27/11/25.
Querido mundo:
Aproximadamente 4006 kilómetros comprende la cinta costera de Venezuela; un litoral que abarca los estados Zulia, Falcón, Carabobo, Aragua, Miranda, La Guaira, Anzoátegui, Monagas, Sucre, Delta Amacuro y Nueva Esparta.
Miles de familias salen a trabajar cada día honradamente... Millones de adolescentes y niños están estudiando y saliendo adelante... Incontables abuelas les arrullan al dormir, bailan con sus familias, y sostienen sus comunidades con alegría.
La mayoría de la población de nuestro país vive justamente cerca del mar. Tal vez sean reminiscencias de nuestros ancestros Caribes y las cientos de naciones indígenas que custodiaron nuestras tierras y aguas por muchísimas lunas.
El pueblo de la costa fue el que implantó el acento venezolano que se come las "s" al hablar. El viento de oriente hizo no sólo que nuestro pueblo inventara el juego de Truco, sino que todo lo decimos con "j".
Paria fue la tierra que recibió a Colón. Aún, en el Delta Amacuro se mantienen en pie los palafitos que vieron por primera vez a los súbditos de la reina.
En la Costa venezolana se crearon los cumbés y las cimarroneras de afrodescendientes libertos.
El viento generó el fenómeno de los médanos de Coro: arenas que también viajan milagrosamente hasta el estado Apure (en el suroeste), y forman insólitas dunas en una tierra donde no hay mar. En el Zulia, el relámpago del Catatumbo es tan generoso, que a cada segundo genera oxígeno para el planeta y ayuda a restituir la capa de ozono.
En esta cinta costera, tradiciones de música, arte, devoción espiritual, humor, gastronomía y palabra son las guardianas de la memoria ancestral de nuestra gente. Los mejores peloteros de las grandes ligas del béisbol vienen de los pueblos del mar.
Se pierde de vista la cantidad de especies marinas, plantas, frutas y aves que hacen vida en el bioma de la costa venezolana. Nuestras montañas nos cuidan y contemplan la verdad en silencio.
Miles de familias salen a trabajar cada día honradamente, y resuelven como mejor pueden. Millones de adolescentes y niños están estudiando y saliendo adelante, con destino a sus sueños. Incontables abuelas les arrullan al dormir, bailan con sus familias, y sostienen sus comunidades con alegría.
Tengan eso en cuenta, cuando los misiles empiecen a disparar.
María Eugenia Acero Colomine
24 de noviembre de 2025.
2:20 am.
FIEL-La Insurgencia QUE CRECE

POR MARÍA EUGENIA ACERO COLOMINE • @mariacolomine