30/01/25. Agustín Lara sentía una predilección natural por las cabareteras, pero lo admirable era su solidaridad con ellas. Era un maestro componiendo canciones arrabaleras, sensuales y sentimentales, no podía ser de otra manera, creció entre meretrices, de allí surgieron sus cantos del pecado en homenaje a sus musas semivestidas de la noche, los más emblemáticos fueron Pecadora, Aventurera y Pervertida.
...conocido por su habilidad para capturar la esencia del sentimiento humano en sus letras, utiliza la figura de la 'aventurera' para explorar la complejidad de las relaciones amorosas y la percepción social de la mujer que desafía las normas convencionales”.
Tejeda escribió que Lara sobrevivió de cabaret en cabaret, enamorándose, cantando y tocando el piano, viviendo con muchas prostitutas, recibiendo de una de ellas, a los treinta años, una herida que le marcó la cara para siempre. Suceso reseñado en mi entrega anterior, donde resaltaba el trato con guantes de seda a esos amores casi delictivos. Costaba creer que la misma noche de la agresión de Estrella, compusiera “Pecadora, con una sutileza inaudita, sin ningún tipo de insultos, sino con la ternura de un hombre herido de amor y de cachete”.
En Aventurera, Agustín maneja la autoestima de la meretriz: “Vende caro tu amor, aventurera/ Dale el precio del dolor, a tu pasado/ Aquél, que de tu boca la miel quiera/ Que pague con brillantes tu pecado/ Ya que la infamia de tu ruin destino/ Marchito tu admirable primavera/ Haz menos escabroso tu camino/ Vende caro tu amor, aventurera”.
En “La Doble Moral y el Amor Mercantilizado en Aventurera de Agustín Lara” encontramos: “… un clásico de la música latinoamericana que aborda temas de amor, desamor y juicio social. Agustín Lara, conocido por su habilidad para capturar la esencia del sentimiento humano en sus letras, utiliza la figura de la 'aventurera' para explorar la complejidad de las relaciones amorosas y la percepción social de la mujer que desafía las normas convencionales”.
"En la letra, el narrador aconseja a la mujer que ha sido etiquetada como 'aventurera' que 'vende caro' su amor, sugiriendo que, si la sociedad ya la ha juzgado y condenado por su pasado y sus decisiones, ella debería al menos obtener algo a cambio de la condena que lleva". (Quien así analiza es Juliana, en la página Letras…). "La canción refleja una crítica a la doble moral de la sociedad, que al mismo tiempo que desprecia a la mujer por su libertad, también está dispuesta a pagar por su amor. La mención de 'brillantes' para pagar el 'pecado' es una metáfora de cómo el amor se convierte en una transacción, y cómo la dignidad y el afecto se mercantilizan”.
En su artículo Calles y Avenidas: Agustín Lara, entre amor y desamor, Ángela Peña nos cuenta: “En una época fueron prohibidas algunas, como Pervertida, Aventurera, Imposible, Piensa en mí, consideradas inmorales por una Liga de la Decencia dirigida por un obispo de la Ciudad de México, que consideraba que no exaltaban a mujeres virtuosas, sino a prostitutas, y que, además, profanaban a Dios, como Palabras de mujer, que lo desafiaba: “Aunque no quiera Dios, ni quieras tú, ni quiera yo, hasta la eternidad te seguirá mi amor”.
Lara terminó como un delincuente sentimental, que sólo vino a redimir su boda con la extraordinaria actriz María Félix, el 24 de diciembre de 1945 en Acapulco. Aunque siempre fue un reincidente, como decían en mi pueblo, la putería no se cura, ya hemos contado que vivió alternada y clandestinamente con una meretriz, Raquel Diaz de León en Coyoacán, mientras estaba casado con La Diva, la María Bonita de sus inspiraciones.
Otro de los momentos importantes de este bolero fue su presencia en el cine. En una de las escenas más importantes de La devoradora (1946), María Félix baila con Luis Aldás, Aventurera. La escena muestra de forma explícita que la composición alude al carácter de la protagonista. El personaje de María Félix en esta cinta dramática de Fernando de Fuentes coquetea con dos hombres, mientras planea un ardid para salir de un grave problema donde se ha metido. Este bolero también aparece en la voz de Pedro Vargas en una de las cintas más importantes del llamado cine de rumberas, Aventurera (1950), dirigida por Alberto Gout, un director que se especializó en un subgénero del cine ‘cabaretil’. En la escena aparece Ninón Sevilla en el rol de Elena, una vedete con una vida tormentosa, en el personaje de la inocente Elena Tejero que por cosas del destino deviene en prostituta en: “La historia escrita por Álvaro Custodio con un innegable manejo maestro del crescendo dramático fusiona elementos clásicos del melodrama arrabalero con trazos del cine negro”.
La acción arranca en Ciudad Juárez, Elena es una muchacha de su casa, recatada y modesta, pero cuando su madre huye con su amante, amigo del esposo quien no supera la afrenta y se suicida. Elena queda desprotegida y cae en manos de Lucio, quien la vende a la casa de citas de Rosaura, una madama que lleva doble vida, seis meses en el cabaret, y seis meses como gran dama de la sociedad de Guadalajara, quien la somete cruelmente, hasta que la trama trae el desenlace de un hijo de Rosaura que termina enamorándose de Elena y se casa. Con el tiempo a Elena le llega la hora de la revancha. El propio culebrón, pues.
Y la otra que vi donde aparece Aventurera, fue Noches de ronda en la que Ramón Armengod personifica a Ramón Esparza, hipotéticamente Agustín Lara en la ficción, quien deberá decidirse entre Olga (María Antonieta Pons), una famosa rumbera y Rosa, el gran amor que lo ayudó en la mala. Al final le dedica Aventurera a Olga, pero Rosa muere lamentablemente de un infarto, no sin antes darse el último beso.
Si le gustan los melodramas de los cuarenta, no se los pierdan. ¡Yo los disfruté!
¡Llévatelas Erasmo Sánchez!
POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ