02/02/2023. Hace pocos días se inició el período legislativo con la designación de las autoridades que regirán la Asamblea Nacional y se presentó el paquete de veintidós proyectos de la Agenda para este año. Los temas fundamentales que serán abordados por los asambleístas estarán referidos al reimpulso de la economía; el funcionamiento de los servicios públicos; el fortalecimiento de la organización popular; el desarrollo humano, social y ambiental; y la revolución judicial.
No encontramos en este paquete de proyectos nada que haga referencia a la Ley del Deporte Profesional, pero no perdemos la esperanza de que con el ex ministro del Deporte, Pedro Infante Aparicio, como flamante vicepresidente de la Asamblea Nacional, se puedan dar los primeros pasos para impulsar un anteproyecto y el respectivo debate con todos los sectores involucrados e interesados en el tema.
Algunos lectores quizás se pregunten de dónde sale esta propuesta de darle un marco legal al deporte venezolano. La idea no es nuestra, sino que fue incluida por los legisladores que en agosto de 2011 aprobaron de forma unánime la vigente Ley Orgánica de Deporte, Actividad Física y Educación Física. La novena disposición transitoria de esta ordenaba muy explícitamente que en un “lapso que no excederá de dos años contados a partir de la publicación de la presente ley, deberá dictarse la Ley del Deporte Profesional, que atienda a las mejores prácticas de este sector, en observancia de las necesidades y factores inherentes a cada disciplina deportiva, con sujeción a los principios expresados en esta Ley”.
Han transcurrido ya veintidós años desde la promulgación de la Ley del Deporte, y en los distintos períodos legislativos que se han sucedido desde 2011, nada se ha dicho ni discutido sobre la Ley del Deporte Profesional, que debió ser sancionada en 2013 como fecha tope.
¿Por qué es necesario legislar al respecto? Porque el deporte no puede ser visto como un espectáculo con fines meramente recreativos. Se trata de una de las industrias más poderosas del mundo. El deporte es un motor de la economía; una actividad que produce arraigo, que moldea la cultura de un país, y sus resultados influyen en generaciones enteras. Como ejemplos, basta citar el impacto sociológico que tuvo en Venezuela el triunfo de la selección de beisbol en el Mundial de La Habana de 1941, las rivalidades entre Caracas y Magallanes, Cocodrilos y Marinos, o del Caracas FC y el Deportivo Táchira. Esperemos que la Asamblea Nacional se ponga al día con esta Ley.
POR GERARDO BLANCO • gerarblanco65@gmail.com
ILUSTRACIÓN JUSTO BLANCO • @justoblancoruiz