04/09/25.- Viernes, temprano, un cielo despejado impulsa nuestro andar, nos lleva a un oasis muy cerca del Parque Nacional Waraira Repano. Y es que, en efecto, estamos en él, sólo que recibe otro nombre, líneas no tan imaginarias nos hacen creer que es otro parque, una antigua posesión de terratenientes, afortunadamente hoy para el disfrute de todas y todos.
Entramos, con el permiso debido, pasamos los viejos torniquetes que antes llevaban la cuenta de los visitantes. Un pequeño troncomóvil, perdón, un Chorromóvil, vehículo hecho de madera, nos recibe, a su lado, el debido cuaderno de registro, una mujer joven nos pide nuestros nombres y el lugar de procedencia.
Unos pasos más y dos promotoras turísticas del Ministerio de Poder Popular para el Turismo, promueven los destinos turísticos de Venezuela, como este parque. El río, un poco más caudaloso que lo habitual, es el Tócome, su viaje inicia en la montaña, el Waraira Repano.
Lo primero que encontramos después de las promotoras es un café muy agradable con mesitas y sillas, llamado Camaya, @CamayaCafe, y como hace un poco de frío, nos provocó tomar un café, con el arroyo del río, el canto de cigarras y aves variadas como soundtrack, nos presentamos ante el par de jóvenes que atienden.
Buenos días, mucho gusto…
Buenos días, ¿quieren un cafecito?
¡Ah, sí, muchas gracias! ¿Cuál es que es tu nombre?
Yogher Armas.
¿Y el compañero?
Ángel Ruíz.
¿Cuánto tiempo tiene este quiosquito?
Como dos años y pico… lo que pasa es que a veces es difícil mantener hasta las plantas, el ambiente, cuidar el ecosistema… hay fauna, hay unos monitos que bajan, hay unas ardillas… nos dice Yogher.
Hay varios quiosquitos aquí…
Hay dos funcionando solamente…
¿Había un restaurant?
Queríamos rescatarlo, pero es demasiada la inversión…
Y aquí ustedes venden desayunos…
Desayunos y todos los domingos tenemos la sopa, eso es lo que nos ha hecho famosos… la gente se baña en el río y entonces vienen y se toman su sopa.
Se bañan sólo los niños…
No, la familia entera, lo único es que tienen que bañarse en shores y franelas.
El día de mayor afluencia es el domingo…
Sí.
¿El parque está abierto de martes a domingo?
Sí, claro, los lunes no abren.
En plena conversa nos alcanzan dos jóvenes mujeres vestidas con unas camisas azules, logos de Instituto Nacional de Parques (INPARQUES) y del Ministerio de Ecosocialismo…
Buenas, ¿ustedes son los chicos que nos van a grabar?, pregunta una de ellas.
Sí, respondo sonriendo, nos presentamos dándoles la mano…
¿Tú eres?
Gloria Boadas, integrante de Educación Ambiental.
¿Y tú?
Andrea Ugueto.
Nos sentamos en una de las mesas y seguimos la conversa degustando el café que nos ha traído Ángel. Les explico lo que estamos haciendo…
El parque cumplió años unas semanas atrás…
Sí, el 7 de agosto.
¿Cuántos?
Cincuenta y cuatro años.
¿Qué se está realizando actualmente en el parque? ¿Qué actividades?
Bueno, nosotros, como educación ambiental estamos encargados de los puntos verdes. ¿Qué son los puntos verdes? Son maquetas, por ejemplo, del ciclo del agua, del bambú, del parque, tenemos alrededor de quince maquetas, las tenemos en la oficina, se sacan cuando tenemos los puntos verdes, y realizamos juegos ambientales como bingo ambiental, juegos creativos, bingos, memoria ambiental, damos charlas informativas. Todo el que pueda participar lo hace: adultos, adultos mayores, niños. También a veces, para interactuar un poco más, damos premios.
¿Eso lo hacen todos los días? –pregunta Mili, nuestra fotógrafa-.
Viernes, sábado y domingo, los otros días de la semana realizamos más que todo abordajes al usuario, nos presentamos, les explicamos los servicios con que cuenta el parque, los baños, las instalaciones… Ah, también, si por ejemplo hoy es el día de la tortuga Arrau, les explicamos sobre ella…
También hacemos visitas guiadas que se les da a los visitantes desde el comienzo del parque hasta arriba, hasta la cascada, a veces se sube hasta la cascada número dos y así…
¿Cuál es la cascada número uno y la dos?
La número uno es la Ñu Alejandro, que cuenta con 20 metros y la dos que es Los Castaños, cuenta con 10 metros. En profundidad la número dos es mayor.
Imagínate, ahora, ¿qué actividades suelen realizarse aquí?
Aquí se hace yoga, bailoterapia, no todo el tiempo, pero sí en ciertos momentos, actividades creativas y recreativas… La verdad, nosotros queremos implementar muchísimas cosas, pero vamos paso a paso…
¿Cuál es el horario del parque?
De 8:30 de la mañana a 4:30 de la tarde, y como a las cuatro empiezan a sacar a los visitantes, les tocan pitos y les dicen que ya van a cerrar el parque.
¿Cómo hacen para la seguridad? Por ejemplo, cuando un niño se va a meter en el río, ¿hay alguna orientación? ¿Una vigilancia permanente?
Sí, hay vigilantes y guardaparques.
Saben dónde se pueden meter y dónde no… las cascadas están restringidas. La primera está restringida porque tiene una roca que puede ser peligrosa, entonces hay que hacer un estudio y ver si se puede adaptar, y la segunda prohibida porque tiene como un remolino y eso absorbe.
Terminado el café, nos paramos y seguimos conversando a medida que vamos caminando por el parque, es el momento en que inicia la visita guiada por Gloria y Andrea.
Avanzamos y vemos unos contenedores para reciclar papel, plástico y vidrio, pregunto si los visitantes lo cumplen, me acerco a los contenedores y compruebo que lamentablemente no, que hay tela donde va vidrio, plástico donde va el papel… hace falta mayor educación…
¿Dónde irá la tela? ¿Me la llevo?- pregunta Mili-, sí, también hace falta otro contenedor, agrego. Un poco más adelante, vemos a una señora barriendo, y unos pasos más, un señor también.
Veo que tienen limpio el parque, les digo a las chicas agregando: ¿Tienen suficiente personal para la limpieza?
Hacen falta más, responden a coro Andrea y Gloria, seguidamente esta añade: cuando damos una charla les explicamos la importancia de preservar, de que se lleven su basurita si no tienen un contenedor cerca.
Y respecto a la historia del parque…
Data más o menos de 1915, en esa época sólo venían a bañarse al parque personas pudientes, adineradas, en ese entonces el parque no era de recreación sino un balneario, luego en 1971, pasa a manos de INPARQUES, y ya allí pasa a ser parque de recreación. ¿Qué crees tú, qué diferencia hay entre un parque de recreación y un parque recreacional?, hay una gran diferencia…
Tal vez recreacional es donde puedes hacer algunas actividades como juegos y de recreación…
Bueno, en realidad, de recreación que es el parque Los Chorros, es un parque que no está tocado tanto por la mano del hombre, es muy natural. Segundo, es un parque de recreación pasiva, tú no ves aquí un niño jugando con pelota, no hay canchas, no se utilizan bicicletas, sólo ese parquecito que está allí, -me dice Gloria señalando un pequeño parque donde hay unos columpios y otras instalaciones, todas ellas pequeñas-… Y en el parque recreacional hay canchas como en los parques Miranda y el Alí Primera, donde hay patinetas, bicicletas y hasta mascotas, aquí no. ¿Por qué crees tú que no se pueden traer mascotas?
Porque alteraría el ecosistema.
Muy bien, igual que las plantas, o sea, traer flores…
Ni traer ni llevarse…
Exacto… ¡Ay me regalaron un ramo de girasoles precioso, me voy a hacer unas fotos en el parque Los Chorros!, no puedes.
¿No se pueden traer flores?
No, dentro del parque no.
Ahora, volviendo al parque… ¿Su extensión?
El parque cuenta con 4.5 hectáreas, esta es la cascada Ñú Alejandro, indica Gloria, a lo que Andrea añade: tiene ya tres años restringida por un deslizamiento que hubo de unas piedras, entonces se cerró para evitar cualquier tipo de inconveniente.
Esta es la que más se conoce, ¿la otra está más arriba? ¿Se puede ver?
Hay que subir, bueno, esta tiene 20 metros de altura, como ya les dije, y de profundidad no se sabe, porque eso cambia por las lluvias, se vuelve más profunda.
Frente a esta cascada, nos encontramos con un grupo de visitantes, me acerco a la señora Eneida González, ¿de dónde viene usted? De Catia, tenía años sin venir, ellos son mis nietos, a ellos les pregunto: ¿Qué les ha parecido el parque? Bieeen, gritan emocionados. Están recién llegando, lo han encontrado muy limpio, nos dicen, está más organizado, con muy buena atención, me indica la señora González ¿Vinieron a pasar el día? Sí, un full day, añade riendo. Muchas gracias, feliz día, igualmente, y seguimos nuestra visita guiada.
Unos cuantos escalones más arriba, nos encontramos a un par de funcionarios de INPARQUES uniformados, leo sus nombres, Pérez y Torres, respectivamente, un placer, les doy la mano preguntándoles, ¿cuánto tiempo tienen aquí?, seis añitos, responde Pérez. Con ellos y las chicas subimos al otro salto, unas escaleras más, y nos recibe un vivero…
Es importante que sepan que el parque cuenta con un vivero forestal, un vivero ornamental y un vivero medicinal, este es el forestal donde hay plantas como el café, cacao, lechoza… nos explica Gloria.
¿Y el medicinal?
Está hacia el estacionamiento, y el ornamental que son plantas de jardín, está hacia la entrada del parque.
Seguimos, otras escaleras, un caminito baboso, una roca, ¡ah mira!, indica Gloria, la virgen, aquí se le apareció a alguien…
Esta es la Virgen de Coromoto, añade el señor Pérez.
Así es, respondo e inmediatamente me acerco a contemplarla.
Seguimos caminando, somos privilegiados en esta ruta, les digo con la respiración acelerada…
Claro que sí, agrega Gloria, quien sigue hacia la caída de agua: a esta se le llama Los Castaños porque habían muchos árboles de castaños aquí.
Buenos días, nos reciben dos trabajadores, Wilfredo y Eduardo que están arreglando una cerca para próximas visitas.
Registramos el momento con una foto grupal. Pregunto por alguna anécdota, me responde el señor Pérez: En el 2019, por imprudencia, una señora con sus hijos, se metió por allá arriba, y pasaron, nosotros le dijimos: no pase por allí que es peligroso y la señora respondió de esta manera: yo paso por donde me da la gana y terminando la palabra, cayéndose, se pegó con una piedra y ahí mismo quedó.
Descendemos, otros visitantes, la señora Sonia Gámez, ¿de dónde vienen?, del 23 de Enero, andamos un grupo grande, niños con algunas condiciones especiales, vinimos once, a mi mamá que es del campo, de Táchira, le gusta, señora Carmen… bienvenidas al parque, se acerca otra señora, Yoly, vengan para la foto, adelante.
Regresamos al Camaya, nos sentamos, comemos unos pastelitos, y de pronto se acercan cantando niñas y niños de un plan vacacional, y tras ellos, con unos minutos de diferencia, un grupo grande de abuelitas sonrientes, celebrando la naturaleza, la vida.
Nos despedimos dando las gracias a las chicas y al parque todo por esta hermosa y reconfortante mañana.
Instagram del parque Los Chorros: @parquederecreacionloschorros.
Benjamín Eduardo Martínez Hernández
@pasajero_2