08/04/25. “Es una gran responsabilidad y ahora más, porque significa todos los días seguir aprendiendo estos ritmos tan enormes que tiene Venezuela, un país gigante culturalmente. Ahora, la exigencia es más. El haber sido el primer lugar es una responsabilidad que asumiré con todo el cariño del mundo”, dijo el joven Fernando Rodríguez (de Altos Mirandinos) con lágrimas en los ojos y no era para menos. Mientras, Jhosttyn Colmenares y Félix Crudele obtuvieron el segundo y tercer puestos, respectivamente.
Veinticuatro ejecutantes, provenientes de distintos estados, acudieron a la cita el viernes 4 y el sábado 5 de abril, en el Centro de Arte La Estancia de Pdvsa... Fue una fiesta del cuatro y de la música tradicional venezolana.
Se trata de La Siembra del Cuatro, el evento más significativo de este instrumento en Venezuela, liderado por el maestro y músico Asdrúbal José “Cheo” Hurtado. Y esto se debe a que, primero, es el único concurso dedicado a visibilizar a los noveles cuatristas emergentes; segundo, porque es el que más ha perseverado y se ha mantenido hasta la actualidad; tercero, de esa cosecha han salido instrumentistas que han puesto en alto el cuatro venezolano (con premios internacionales), logrando mayor proyección como los casos de C4Trío, Miguel Siso, Isidro Landaeta, Carlos Capacho y muchos más. Y cuarto, ha crecido en cuanto a número de participantes de diferentes regiones del país.

Veinticuatro ejecutantes, provenientes de distintos estados, acudieron a la cita el viernes 4 y el sábado 5 de abril, en el Centro de Arte La Estancia de Pdvsa. Fue más la gente que se quedó de pie para disfrutar del encuentro. El espacio se copó totalmente, y no sólo era la participación de los jóvenes, sino también exhibiciones de cuatros y bandolas fabricados por luthiers. Además, hubo pausas musicales en las que artistas y grupos se montaban en la tarima: Na’Guará (Lara), Ensamble D'a Ratico (Carabobo), Tocantao (Caracas), Héctor Medina (Sucre), Ensamble Gurrufío (Caracas); Carota, Ñema y Tajá (Lara), entre otros, presentados por la cantante Annaé Torrealba, la animadora de la ceremonia. Fue una fiesta del cuatro y de la música tradicional venezolana.
Más allá del joropo llanero
Una de las condiciones de esta edición fue que los músicos no tocaran joropo llanero. “Es el género más difundido, es el que más se toca, pero también debe haber un lugar para el tuyero, el oriental, el central. Creo que fue acertada esa petición del maestro Cheo”, aseguró Félix Crudele, finalista y docente de cuatro en el colegio Emil Friedman.

“Bueno, estoy en la música desde los cuatro años y me he formado con profesores. La enseñanza que hasta ahora tengo me ha servido para marcar una pauta en mi vida respecto al cuatro solista y, desde entonces, he tratado de indagar por mi cuenta, hacer lo que pueda para representar tanto a las mujeres como a mi querido estado Anzoátegui”, indicó Andrea Vicentelli, de veintitrés años, proveniente de Lechería.
“Empecé como a los siete años por un primo. Estaba aburrido y me invitó a tocar cuatro. Después, me metí en el Sistema”, afirmó Gabriel González, de trece años, del estado Monagas. Era la primera vez que participaba y quedó entre los finalistas. El joven tocó una versión del joropo oriental Pez volador, de Jorge Glem. “El cuatro es mi pasión, es mi visión. Quiero seguir aprendiendo y también quisiera enseñar”, acotó el adolescente, siendo una de las atracciones por su talento precoz.

“Si hay algo especial en esta edición es el altísimo nivel de los muchachos. Están muy parejos, así que el jurado no la tiene fácil”, dijo, entre risas, el maestro Hurtado. Mientras que las palabras finales del músico Miguel Delgado Estévez (miembro del jurado) fueron: “A los concursantes no tenemos nada que agradecerles porque nos dieron trabajo”.

POR MERCEDES SANZ • @mercedes.jazz
FOTOGRAFÍA JESSIKA SELGRAD • @shot_jesselgrad