27/04/2023. Así como me encantan las películas sobre mujeres y antiheroinas, también tengo cierto fetiche por las películas sobre el espacio. No me refiero a esas de ciencia ficción tipo Star Wars, sino a las realistas, las que me hacen emocionarme y soñar con base científica. Apolo 13, Interstellar, 2001 Space Odissey, El Marciano, Sergio y Sergei... Esas son algunas de mis favoritas.
Sufro de fascinación por lxs astronautas. Sé que es una filia muy común pero en este caso me río del cliché, a mí me gusta tenerla. Fantaseo con experimentar yo misma la gravedad cero, sacudir el polvo en la superficie lunar, disfrutar del paisaje cósmico a través de la ventanilla de la nave y exclamar como Yuri Gagarin: "¡Veo la Tierra! ¡Es tan hermosa!"
Así que, lógicamente, me la paso peinando los servicios de streaming buscando historias con esa temática. ¡Y no es poco lo que he conseguido!
El año pasado me topé con un documental que por su temática me enganchó y no fue hasta ahora cuando tuve el tiempo para verlo completo. No es una película nueva ni tampoco un éxito de taquilla, más bien me atrevo a decir que es una joyita escondida de Netflix que bien vale la pena ver con atención, sobre todo si tienes interés en las batallas de las mujeres contra las abominables instituciones de la sociedad moderna.
Se trata de Mercury 13 (2018. Heather Walsh y David Sington. Netflix). El filme, de poco más de una hora, retrata la historia del primer grupo de mujeres entrenadas para ser astronautas de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), a finales de los cincuenta y principios de los sesenta.
Como feminista, el documental me conmovió hasta las lágrimas. A decir verdad, no es precisamente una película sobre el espacio, aunque sus protagonistas sean astronautas. Sus temas principales son tres: los desafíos de la mujer en la ciencia, la sororidad y el miedo histórico hacia nosotras. ¡Cómo tiembla el patriarcado cada vez que le respiramos en la nuca!
Este es el argumento: Sucede que cuando Estados Unidos se encontraba en plena carrera espacial contra la Unión Soviética (URSS) y entrenaba a los primeros hombres que viajarían fuera de la tierra, al jefe de medicina espacial de la NASA le surgió la “curiosidad” de saber cuáles serían los resultados de las mismas pruebas si los sujetos examinados fueras mujeres. Esa duda hizo que él mismo, de forma autónoma, se embarcara en un programa de búsqueda y entrenamiento de astronautas mujeres.
Así nació el programa Mercurio 13, con trece mujeres pilotos. Ellas ya eran de por sí unas avanzadas a su tiempo, rebeldes y temerarias. Tenían que serlo para en esa época elegir al vuelo como profesión y además tener inquietudes científicas. Todas tenían historias increíbles y la forma en que se entregaron al sueño de viajar al espacio fue total.
Adicional a eso, lo cierto es que sus resultados fueron asombrosos. Ningún astronauta hombre las superaba en pruebas físicas o intelectuales. De todas hubo anécdotas memorables. Esta historia me encantó: un requisito para ingresar era ser soltera y no haber dado a luz. A pesar de la advertencia, se presentó una mujer casada con ocho hijos. La aceptaron de inmediato. El médico dijo: esta mujer debe tener unas habilidades blandas excepcionales. Y así sucedió. Fue de las mejores calificadas.
Pero, ¡oh sorpresa! A pesar de su desempeño sobresaliente, las mujeres de Mercurio 13 no fueron tomadas en cuenta por la NASA. Antes bien, sus directivos ordenaron cerrar el programa y apartar a sus integrantes como si fueran una amenaza. ¿Lo eran? En este punto, las trece chicas se convirtieron en kriptonita.
Lo que viene después no sorprende si tienes algo de conocimiento sobre las gestas de las mujeres en la historia. Demandas en la Suprema Corte, protestas de calle, entrevistas incómodas, cuestionamientos, fuego cruzado… todo lo que pasa cuando a las mujeres nos quieren cerrar las puertas pero no estamos dispuestas a ceder. La misma historia del sufragio, del aborto y de tantas otras luchas.
El documental nos deja perlas increíbles. Un astronauta dijo en una entrevista que para qué enviar mujeres al espacio si ya se habían enviado perros y chimpancés… Otro (el “héroe” John Glenn) afirmó que tener mujeres astronautas iba en contra del “orden social establecido”... Incluso, una mujer piloto que estaba en contra del programa advirtió: “Entrenar mujeres astronautas será una gran pérdida de dinero para el gobierno porque las perderán en cuanto se casen”.
Pero así como vemos esas declaraciones infames, hay momentos emocionantes de reivindicación y sororidad. Mi favorito: cuando en 1983 por primera vez una mujer es la jefa-piloto en una misión de la NASA. Ella dedica su logro a las mujeres del programa Mercurio 13 y las lleva como invitadas de honor el día de su despegue. El rostro de nuestras trece pioneras cuando la nave hace su despegue es electrizante.
Mercury 13 me recordó otra película maravillosa que oficialmente habla sobre astronautas pero que realmente es sobre mujeres: Talentos Ocultos, la historia real de tres matemáticas negras de la NASA que deben luchar contra el machismo y el racismo para poder destacarse en lo que hacían mejor que nadie más.
Y todo esto solo me hace pensar en lo importante que es dejar escritas nuestras historias, conocernos, no sólo entre nosotras hoy, sino intergeneracionalmente. Tener claro lo que nuestras antecesoras hicieron por nosotras, para tener claro lo que nosotras debemos hacer por las del futuro. Quizá suene lejano hablar sobre el derecho de las mujeres a ser astronautas, tenemos batallas más urgentes aquí; pero quizá no se trate de eso exactamente. ¡Se trata de que queremos estar en todas partes! Y donde esté una de nosotras, siempre estará la llamita violeta.
PS
Un final que no está en la película pero que es lindo conocer es que Wally Funk, una de las chicas del programa Mercurio 13, cumplió el año pasado, a los 82 años de edad, su sueño de viajar al espacio. Fue en un vuelo de Blue Origin (la empresa espacial de Jeff Bezos, el fundador de Amazon) al que asistió como invitada.
Fue un vuelo de tan solo unos minutos. Esos instantes la convirtieron en la persona de mayor edad en viajar fuera de la atmósfera terrestre. En Internet está toda la historia.
POR ROSA RAYDÁN • @rosaraydan