16/03/2023. ¿Dónde comienza el presente? ¿En qué momento se zafa el pasado y comienza a ser aquello que ya no es hoy? ¿Cuánto tarda una hoja de papel en ponerse amarilla? Entre nosotros, muchas veces, discretamente, con una cámara, una libreta y sus ojos azules se sienta Liliane Blaser. Para mí, una mujer-testigo, una mujer-memoria, una mujer-cuaderno.
Para alguien que le ha dado voz al tiempo, a los momentos donde la luz se ha puesto leve y el ruido ha sido duro, Liliane parece una mujer que habla en voz baja. Para la edad que dicen que tiene, su energía ilumina la escena. A veces, al irse o llegar, aparece con su casco y su moto. Su juventud, como todo lo prueba, no la ha abandonado nunca y tampoco su curiosidad de ir mirando y guardando para cuando el tiempo pase, nuestra historia nacional, fecha a fecha, reunión a reunión, comunidad a comunidad.
A los dieciseis años, ya andaba filmando. Segura que tendría que ir llenándose de imágenes y de contextos, de métodos para incluirlas. De una sola foto puede surgir un documental, dijo alguna vez también que con saber de cine no basta. Debajo de las cintas están sus ganas de entender las realidades que vivimos. Para hacerlo, estudió psicología, sociología y antropología.
Creó su propia escuela, COTRAIN, a la que a veces se refiere como su hijo mayor y que funcionó hasta hace poco en la casa donde ella nació. Sus miradas de febrero son una parada obligatoria del que busca entender qué paso el 27 y cómo fue el 4. Sin embargo, Liliane no hace cine como quien hace farándula. Lo hace, como quien cree en el destino digno, en la jornada laboriosa, en el arreo de la esperanza que les toca a los pueblos transitar, a veces, una y otra vez, como quien ya no sabe si viene o va.
Probablemente no hay una suiza más caraqueña que ella ni una mujer a la que nosotros, los que estábamos muy chicos y los que aún no habían nacido que le deban más para entender cómo “la Peste” fue un dolor, un rumor, un olor y luego la realidad de días que nunca han de volver. Presente siempre, Lilian es una de esas mujeres que da orgullo conocer.
POR ANA CRISTINA BRACHO • @anicrisbracho
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta