La belleza es la forma en que el caos se ordena
Antonin Artaud
21/08/25. Antonin Artaud publicó El teatro y su doble en 1938. Aunque da la impresión de haber gestado mucho antes. Hay quienes aseguran que es uno de los libros sobre teatro más importantes de todo el siglo XX. El autor establece una relación del significado y la acción del teatro con la peste. Se sorprende de los efectos en la siquis humana que provoca la peste y su similitud con el teatro, o por lo menos un tipo de teatro.
...la acción desaforada, amenazante, asfixiante, y sobre todo repugnante, que ha generado en el planeta Donald Trump... es lo más similar a una peste. Él mismo, con tanto disparate, pareciera ser víctima de ese flagelo. Por lo que se colige que una calamidad puede ser víctima de sí misma.
Describe transformaciones en la conducta del ser humano frente a la peste que lo hace actuar totalmente distinto como es habitualmente. Todo se sale de quicio, desbordamos nuestras emociones, dejamos ver nuestros sentimientos y perdemos la vergüenza. No se refiere a una persona infectada, sino a todos los que conviven con la miasma. Ese trastocamiento también causa un dolor profundo, que, según él, al igual que el teatro, te sana o te liquida.
Todo esto viene un cuento porque toda la acción desaforada, amenazante, asfixiante, y sobre todo repugnante, que ha generado en el planeta Donald Trump –tal vez siguiendo una agenda que lo rebasa, pero impregnándolo con su estilacho de mierda– es lo más similar a una peste. Él mismo, con tanto disparate, pareciera ser víctima de ese flagelo. Por lo que se colige que una calamidad puede ser víctima de sí misma.
La plaga, siguiendo con El teatro y su doble, se expresa en la comunidad afectada con gestos absolutamente lejos de toda lógica. Hay quienes, al saber de su existencia, la convocan, quieren que actúe sobre todos sus paisanos. Tal locura libera el desprecio y el amor por lo fétido, la estupidez disfrazada de inteligencia deja salir los pecados capitales que todos llevamos dentro y eso –como dice el autor– te redime o te revuelca en tu propia estulticia. Lo que sí es cierto es que quien llama a la peste, apesta.
Se acaba de anunciar el Festival de Teatro Venezolano, después de casi cuatro décadas sin tener un encuentro teatral con nuestra escena. Con esta buena noticia se podría conjurar a ese morbo que traen los vientos del norte. Toda esa sensación de espada asesina que pende sobre nuestras vidas, puede trastocar nuestra conducta como lo describe Artaud. Nuestro teatro puede actuar con la misma fuerza en sentido contrario.
Hagamos que este encuentro teatral, de los teatreros venezolanos con el público venezolano, expulse los malos augurios o congreguemos fuerzas para enfrentar lo que sea. Hagamos de esta fiesta nuestra fórmula espiritual para no dejarnos vencer por ninguna peste.
POR RODOLFO PORRAS • porras.rodolfo@gmail.com
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta