12/12/2024. No había un club con una historia más desalentadora de fracasos estruendosos en el fútbol de Brasil que el Botafogo. Sus 120 años de existencia estuvieron marcados a “fogo” por los reveses sufridos en partidos cruciales, que lo dejaron sin chance de alcanzar la gloria en torneos internacionales, copas, cariocas o Brasileirão, hasta la llegada del venezolano Jefferson Savarino.
...Botafogo completó un año sin precedentes. Con Savarino como patrón en la mitad del campo, organizando la ofensiva del club, distribuyendo balones y cayendo como extremo por los costados, el equipo de Río de Janeiro también obtuvo el doblete.
Pero con la emblemática camiseta 10 a sus espaldas, Savarino torció el sino “pipoqueiro”, de pecho frío, que bien se había ganado el equipo albinegro y consiguió un trofeo que ni los legendarios Heleno de Freitas, Garrincha, Nilton Santos, Didi, Amarildo, Zagallo o Jairzinho lograron alzar con el equipo de Río de Janeiro.
La victoria 3-1 ante Atlético Mineiro consagró al Botafogo de Savarino y enterró la fama de equipo perdedor. Por primera vez llegaron a la final de la Copa Libertadores y conquistaron el anhelado título que habían dejado escapar en 1963, cuando el Santos de Pelé los apeó en las semifinales.
No conforme con esta hazaña, Botafogo completó un año sin precedentes. Con Savarino como patrón en la mitad del campo, organizando la ofensiva del club, distribuyendo balones y cayendo como extremo por los costados, el equipo de Río de Janeiro también obtuvo el doblete, al coronarse campeón en el Brasileirão, un título que sólo había obtenido en 1968 y 1995.
Los 29 años de espera por convertirse en el mejor equipo de Brasil llegaron a su fin, gracias al aporte de Savarino. El año pasado el Botafogo desperdició 14 puntos de ventaja en la cima, se desmoronó en las últimas fechas y cayó del primero al quinto lugar, en otro fracaso típico de la historia del club para permitir que Palmeiras se consagrara en Brasil.
Pero esta vez no falló. En la penúltima fecha Savarino anotó un golazo de media volea, a lo Zinedine Zidane en la final de Champions League, para vencer 0-1 al Internacional de Porto Alegre que permitió al Botafogo mantener su reducida ventaja de tres puntos en la cima sobre Palmeiras. Y en la última y decisiva jornada el marabino volvió a exhibir su talento. Pinchó un balón con suavidad para desairar al portero y abrir el camino al triunfo 2-0 ante Sao Paulo que selló la conquista del título y al inédito doblete de Libertadores y Brasileirão, desatando la locura de la afición albinegra, que había aguardado durante 120 años para vivir una alegría tan descomunal.
Savarino se unió así a una lista que sólo tenía a un integrante: Alejandro “Lobo” Guerra, el único venezolano de la historia que hasta ahora había ganado la Copa Libertadores, en 2016 con el Atlético Nacional de Colombia; y también el campeonato de Brasil, que obtuvo con Palmeiras en 2018.
La presencia del zuliano ha sido una marca diferenciadora que esta temporada se hizo sentir en los gramados de Brasil y Suramérica para avivar de nuevo la orgullosa llama del “Fogão”.
POR GERARDO BLANCO • gerarblanco65@gmail.com
ILUSTRACIÓN JUSTO BLANCO • @justoblancoru