02/03/2023. Ninguna selección nacional ha dado tantas alegrías al país en los años más recientes como la de baloncesto. Los éxitos que ha cosechado el quinteto que hoy dirige el argentino Fernando Duró son incontestables y superan en mucho a la del resto de los combinados del país.
Durante muchos años, Venezuela vivió suspirando por la hazaña conseguida en el clasificatorio olímpico de Portland 1992. Aquella actuación monumental de apear al coloso Brasil y enfrentar en la final al Dream Team de Estados Unidos y Michael Jordan, conseguida por Carl Herrera, Yván Olivares, Gabriel Estaba, Nelson Solórzano, Sam Sheperd, Rostin González, Melquiades Jaramillo, Armando Palacios, Víctor David Díaz, Alexander Nelcha, David Díaz y Luis Jiménez, bajo la dirección del coach puertorriqueño Julio Toro, parecía un logro irrepetible para el básquet nacional.
Hasta que un insurgente grupo colocó de nuevo a Venezuela en el mapa del baloncesto continental, olímpico y mundial. La generación de Heissler Guillent, los hermanos José y Gregory Vargas, Windi Graterol, Néstor Colmenares, David Cubillán, Jhorman Zamora, Miguel Marriaga, Miguel Ruiz, Dwight Lewis Padrón, Javinger Vargas y César García que coronaron a Venezuela, por primera vez en la historia, en el FIBA América de México 2015 para clasificar a los Juegos Olímpicos de Río, revirtió la historia con una mezcla que deberían emular otras selecciones: humildad, resiliencia para superar cualquier dificultad organizativa y paciencia para amoldarse a un estilo de jugar que ha sido esencial en cada victoria.
El sistema que sembró el coach argentino Néstor “Che” García y profundizó su compatriota Fernando Duró, ha sido asimilado y ejecutado con precisión quirúrgica por cada uno de los integrantes que llegan a la selección.
Defensa y más defensa es la principal arma de la selección, que en la pista contraria ha hecho del control del balón para buscar siempre el pase extra y el jugador mejor posicionado sus principales argumentos a la hora de lanzar al canasto.
El reciente triunfo sobre la muy atlética Bahamas, se generó a partir de esta intensidad defensiva que impuso Venezuela en el segundo cuarto con Miguel Ruiz dando un soberbio tapón y Carrera tomando rebotes, robando balones e imponiendo su poderío físico en el poste bajo, ganando la raya con la velocidad y picardía que trae a la memoria a otra figura memorable del baloncesto como el inolvidable “Diablo” Cruz Lairet.
A la generación de México se han unido a la selección nuevos talentos como Garly Sojo, Yohanner Sifontes, José Materán, Michael Carrera y Edgar Martínez que con el triunfo ante Bahamas sellaron la clasificación de Venezuela a su quinto Mundial de Baloncesto de la historia y al segundo de manera consecutiva.
POR GERARDO BLANCO • gerarblanco65@gmail.com
ILUSTRACIÓN JUSTO BLANCO • @justoblancoruiz