07/08/2023. Hay dos razones de peso para esta crónica: Primera: el entrevistado es adulto mayor. Cumplió ochenta y un años, el 18 de este mes y la segunda: que es el autor de mis días.
Mi padre, señor Pedro Reinaldo Navarro Ramos, creció en la parroquia Santa Rosalía donde solía asistir a la Casa Parroquial y, según historias, quería ser monaguillo. Allí pudo escuchar el órgano y también cantó en un pequeño coro. Tendría unos once o doce años.
Toca la guitarra pero el primer instrumento que aprendió solo, fue el cuatro. Me cuenta que se lo pidió a su papá, es decir, a mi abuelo, Pedro Alcántara Navarro Caballero. Nunca estudió música formalmente más, el padre Francisco Yánez, le enseñó un poco de solfeo y llegó a aprenderse varias lecciones de solfeo de memoria.
Cuenta que era bailadorcito y todos tenían que ver con él por eso, se lo celebraban y les gustaba mucho. Por esa época también aprendió la armónica. El padre Porras, párroco de la parroquia Santa Rosalía, lo apoyó mucho, con sus inquietudes musicales, y lo hacía bien a pesar de su discapacidad auditiva.
En su familia no había músicos hasta que él llegó. A ellos le gustaban los aguinaldos y valses y bailaban, pero no tocaban instrumentos. Llegó a declamar poesía. Tenía facilidad para aprenderse las cosas de memoria. Le gustaba el teatro y solía leer las obras.
Después llegó la guitarra, aunque no recuerda cómo. Le pregunto si admiraba a algún guitarrista y me dice, sí, a Don Alirio Díaz. Recuerdo haber ido juntos al Teatro Nacional a disfrutarlo.
Una vez me contó que, hace muchos años, estaba dando una serenata al pie de un edificio y un joven policía se lo llevó detenido. Al llegar el comandante del centro le formó un brollo al policía y le dijo: “Tú estás loco chico, cómo se te ocurre meter preso a este señor. Él lo que hace es un servicio al amor”. Esto me hizo reír y sonreír.
La versatilidad de Pedro o Pedrito, como le digo con cariño, tocando la guitarra, es muy particular porque interpreta una gran diversidad de géneros e incluso, instrumentos, como teclados, maracas, tambor, mandolina, con maestría. Ahh, la flauta no la toca porque es mía.
Ha compartido escena con diversos grupos musicales de parranda y aguinaldos, corales y otros, comunitarios. Es un excelente acompañante y es invitado permanente y obligado de muchas reuniones en su comunidad y en reuniones privadas, lo que lo hace una especie de rockstar.
Su más reciente aparición en público fue en la Fundación Casa del Artista, donde amenizó, junto conmigo, la inauguración de una exposición de arte pictórico. Allí interpretó boleros, tangos, pasajes, valses, baladas, danzones y hasta canciones francesas. Pero está en capacidad de interpretar, no sólo esa música, sino también música mexicana, española, y algunas piezas pop, es decir, del repertorio anglosajón.
Le pregunto si cree que el Estado apoye a los artistas y cultores mayores y dice que cree que el Estado apoya, pero a veces no se anuncia y que debería haber información más accesible sobre esos beneficios para que no parezca que es para algunos y no para todos.
Me agradece la entrevista que le hice y me dice que está disponible para amenizar celebraciones de bodas y aniversarios de bodas, cumpleaños e inauguraciones de nuevos espacios como restaurantes, peluquerías, exposiciones de arte, eventos políticos y centros comunitarios.
Nos deja sus coordenadas: Pedro Navarro: 0426-4614915 (sólo llamadas), otro: 0412-563440 (whatsapp y llamadas) y un correo: aljibefresco@gmail.com. Me parece que le abriré un IG para hacerlo viral.
Gracias Padre, por tu musical compañía de siempre.
POR ROCÍO NAVARRO AMARO • epale.rocio.navarro@gmail.com
FOTOGRAFÍAS MICHAEL MATA • @realmonto