comercial en la danza contemporánea, que la gente cree que las danzas contemporáneas son acrobacias. Si bien las acrobacias también son parte y se pueden incluir en movimientos de la danza y en el lenguaje de la danza contemporánea, la danza contemporánea no solamente es eso.
También tengo el dance hall, géneros en los cuales he incursionado e investigado y los he fusionado de alguna forma con el estilo y con la movilidad que he ido desarrollando.
Del teatro tomo lo que es la presencia y la interpretación del actor. El intérprete de danza debería ser un artista integral, debería saber de actuación, de canto, entre otras cosas. De otras disciplinas me nutro y extraigo elementos necesarios al momento de interpretar, de componer y de llevar puesta en escena.
Siempre busco que se conecten y hacer una mezcla homogénea con otras disciplinas artísticas.
Cuéntanos, ¿de qué se trata la última producción de Éter?
Collage es literalmente un collage, donde se mezclan imágenes, la danza contemporánea, la poesía y un poco de actuación. De esa manera logro componer un mosaico de ideas, de emociones, sentimientos.
Es la última producción artística de Éter y una puesta en escena que apuesta al mundo emocional de las personas a través de la palabra dada, llevada al cuerpo.
Considero que representa momentos en los cuales las personas se pueden encontrar. Habrá momentos de mucha nostalgia, de tristeza, de ira.
Collage consiste en fragmentos que se compusieron por separado y tienen una duración aproximada de diez minutos cada uno, formando parte de una pieza de cuarenta y cinco minutos. En cada uno de ellos, el público se va a encontrar con discursos totalmente distintos, pero que, unidos, narran una sola historia.
POR SARAH ESPINOZA • @sarah.spnz
FOTOGRAFÍAS NATHAEL RAMÍREZ • @naragu.foto