24/04/25. La calle, las plazas, las librerías, las canchas, pueden ser el escenario para dar vida a personajes que forman parte de una historia. Lo no convencional se convirtió en lo alternativo, como dice Juan González Fiffe, director de la agrupación Teatro andante de Cuba.
...el teatro es un arte que no conoce límites. Se despliega en toda su magnitud, recordándonos que cada plaza puede ser un escenario y cada espectador, un protagonista...
“No son no convencionales, sino de nueva convención o alternativos”, me explicó el artista caribeño que, además, dirigió la obra Faro presentada por el grupo teatral en los espacios de la plaza de la Juventud en el marco del Festival Internacional de Teatro Progresista (FITP) celebrado entre el 10 y el 20 de abril.

El bullicio del lugar acompañó el diálogo entre los protagonistas que relataron las dificultades de una madre cubana que, en medio del asedio imperialista, el bloqueo económico y las tormentas en la isla caribeña, sufrió la despedida, cuando sus hijas deciden buscar una mejor vida fuera de Cuba. Una realidad insoslayable, que esta nación confronta desde el amor y el compromiso por su patria.
Fiffe, como le dicen quienes le acompañaron en la aventura teatral en Valencia y Caracas, contó que Teatro andante nació en 1987 para disminuir la distancia entre el teatro universal y el público. Él se planteó llevar a sus estudiantes a los poblados más apartados, “investigar sus problemáticas, producir las obras con los propios integrantes de las comunidades, y devolverlas como obra de arte a ese público, generando un debate posterior”.

En ese camino, desarrollaron apego a la calle y a los espacios abiertos, lo que “siempre fue una vocación” para quienes hoy, tienen el título de pioneros y fundadores tanto del teatro comunitario como del teatro callejero en Cuba.
“Teníamos que olvidarnos de la concepción tradicional del teatro” y abordar las comunidades desde las nuevas perspectivas. Crear sus propias puestas en escena desarrollando dos líneas de participación popular que son el teatro callejero y el teatro comunitario.

Del desafío al encanto
Otra experiencia de teatro alternativo que impactó a los caraqueños y caraqueñas durante el FITP, fue Peter Pan de España. El escenario ubicado a cuarenta metros sobre el público y las acrobacias de ocho artistas, asombraron a los presentes, en la plaza de la Juventud.
El Grupo Puja, que visitó Venezuela en 2018 para presentar El Quijote, en esta segunda venida a nuestro país, hizo danzar por los aires al protagonista de un clásico de la literatura universal y el cine, así como a Campanita y al malvado Garfio, acompañado por sus piratas.
Gema Segura, directora de esta puesta en escena, contó que esta agrupación dirigida por el argentino, Luciano Treviñani, surgió de la necesidad de romper las barreras tradicionales del teatro. “Luciano nos decía: hay otras formas de hacer teatro”, contó Gema, agregando que el director del Grupo Puja, se vio influenciado por La Fura dels Baus, que revolucionó la escena en los setenta.

Así se detonó la inspiración a Treviñani quien buscó nuevas formas de expresión artística. Con una formación en circo y una inclinación hacia la escalada, comenzó a fusionar el teatro con la ciudad y su gente, transformando espacios cotidianos en escenarios para la magia.
“Siempre hemos mantenido el cliché de hacer espectáculos de gran formato en la calle”, precisó Gema con orgullo. Desde 1998, Puja conserva como símbolo de su estilo la grúa hidráulica y las acrobacias, superando los desafíos propios del espacio, y trascendiendo lo convencional.
“Trabajamos por la descolonización”
Para Teatro andante existe una visión interactiva del teatro de la nueva convención. Escoge del público a las personas que van a actuar con ellos en la obra, porque “es un teatro que visualiza al público como parte de la obra y no como a quien hay que llevarle un mensaje. No, sencillamente, el público es parte de ese concepto”, señaló Fiffe.

La importancia de este tipo de obras de teatro en la calle, radica en involucrar al público para que sienta que es responsable de las temáticas y problemáticas que se proyectan en escena. “Porque nacen de una investigación, del aquí y del ahora, del actor que está viviendo en presente, y dialogando con los espectadores”.
La meta es hacerles reflexionar sobre un contexto y no imponer criterios. “Evitamos por todos los medios los pensamientos colonizadores, por el contrario, trabajamos por la descolonización”, concluyó el director cubano.
Queda claro que el teatro es un arte que no conoce límites. Se despliega en toda su magnitud, recordándonos que cada plaza puede ser un escenario y cada espectador, un protagonista en esta historia compartida.

POR SARAH ESPINOZA • @sarah.spnz
FOTOGRAFÍA NATHAN RAMÍREZ • @nathanfoto_art / RUBÉN MARTÍNEZ • @wrmc.foto