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¿Defensa o mercancía?: cuando el orgullo se vuelve un negocio

Una crítica al mercado rosa y a las empresas que generan grandes ganancias durante el Mes del Orgullo

27/06/25. Cada 28 de junio, cientos de millares de personas en todo el mundo, salen a las calles para celebrar el Día del Orgullo LGBTQ+, con la finalidad de conmemorar las primeras manifestaciones que se realizaron en Nueva York y Los Ángeles en 1970. Esto ocurrió en el marco de las luchas por los derechos humanos, así como para sensibilizar y denunciar la discriminación contra esta comunidad.

 

 

Al incluirles en la rueda del consumo, permiten aumentar los beneficios de las empresas. Sin embargo, muchos de los que generan capitales gracias a esta comunidad, no asumen una responsabilidad social a favor de los derechos ni contra la discriminación y la violencia que sufren las personas LGBTQ+...

 

 

Pero, las calles no son las únicas que expresan la voluntad de millares, las redes sociales se visten de los colores del arcoíris y sirven de plataforma para comunicar y llevar el mensaje de concientización.

 

 

Además, de movimientos sociales, organizaciones, entre otras, se unen a estas celebraciones marcas de ropa, calzados, clubes nocturnos, restaurantes y un sinfín de empresas que lanzan colecciones especiales, campañas publicitarias, grandes ofertas, y “mensajes de apoyo a la comunidad LGBTQ+”.

 

 

A primera vista, podría verse como un triunfo de la inclusión o como un signo de que la sociedad, por fin, está entendiendo que todas y todos son libres de elegir su orientación sexual. Sin embargo, detrás de esa fachada, se esconde la mercantilización del movimiento por los derechos LGBTQ+.

 

 

Pinkwashing o mercado rosa

 

 

Según un informe de la Universitat Oberta de Catalunya, al menos en países europeos, las personas de la comunidad tienen “un poder adquisitivo muy interesante para las empresas por su nivel de renta, su estilo de vida y sus hábitos de consumo”, refiere.

 

 

Al incluirles en la rueda del consumo, permiten aumentar los beneficios de las empresas. Sin embargo, muchos de los que generan capitales gracias a esta comunidad, no asumen una responsabilidad social a favor de los derechos ni contra la discriminación y la violencia que sufren las personas LGBTQ+, especialmente, de sectores más vulnerables, racializadas y con menos recursos económicos.

 

 

De allí surge el pinkwashig, que es un término acuñado en los años ochenta por Breast Cancer Action para denunciar a las empresas que obtenían ganancias por la venta de productos relacionados con la lucha contra el cáncer.

 

 

En 2010, acogió otro significado debido a la instrumentalización que el Estado de Israel hacía de la causa LGBTQ+ con el objetivo de limpiar su imagen.

 

 

¿Un negocio?

 

 

La industria cultural y de la moda hace de todo un negocio y cada vez perfecciona el arte de capitalizar fechas importantes como el Día de la Mujer Trabajadora. En el Mes del Orgullo percibiremos un abrupto aumento de camisetas con el logo de la bandera arcoíris, la aparición de celebridades de la comunidad en anuncios, que se convierten en estrategias de marketing.

 

 

El objetivo principal no es la defensa genuina de los derechos de la sexodiversidad, sino el incremento de ventas y proyectar una imagen de empresa “progresista” y “consciente”, para atraer la atención de un nicho de consumidores.

 

 

Cuando hablo de marcas, no me refiero a las pequeñas empresas, sino a aquellas como eBay, Amazon, Nike, Adidas, etcétera. Esta instrumentalización del Pride Month, desvirtúa el verdadero propósito de la Marcha del Orgullo, que es un espacio de resistencia.

 

 

Pareciera que, más bien, existe un lobby de empresarios muy conservadores, queriendo opacar el verdadero significado de cada una de estas fechas conmemorativas.

 

 

¿Gay friendly?

 

 

Muchas de esas marcas no sólo son manipuladas por sionistas, también financian el genocidio israelí en Palestina. Supuestamente, el “Estado” de Israel es el más “gay friendly” del Medio Oriente.

 

 

No obstante, de acuerdo con Faldas R las fuerzas ocupantes “atacan sistemáticamente a personas queer palestinas”. Usan a la comunidad LGBTQ+ “para encubrir el colonialismo” y alimentar “narrativas islamofóbicas”.

 

 

“No hay orgullo real si no es acompañado por justicia y libertad para todos los pueblos oprimidos”, dice la organización feminista en su cuenta de Instagram. Y es que es necesario asumir una postura consciente no solo respecto al consumo, sino cuestionarnos qué estamos consumiendo.

 

 

 

 

 


POR SARAH ESPINOZA MÁRQUEZ • @sarah.spnz

 

ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta

#DíaOrgullo #LGBTQ+ #28J

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