13/07/2023. En los últimos años no hay deporte cuya afición crezca de manera más sostenida que la Fórmula 1 (F1). Dicen que al menos cuatrocientos cuarenta y cinco millones de espectadores han visto los últimos eventos en televisión y redes, así que el mundo se va llenando de fines de semanas de duelos entre Redbull, Mercedes, Aston Martin y la Ferrari, mientras que los ojos se pasean entre la pista y los boxes, y hay quien se acuesta pensando qué pasará si los cauchos se calientan o se resbalan, si los cambian o los dejan, si el camber está bien o mal.
Para animar aquello, los narradores se llenan de emoción cuando aparece Max Verstappen, Checo Pérez o Charles Leclerc. Seguro, si usted es un gran aficionado ya está dejando notas al pie para indicarme que no nombré a este o a aquel. Lo que usted quizás no vio es que en ese circuito no corre ninguna mujer.
Empecemos por decir que en el pasado -hace ya mucho tiempo- sí se anotaron algunas por las grandes copas. Han existido algunas mujeres pilotas que han llegado a las máximas pruebas y casi todas lo hicieron hace ya mucho tiempo como María Teresa de Filippis, una italiana que apareció en 1958; Divina Galica que estuvo en tres grandes premios en la década de los setenta; luego, varias lo han intentado como la española María de Vilota o lo han hecho en eventos promocionales como la colombiana Tatiana Calderón.
Queda, quizás, entonces, en el ambiente la duda de porqué tan pocas mujeres y pocos miran el tema técnico -aunque algunos dicen que ese volante es muy duro- reduciéndolo que esto es un hobby de millonarios, a los que pocas veces llega quien no pertenece a esas élites. Por el contrario, con mucha publicidad, salen reportajes de cómo las mujeres están cada vez más representadas detrás de cámara, dentro de las oficinas y también en los talleres.
En octubre de 2022, la F1 anunció que iba a presentar una nueva versión, sólo para mujeres, para que compitan en miras de llegar al gran podio, junto con los hombres. Así es el tema de la exclusión, hasta que no te pones los lentes para verla, ni siquiera la notas.
POR ANA CRISTINA BRACHO • @anicrisbracho
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta