07/07/25. Recientemente anunciaron los premios nacionales de periodismo Simón Bolívar y una vez más brillaron las estrellas que hacen que el mundo adquiera un poco de resonancia. Una de ellas es Nathaly Gómez, caraqueña nacida justo el mismo día en que conversamos, un 30 de junio. Autora del libro Caracas en Alta, con dos menciones especiales del referido premio (2015 y 2017), el cual ha conquistado este año. Además de sus estudios universitarios en Comunicación Social, actualmente cursa un diplomado en Periodismo Científico en el MinCyt.
...el reto está en ser humano… que no te corrompas, que no te doblegues… fiel a ti mismo y fiel a esos a quienes representas, ellos son tu entorno, tus iguales, si eres fiel a otros intereses, ya ahí claudicaste.
A ella la había leído en su sección Minimanual en nuestra revista Épale CCS, sumamente creativo y fuente de inquietudes sobre todo lo que nos dinamiza como venezolanos.
Interesados en conocerla un poco más, emprendimos la siguiente conversa.

Cuéntanos, por favor, ¿cómo te inicias en la escritura periodística? ¿Desde cuándo haces periodismo?
Estudié Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello, allí escogí la mención Periodismo Impreso, pero bueno, estudiar no significa que lo que ejerzas (el periodismo), pasaron unos años hasta que yo me dedicara a esta área…
Podría decir que mi acercamiento más importante con el periodismo fue la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) donde estuve como coordinadora de cultura durante siete años, entonces, allí nosotros, a pesar de que yo no estaba escribiendo de una manera activa, estábamos familiarizados con qué era la noticia, dónde estaba lo noticioso en un hecho, como la titulación, estructura de una nota, porque también debíamos editar y corregir el trabajo de otros compañeros periodistas y en las guardias pues, editábamos el trabajo de todas las fuentes, además de que quedabas a cargo de la agencia…
Para mí allí es mi gran escuela, fue mi gran aprendizaje de cómo se mueve una redacción. Yo no tenía experiencia previa, así que fue un aprendizaje intenso porque en esos casos todo se aprende sobre la marcha, y después que dejé de trabajar en la agencia, estuve en otros lugares donde no escribía tanto. Fue con mi posterior trabajo en un medio internacional, donde comencé con la escritura, lo que llamamos el diarismo y donde todo lo aprendido en AVN me sirvió como base, pero la verdad tengo ocho años allí, y ha sido también un constante aprendizaje, porque el periodismo no es una profesión terminada, siempre hay algo nuevo que aprender, siempre hay cosas que afinar, formas de comunicar que poner en práctica, entonces, siendo que estoy en constante aprendizaje y que todavía estoy en ese proceso, no es una obra acabada.
¿Algunas maestras y/o maestros al respecto? ¿De qué manera influyeron en ti? ¿Qué aprendiste de ellas y/o ellos?
Ajá, en primer lugar sería mi mamá porque era una mujer lectora, con gran interés por el conocimiento, entonces bueno, eso junto a que yo era una niña muy curiosa, fue como un complemento para que yo, a través de los libros, buscara responder las preguntas que me hacía desde pequeña. Y también ella estuvo siempre muy pendiente de mis estudios, de hacerme más accesible las herramientas para que yo tuviera un mejor desempeño académico, entonces creo que estuve familiarizada con la palabra escrita, oral desde muy pequeña, entonces eso fue como que sembró el camino para que yo escogiera estudiar periodismo, no lo sabía en ese momento, pero creo que fue como algo natural.
En cuanto a la universidad, bueno, también, algunos profesores que fueron importantes, que también buscaban alimentar nuestra curiosidad y también que nos hiciéramos preguntas, y en los trabajos, en distintos lugares donde he estado, también creo que uno tiene maestros cercanos… no veo al maestro algo así como guao, una autoridad, sino como las personas que están en tu día a día que trabajan contigo, que tienen algo para enseñarte, que tú aprendes, entonces también los considero como influencias positivas en tu vida profesional… periodistas que lees, cronistas, escritores que también siguen siendo tus maestros en la distancia aunque no los conozcas, aunque nunca hayas intercambiado una palabra con ellos, y bueno también narradores, cuentistas porque conociendo sus historias y viendo cómo las estructuraban, ⁹tuvieron éxito y tuvieron influencia en mí y en lo que pudiera hacer, no porque escriban novelas y cuentos sino porque su manera de contar me parece interesante para yo tratar como de ver otros ángulos de una realidad y tratarla de contar como lo harían ellos, pero claro, siempre respetando, en el caso del periodismo, la veracidad, que los hechos sean reales.

¿Para qué medios trabajas actualmente? ¿Qué cubres?
Soy redactora de la página web de un conocido medio internacional y escribo para Épale CCS. Para ese medio internacional generalmente es América Latina, me he especializado más en Colombia, la razón fue un poco azarosa porque como siempre he tenido un interés por Colombia porque mi mamá era colombiana y he estado en varios períodos de mi vida en Colombia, entonces, tengo una relación cercana con el país además, desde el conocimiento de haber ido mucha veces, y que la mitad de mi familia materna vive allí, yo fui perfilándome o escogiendo ese tema porque sentía que podía hablar con cierta propiedad al menos desde el conocimiento.
Sin embargo, durante los años que he cubierto esa fuente me he dado cuenta de que cada vez aprendo más sobre Colombia, que es un país complejo, que es un país que ha sido tal vez subestimado, también hay prejuicios, desconocimientos, tal vez banalización y discriminación, tanto de sus ciudadanos como del país en sí, entonces para mí ha sido una forma de también yo conocer, pues uno en las investigaciones, en los trabajos va entendiendo un poco, sobre todo de la política, cómo se mueve, cuáles son los intereses, qué pudiera haber detrás, siempre es un ejercicio complejo e inacabado, entender cómo se mueve un país incluso viviendo tú en el mismo país no es nada sencillo, y Venezuela, por supuesto que es el país donde vivo, desde donde escribo… y en momentos de tensión política nos ha tocado escribir lo que está pasando, cuáles son los planes de desestabilización que ha habido, intento de magnicidio, intento de invasión por la costa, las guarimbas, todo lo que nos sometió, además de que en ese caso tú no eres un periodista simplemente observador, tú también padeces en ese momento de tensión… y en cuanto a los lectores internacionales, también contar la otra parte que no suele ser reflejada por los medios de afuera que es la Venezuela que también vivimos… los avances científicos, los avances tecnológicos, los emprendimientos, los descubrimientos, las bellezas naturales… lo que siempre queda invisibilizado por la agencia de los medios hegemónicos…
¿Qué es lo que más te gusta escribir: crónica, entrevista, opinión? ¿Por qué?
Lo que más me gusta escribir siempre es la crónica, es el género donde me siento más cómoda, en el que siento que naturalmente puedo ser yo, donde también sigo aprendiendo de otros cronistas, sobre todo los cronistas de Caracas porque hubo un tiempo en que me interesé mucho por conocer cómo contaban esa ciudad, y en la pandemia Ciudad Caracas me dio la oportunidad de escribir una columna que se llamó Caracas en Alta que era un poco hablar de esa Caracas pandémica, esos cambios que hubo de esa ciudad que de repente se paralizó, pero no todas las actividades quedaron suspendidas, donde la gente se las ingeniaba para que la vida continuara entre el encierro, la cuarentena, las salidas fugaces, etcétera, y allí salió un libro que fue publicado por la fundación que se llamó Caracas en Alta que recoge un año de crónicas…
Te digo que es un género que me gusta, pero también es un género exigente porque siento yo que el lector espera más: no repetirte, no volverte cliché, no hablar sólo de ti y en describir muy bien el espacio del que quieres hablar.
También la entrevista me gusta, jeje, yo siempre le digo a la gente que lo que más me gusta de la entrevista es hacerla, pero escribirla no jeje, porque en la entrevista siempre conoces a personas que destinan un tiempo de su vida, de su cotidianidad, para hablar contigo… Lo interesante de las entrevistas es que es sobre una persona que tú no conoces, que nunca has hablado con ella, que no sabes cómo es su cara, te da un voto de confianza y habla contigo, bien sea de temas personales, si es una entrevista de personalidad o de temas profesionales, donde siempre se cuelan los personales, por supuesto, entonces, es un momento muy íntimo, siempre me ha parecido… se establece una especie de … no sé, uno se siente como en una burbuja, como una atracción, que no es física, sino de conocer al otro, porque además tú estás muy concentrado en escuchar, en interpretar, en comprender, entonces la otra persona está muy interesada en que tú lo entiendas, en expresar de la manera más idónea, entonces se genera así como un encantamiento, un embrujo, una cosa como que tú estás con tu entrevistado como en una nube flotando, y te gusta lo que dice, bueno también quieres confirmar algunas cosas que crees, te sorprenden otras, entonces es como un momento muy bonito. Cuando llegas que hay que transcribir, entonces allí se rompe un poco la magia, jeje. Pero cuando está listo el material y está publicado y tú se lo envías al entrevistado, y te dice: ¡Te felicito! Y te dice que le gustó lo que escribiste, que fuiste respetuoso, que la información fue fidedigna, bueno pues, es otro momento de gran satisfacción porque sientes que pudiste, que fuiste como un médium, que a través de ti, esa persona pudo decirle al mundo algo.

¿Cuál crees que es el principal desafío del periodismo actualmente?
Creo que son muchos, primero mantenerse tal y como lo conocemos, en un contexto donde ahora hay plataformas sociales, donde la información se produce de otra manera, donde ya ciertos protocolos no existen, pienso que siga vivo es un reto, porque hay que reinventarse, que independientemente de que nos guste más un formato u otro, hay que irle al paso a los nuevos tiempos y a las nuevas exigencias, porque si no pues, pasa que te vas quedando y bueno, no te leen, esa es la cruda realidad…
Tal vez no estemos de acuerdo con algunos formatos, con que los textos son más cortos, tal vez algunos piensan que son más sencillos, pero creo que desde que uno escoge ser periodista parte de lo que no dice en el contrato es que tienes que saber cómo cambiar de rostro, adaptarte a todo y seguir adelante y no parar, eso es uno de los grandes retos, y otro es que estamos en un mundo, en un momento donde ya la información falsa, las mentiras abiertamente, la propaganda, son parte de la cotidianidad…
A nosotros siempre se nos ha dicho que somos los garantes de la verdad, casi que justicieros, pero en un mundo donde ya abiertamente se miente, donde ya abiertamente los presidentes fabrican conflictos para mover sus propios intereses, también me parece que es desafío, un reto… no es que te mantienes por encima de la sociedad, que tú eres una persona que no sufre, no padece, que eres un robot, porque es mentira, el periodista tiene una formación política, de las fuentes o de los lugares que apoya, porque si no sería un periodista muy triste hablando de un lugar que no le gusta, que no quiere, teniendo que hablar como si lo quisiera y le gustara…
Entonces siento que en este mundo de mentiras es difícil, no verte envuelto porque no sabes nunca que puede ser un fake news, quién puede estar mintiendo, quién puede estar diciendo una verdad, entonces creo que en esos casos, lo que más se puede esperar es el sentido común, el sentido de que no se cometan injusticias, tus valores, tu ética, lo que te hace ser un ser humano más allá de un periodista, porque lo periodístico es la forma de contar, la herramienta que tú usas, pero dentro de ese periodista primero está un ser humano que debe conocer sobre su historia, sobre la historia, a ver quiénes de los que hablan, de los que declaran, de qué ocurrió antes, hacerle un seguimiento para no dejarte envolver por esa nube tóxica de mentiras, de gente que quiere lavar su cara para hacerse pasar por otro, el reto está en ser humano… que no te corrompas, que no te doblegues… fiel a ti mismo y fiel a esos a quienes representas, ellos son tu entorno, tus iguales, si eres fiel a otros intereses, ya ahí claudicaste.

Alguna anécdota que desees comentar…
La noticias más triste que he dado en mi vida, que he estado en el lugar, fue la muerte de Chávez, nosotros estábamos en la sala de redacción de la Agencia Venezolana de Noticias, y bueno pues, vimos en la televisión cuando dieron el anuncio, y nadie quería escribir, todos estábamos llorando, nadie se atrevía a enviar ese urgente, que era el urgente que nadie habría querido enviar, entonces salió una compañera y dijo que ella lo hacía y todos nos pusimos a su lado a ver lo que iba escribiendo para cerciorarnos de que fuera lo correcto y bueno, fue un momento que nunca pensé vivir, uno de los momentos más tristes de mi vida en una sala de redacción y en nuestra vida en Venezuela.
Un consejo para las y los jóvenes que se inician en el periodismo…
Es importante conocer las técnicas, la noticias, cumple un formato, no podemos inventar… que su información sea sencilla, que llegue. El título también es importante, ahora que estamos en tiempos de títulos llamativos… contrastar fuentes, siempre ir al centro, a la sustancia… Hay que adaptarse, el periodismo ha cambiado en los últimos años… intentemos dar el salto para no quedarnos ahí.
¡Muchísimas gracias!
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POR BENJAMÍN EDUARDO MARTÍNEZ HERNÁNDEZ• @pasajero_2
FOTOGRAFÍAS NATHAN RAMÍREZ • @nathanfoto_art