06/11/25. La vejez es una etapa vital con derechos y límites bien definidos. Es crucial reconocer los "no negociables" de las personas adultas mayores: aquellos derechos humanos fundamentales que bajo ninguna circunstancia pueden ser vulnerados. Estos pilares son las bases para garantizar una vida plena y digna.
Los "no negociables" de la vejez son, en esencia, los derechos fundamentales de todo ser humano: autonomía, respeto y participación.
Autonomía y consentimiento: Derecho a decidir
El primer e ineludible no negociable es la autonomía y el consentimiento libre e informado. Esto implica el derecho irrenunciable a:
Tomar sus propias decisiones sobre su vida diaria, estilo de vida y con quién interactuar.
Manifestar su consentimiento en el ámbito de la salud, lo que incluye rechazar o aceptar tratamientos médicos. (Habrá excepciones en casos muy específicos).
Manejar sus recursos económicos y bienes. Tienen derecho a decidir si necesitan o desean nombrar a una persona de apoyo, pero manteniendo la capacidad de decisión final.
La infantilización (tratarles como niños) o la intromisión en sus asuntos personales sin su aprobación son actos que vulneran directamente su dignidad y capacidad de autodeterminación.
Respeto y vida libre de violencia: Contra el edadismo
Otro pilar es el derecho a una vida sin violencia, abandono, exclusión o discriminación. El edadismo (discriminación por edad) se manifiesta en la desvalorización de su experiencia, el aislamiento social y los malos tratos.
El buen trato: Incluye ser llamado por su nombre, evitar diminutivos condescendientes y reconocer su valía como individuo.
Seguridad y dignidad: El derecho a vivir sin maltratos físicos, psicológicos o explotación.
Pensión que realmente satisfaga: El derecho a una seguridad económica que les permita cubrir sus necesidades básicas sin depender totalmente de terceros, ya que la precariedad económica es una forma de vulnerabilidad.
Participación e Integración: No al aislamiento
Es no negociable el derecho a la participación y la integración comunitaria. El aislamiento social es un factor de alto riesgo para su bienestar. Las personas mayores tienen el derecho a:
Mantener su red de relaciones: Seguir disfrutando de la vida familiar, social y cultural.
Ser útiles: Se debe promover que realicen actividades y tareas acordes a sus capacidades, fomentando la intergeneracionalidad y combatiendo el sentimiento de minusvalía. Su conocimiento y perspectiva son un recurso social invaluable.
Los "no negociables" de la vejez son, en esencia, los derechos fundamentales de todo ser humano: autonomía, respeto y participación. La sociedad tiene la obligación de velar para que sean una realidad tangible.

POR KEYLA RAMÍREZ • @envejecer_siendo
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta