El día es una buena película antigua
preñada de moralejas
Roque Dalton
8/05/25. Tengo una cuantía de versos que trepan mi garganta desde el mismo momento en que un amigo sureño, chileno para más precisión, en un país centroamericano, sacó de su billetera una imagen en blanco y negro, como algunos suelen guardar la estampa de un ser querido, y me la dio… agradecí, la tomé, la miré bien… sí, era Roque Dalton… desde ese momento me dediqué a buscar los libros que este había escrito… a conocer su vida y su obra… Este espacio es extremadamente insuficiente para contarles el gran legado de este poeta militante, pero sí para realizar, espero, una invitación para que usted, si no lo conoce, se anime.
No era hombre de panfletos, era hombre de pensamiento y por detrás y por delante y por encima de todo eso había siempre el gran poeta, el hombre que ha dejado algunos de los poemas más hermosos que yo conozco...
No hay ninguna tautología en las palabras que he mencionado, para Dalton, resulta necesario reafirmar tal condición, por la razón, nada sencilla, de que sólo es poeta quien escribe desde las condiciones del pueblo que sufre, pues si no, ¿para qué sirve el don de la palabra? ¿Para la dominación? ¿Para el conformismo? Si la esencia de la poesía, si es que osamos hablar en estos términos, es conmover, entonces hagámoslo de tal manera que sea una auténtica sacudida que involucre, inevitablemente, la praxis.
Pero vayamos un poco más atrás… en el caso de Dalton, entonces un pichón de periodista, por cierto, en Santiago de Chile, intentó realizarle una entrevista a otro grande, el reconocido pintor Diego Rivera, –quien se encontraba allí en ocasión de un Congreso de Cultura organizado por el igualmente grande poeta Pablo Neruda- y el pintor no dudó en arrojarle un dardo al corazón del futuro poeta: ¿Has leído marxismo?, y este, que venía de una formación muy diferente, se vio sacudido en su ignorancia y allí culminó el único y decisivo encuentro que tuvo con el pintor de los proletarios.
Desde entonces, en palabras del propio Dalton, su vida cambiaría para siempre… empezó a desafiarse a sí mismo, desplegando un sentido interés no sólo por el marxismo, sino por comprender la razón de su existencia, tanto de esta filosofía de vida, –que es, por cierto, lo que se supone debe ser, alejado de todo dogma- , como de reconocer el motivo mismo de la palabra como ejercicio de la dignidad humana.
Estamos pues en presencia de la progresiva emergencia de una mirada que se hace cada vez más crítica, y que irá enalteciendo la condición de la humanidad en su propio devenir histórico. En términos más filosóficos de alguien que supone una ontología del ser que, escribiéndose a sí mismo, intenta hacer suya la causa de los oprimidos, y que además, irá innovando su poesía, convirtiéndola en vanguardia –como el poema-collage sobre su país: Las historias prohibidas del Pulgarcito. De Dalton dirá Cortázar, en sus clases de Literatura en la Universidad de California, Berkeley:
Es para mí el ejemplo muy poco frecuente de un hombre en quien la capacidad literaria, la capacidad poética se dan desde muy joven mezcladas o conjuntamente con un profundo sentimiento de connaturalidad con su propio pueblo, con su historia y su destino. En él desde los dieciocho años nunca se pudo separar al poeta del luchador, al novelista del combatiente, y por eso su vida fue una serie continua de persecuciones, prisiones, exilios, fugas en algunos casos espectaculares y un retorno final a su país después de muchos años pasados en otros lugares de exilio para integrarse a la lucha donde habría de perder la vida.
No era hombre de panfletos, era hombre de pensamiento y por detrás y por delante y por encima de todo eso había siempre el gran poeta, el hombre que ha dejado algunos de los poemas más hermosos que yo conozco en estos últimos veinte años. Esto es lo que puedo decir de Roque y mi deseo de que ustedes lo lean y lo conozcan más.
Cuando escribía las líneas anteriores, pensé en el título del presente texto, había escrito la palabra “nuestramericana”, pero la borré, pues, es indudable que nuestro Dalton, no pertenece a una única zona geopolítica del mapamundi, sino que expande su ejemplo, con el legado de su vida toda e insistamos, no sólo de su prosa ensayística ni de su poética general. Además, cuando la vida de un ser humano, sea hombre o mujer, se ha hecho ya una obra, ella misma es poesía que, en los términos de este autor, es compromiso, ejemplo tan ético como moral.
He querido jugar con el nombre de este poeta que ahora lo pronuncio “Roque” y llevarlo a su metaforicidad, la que nos concede su misma vida: roca. ¿Qué es una roca cuando se pronuncia desde el sentir, por ejemplo, de quien cree en la potencialidad irónica de la propia vida? ¿Sísifo? ¿Moisés? ¡Cuántos ejemplos pueden venir a la cabeza cuando esta la sabemos anclada al corazón!
He querido jugar, pero esto, como todo juego que se quiera disfrutar, es tan serio como la misma fuerza que impulsa y dinamiza el arte, la que nos lleva a reconocer sus posibles motivaciones…
Precisemos un poco más: ¿De qué agua poética bebió Dalton, además de la propia realidad por él sentida? Cuando lo leemos, empezamos a advertirla, aunque él también lo confiesa: César Vallejo –en quien vio la expresión auténtica del hombre roto y aniquilado por el capitalismo-, Pablo Neruda, Hemingway, Faulkner, Joyce… entre muchos otros.
Escribo y me doy cuenta que quizás no he estado a la altura de este gran hombre a dos días de cumplirse cincuenta años de su asesinato (10/05/1975), y a siete de los noventa de su nacimiento en San Salvador (14/05/1935), en la comunidad popular de San Miguelito, hijo “natural” del gringo Winnal Agustín Dalton y de la enfermera María García.
El joven Dalton tendrá una educación católica reforzada por la educación jesuita en el Externado de San José en su país natal. Continuará estudios en la Universidad Católica de Chile, pero fue persuadido por un teólogo quien finalmente lo impulsa a la Universidad de Chile… Fue en Chile cuando, con dieciocho años, es encomendado por una revista estudiantil, entrevista a Rivera… y de allí su inevitable configuración político-artística, -porque volvamos a insistir, para el poeta Dalton ambos polos están fusionados-, que lo llevará a su país, a su filiación con la causa comunista, a sumergirse tras “la cortina de hierro”, de la entonces Unión Soviética, a la República Checa –tierra de Kafka y Kundera-, y será en la capital, Praga, particularmente en la taberna U Fleku donde nazca su poemario Taberna y otros lugares, Premio Casa de las Américas 1969, precisamente por escuchar y ver las complejidades de la instauración del socialismo soviético, entre otros aspectos…
Hay otro hecho que no debemos pasar por alto, la inspiración que le da la integridad moral que ve en Rómulo Gallegos, cuando este, en 1948, en pleno ejercicio de su presidencia, recibe el doctorado honoris causa por la Universidad de Columbia y al conocer que también se lo han dado al militar Carlos Castillo Armas, quien conquistó la presidencia de Guatemala a través de un golpe de Estado, lo rechazó.
Me quedo corto, pero espero que con estas breves líneas haya despertado el interés de quien trabajó incansablemente en poner la poesía en su sitial de honor, sosteniendo que esta no puede mentir y hay que ponerla del lado de la causa más noble a la que pueda aspirar un ser humano: la defensa de la vida de otro ser humano, aun a costa de la suya. Entiéndase que esta máxima contiene: contra toda explotación, contra el hambre, por la justicia, por la historia, por la verdad…
Y no puedo terminar sin recomendar varias de sus obras, y una que recién ha salido del horno, empecemos por esta última:
- El amor me cae más mal que la primavera, coedición Nila Ediciones (Venezuela), Dogma Editorial (México), La Fogata Editorial (Colombia), 2025.
- Poesía escogida: antología personal, Caracas: Biblioteca Ayacucho, 2016.
- Las historias prohibidas del Pulgarcito, China: Ocean Sur,
- Profesión de sed: artículos y ensayos literarios 1963-1973, China: Ocean Sur, 2013.
- Taberna y otros lugares, Bogotá: Ocean Sur, 2007.
POR BENJAMÍN MARTÍNEZ • @pasajero_2
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta