Producciones que nacieron en 1972 y se mantienen con una vigencia intacta atrapando a las nuevas generaciones
Por Mercedes Sanz • @JazzMercedes / Fotografía Archivo
“Dices que me quieres. Sé que no puede ser. Pero cuando tú me besas, te lo vuelvo a creer”, así comienza un clásico de las salsa Ah ah, oh no, en la voz de Héctor Lavoe con la orquesta de Willie Colón. El disco donde sale la pieza es El juicio, el mismo donde están Piraña, Timbalero, Aguanile, Soñando despierto y otros temas que todavía siguen sonando en las radios tradicional y digital, plataformas, fiestas y en todos lados. Bueno, ese álbum salió en 1972 y se encuentra entre las grabaciones que tienen cincuenta primaveras.
Son muchos los discos que se editaron en ese año. Pero hay algunos emblemáticos que se destacan porque no tienen desperdicio, no hay presa mala, como dicen los melómanos. La mayoría de las canciones gustaron o aportaron en diferentes estilos musicales.
En el terreno de la balada es recordado el álbum Un beso y una flor, del cantante español Nino Bravo. Es icónico en la música popular romántica hispanoamericana. En él se hallan el tema homónimo, Cartas amarillas, Mi gran amor, Noelia, Para darte mi corazón y otras piezas inmortales.
La música brasileña también se sumó con obras como Transa de Caetano Veloso. Esta producción fue hecha durante la etapa de exilio del cantautor y retrata la situación política y social del momento. Es un trabajo lleno de melancolía y crítica. Clube de Esquina es una placa atribuida a Milton Nascimento, pero realmente el músico reunió a un grupo de amigos músicos de Minas Gerais para hacer un disco muy particular, influido por el tropicalismo, la bossa nova y la música rural.
Desde lo musical, la década de los setenta fue productiva, marcada por el rock progresivo, el disco music, el punk, la salsa, la electrónica y otras vanguardias. Fue una etapa de exploración sonora y en otros campos del arte. Ya había pasado la contracultura hippie y el boom de The Beatles, y el interés se centró en nuevas búsquedas. La experimentación jugó un rol fundamental gracias al auge de los sintetizadores, muy usuales en varios ritmos, entre ellos el rock progresivo o sinfónico. En esta corriente resaltan los valiosos registros Close to the Edge, de los ingleses Yes; Foxtrot de Génesis; Ege Bamyasi de la banda alemana de Krautrock Can, y más nombres se suman.
No se puede dejar pasar un ícono del folk rock universal: Harvest, del canadiense Neil Young. Considerado por muchos críticos como su obra cumbre.
Diversidad sonora
Venezuela también cuenta con discografía notable durante 1972. Por ejemplo, Serenata Guayanesa editó su ópera prima, Volumen 1. De igual forma, salieron discos como Lo mejor del Monumental, de Ricardo Aguirre, que reúne temas representativos de la gaita. Y en el pop rock ni hablar. El Volumen II de Rudy Márquez y Bacro es muy buscado por coleccionistas. Por supuesto que hay más producciones.
Para seguir en esta onda de música regional, Mercedes Sosa publicó su Cantata sudamericana, mientras que Víctor Jara editó La población, donde se encuentra Luchín. Esto sólo por nombrar algo de la música
latinoamericana.
En materia de salsa, El Clan de Víctor y la Dimensión Latina se estrenan con su disco homónimo, donde se halla la versión de Pensando en ti. Y en la salsa foránea, se cuenta con Esto fue lo que trajo el barco (Ismael Rivera); Live at The Sing Sing (Eddie Palmieri), Tributo a Arsenio Rodríguez (Larry Harlow), Ernie’s Conspiracy (Ernie Agosto y La Conspiración) y más.
En el pop en inglés, Got to be there es el debut en solitario de Michael Jackson; Stevie Wonder publica Talking book; David Bowie, The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars. La lista de cincuentones sigue.