18/05/23. Antímano fue una de las parroquias mas vulnerbales durante las lluvias del 2011 por diversas condiciones. A través de los años en la zona se han venido diseñando diversos planes para la habilitación del sector, toma de los espacios ociosos, y construcción colectiva comunitaria de la mano de sus habitantes.
Esta es la experiencia de la Infantería revolucionaria ecosocialista por hábitat y vivienda (INFREHAVIANT), que como muchos otros urbanismos de la zona se han tomado con ahínco la tarea de aprender haciendo sus hogares y construir una comunidad. Esta experiencia de ciudad en específico tiene una historia muy interesante, ya que detrás de las manos que baten el cemento y colocan cada cabilla se expresa el trabajo de 96 familias que prontamente habitarán su espacio y de las cuales su mayoría, contradiciendo todo estereotipo de género en la tarea obrera, formativa y de creación de comunidad, es ejecutada en su mayoría por mujeres.
Antímano y la vulnerabilidad por las lluvias en 2011
Ayary Rojas es la vocera que nos invitó a conocer esta experiencia. “Es un placer que estén aquí. Es necesario que lo que estamos haciendo como poder popular organizado sea transmitido. Infrehaviant y la organización de base del poder popular de la vivienda, nacen a finales del 2010 por las políticas presidenciales de Hugo Chavez, iniciamos con pasos de formación. Las familias de la parroquia Antímano nos empezamos a concentrar en la emblemática casa Guzmán Blanco en torno a la necesidad de vivienda. En 2011 comenzaron las lluvias torrenciales en Venezuela siendo Caracas muy afectada, la parroquia tiene un nivel de vulnerabilidad importante y fue una de las más afectadas. En ese momento el presidente Chávez vino a La Pedrera, llamó a la población que estaba en diversas zonas afectadas y abrió las puertas de Miraflores como refugio; se comenzó a trabajar con hábitat y vivienda para brindar atención a las personas que perdieron enseres y hasta vidas. Te hablo, para ese momento, de 1200 familias”.
Nos comenta sobre los inicios por la toma de espacios ociosos y los planes formativos para la construcción de hogares en el sector de Antímano: “Empezamos a trabajar con hábitat y vivienda y en ese conglomerado que fue Infrehaviant nos fuimos empoderando de varios espacios en asambleas de viviendos venezolanos y nos acoplamos a la Gran Misión Vivienda Venezuela en organizaciones de bases de familia, nosotras específicamente estamos en la parroquia Antímano, sector El Algodonal, calle 2 desde hace siete años y construyendo desde hace cinco, más allá de construir viviendo es construir comunidad. Es conocernos, es conocer el territorio, reconocernos, porque acá vamos a vivir todo lo que tengamos dispuesto de vida.”
La obra, el hogar
En varias de las cuadras de la parroquia Antimano, saltan a la vista numerosos urbanismos que en apariencia son indénticos a los edificados por la Misión Vivienda, sólo quien es curioso, tiene un familiar o forma parte de la zona, sabe que dichas residencias tienen en sus cimientos, los sueños, el sudor y la organización de sus habitantes.
Al llegar al portón de la obra, fui recibida por dos mujeres quienes me condujeron hacia la edificación, en el campamento temporal y en asamblea, una comitiva en representación de quienes estaban dentro de las dos imponentes torres, poniendo manos a la obra y ejerciendo sus jornadas laborales para la construcción de lo que pronto serán sus hogares.
Rojas comenta: “Esta estructura tiene un diseño aporticado, es uno de los prototipos de la Misión Vivienda de Venezuela, pero con un trabajo participativo en donde todas las familias pensamos ¿cómo queremos vivir?, ¿dónde? y ¿de cuántos pisos? Construimos 48 apartamentos por edificio y son dos, lo que se traduce en 95 apartamentos y uno socio productivo. Hay apartamentos de dos habitaciones de 66 m2 y de 76 m2 los de tres habitaciones, estamos en la etapa constructiva con un 95% en estructura, 85% en el cerramiento y un 10% en acabado, en servicios internos estamos al 100%, sin embargo la comitiva externa de Corpoelec, Pdvsa Gas, Hidrocapital y Cantv indican que hasta no definir el edificio como tal, no podemos contar con los servicios externos.
Juan constructor es quien vive en el barrio y construye la ciudad, ¿porqué no puede él mismo construir su vivienda digna?
Estamos haciendo un tanque semi subterráneo para 82.000 litros de agua y así tener autonomía en la edificación. Tenemos canchas, áreas de esparcimiento y estacionamiento. Más allá del tema constructivo trabajamos desde lo político, para la comunidad y con valores de solidaridad. Es muy importante que el poder popular, hombres y mujeres, decidan y tengan las oportunidades de construir sus viviendas. En el país existen 1500 asambleas de vivienda cada una con su vida, esencia y dinámica propia”.
Aprender haciendo
Organizarse como comunidad y construir la vivienda donde habitarás y crecerás otorga un valor inmaterial al trabajo dedicado. Conocer este tipo de experiencias es muy gratificante ya que no es sólo trabajo obrero, detrás de sus historias se recoge la unión en pro de la formación en valores, y la construcción de un nuevo tipo comunidad.
Ayary rescata la metodología de trabajo de los que habitaran este sector: “En lo formativo ha sido aprender haciendo, algunos tienen oportunidades de pasar por instituciones universitarias sin embargo a nosotros nos tocó de forma autodidacta. El Ministerio de Vivienda y Hábitat nos aporta los materiales constructivos de acuerdo al diseño y las etapas de construcción y nosotras como poder popular estamos comprometidas y comprometidos con lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo. Más de 95 familias están involucradas en el desarrollo del proyecto porque se basa en la autoconstrucción, sin embargo se ha abierto el compás a tener trabajando otras personas de sectores aledaños en la comunidad. Hoy tenemos 56 personas trabajando y casi todos son de las familias que serán beneficiadas. También pasa que entre la comunidad y las otras asambleas de vivienda en el sector, hacemos trueque de mano de obra, servicios y materiales".
Escuela de construcción
Indica la importancia que tuvo en su momento aprovechar las potencialidades del espacio. “Al iniciar la edificación estudiamos ¿cómo podíamos aprovechar la luz natural?, la proyección del sol, la energía limpia, la circulación y ventilación del aire para no depender de un aparato de climatización. También la formación y la autoformación en lo que a ahorro energético se refiere. En lo socio productivo aprovechamos los espacios para la agricultura, siembra de frutas y tubérculos; hemos tenido gallinas ponedoras, cochinos para ser auto sustentables en el tiempo”.
Desafíos al romper paradigmas
Esta obra está ejecutada en su mayoría por mujeres de la comunidad, cosa que contradice los roles de género: "El primer desafío fue romper el paradigma de que las mujeres asumimos la construcción de vivienda, primero porque en esta sociedad las mujeres sirven para cuidar a los niños y aunque lo hagamos con gusto somos capaces de mucho más, aquí nosotras nos hemos empoderado en la autoconstrucción sin tener un conocimiento técnico o académico previo, nos tocó aprender haciendo".
"Los arquitectos tuvieron la oportunidad de borrar las preguntas en un examen, a nosotras nos tocó hacerlo y hacerlo bien. Hemos tenido muchos apoyos en herramientas técnicas, respuestas ante dudas y problemas que nos han surgido. Ha sido rudo romper el paradigma de que las mujeres no somos capaces, si lo podemos hacer, hemos tenido confrontación con ciertos compañeros y compañeras ya que si no es el hombre quien dice cómo se hace, no se hace".
"Cada una de nosotras y nosotros es capaz de defender esta tesis, ¿cómo lo hacemos? y ¿por qué? y donde nos paremos manejamos lo técnico y lo coloquial. Hemos logrado los objetivos, ya la estructura está definida. Entre instituciones nos ha tocado también esforzarnos, porque existen muchos entes o personas que dudan de que el poder popular pueda concretar este tipo de proyectos. Hay una resistencia y creemos que el poder popular es del tamaño del compromiso que se le presente”.
Ircedia Boada quien también forma parte de esta obra comenta el espíritu de este grupo comunitario, y cómo se han inspirado tras la idea de Juan el constructor: “Juan constructor es quien vive en el barrio y construye la ciudad, ¿porqué no puede él mismo construir su vivienda digna? Somos capaces de darle futuro a nuestra patria y a nuestros hijos, con mente, corazón y acción, hogares felices. Cada una de nosotras más allá de la necesidad y las diferencias inyectamos el amor a lo que es nuestro. No es solo decir que en Venezuela no hay futuro, nosotros somos capaces de surgir y dar ese fruto nuevo con nuestras propias herramientas”.
De camino a la obra pude ver los dos modelos pilotos que tienen por piso, en compañía del señor José Corredor, quien me mostró cómo venía el modelo en obra limpia, en otro con tono de alegría -que me conmovió- me preguntó con una felicidad que no es descriptible con palabras, si se veía bonita una cerámica y me exclamó: “Este no viene así, esta cerámica la puse yo, porque esta es mi casa”. Al preguntarle por una anécdota Corredor me comentó: “Recuerdo el día que nos entregaron el terreno, fue un día fuerte, todas las familias nos vinimos esperando que nos dieran la autorización para la ocupación temporal de los espacios, esto era una chatarrera, puro acero y hierro. Era de noche, había una plataforma donde compactaban las toneladas de chatarra y llovió, nos llenamos de aceite, grasa y nos chorreamos todos".
"El agua del cielo que nos caía era grasa, eso fue alegría y a la vez fue muy impactante. Para nosotros esta experiencia fue romper un paradigma, no sabíamos nada de construcción, ha sido para mi muy bonito, aprendimos a hacer las cosas, batir pega, cómo hacer una mezcla, ¿qué tipo de cemento y cantidad de arena se lleva?, ¿cómo hacemos la autoconstrucción sin ser arquitecto, ingeniero, o albañil? Sobre la marcha resolvimos y esta escuela constructora ha sido una vivencia muy agradable. Hacernos nuestra propia casa, una vivienda digna. Nosotros sí podemos construir, desarrollarnos, levantar esa obra que estás viendo, todas estas manos han sido Juanas y Juanes constructores. Cuando una mujer avanza ningún hombre retrocede, nosotros no podemos retroceder.”
Cuando una mujer avanza ningún hombre retrocede, nosotros no podemos retroceder
En esta comunidad las decisiones las toman en forma asamblearia, se reúnen cada quince días para ver los avances de la obra. Los sábados tienen trabajo de campo que es un adicional a toda la semana de trabajo, ese día consigues allí a todas las familias abocadas al mantenimiento y limpieza de las áreas así como en tareas de desmalezamiento. La obra estaba lista para ser entregada hace año y medio, algunas limitantes la han ralentizado, sin embargo no han dejado de atenderla ni de ser atendidos. La comunidad proyecta que la edificación estará habitada para el mes de septiembre, aunque desde la alcaldía reorientaron que fuese entregada en dos meses. Esperamos tener la oportunidad de volver una vez que sea habitable la obra, para junto a ellas y ellos celebrar la victoria de comunidades que se forjan a sí mismas y que satisfacen sus necesidades mediante el trabajo colectivo, la colaboración mutua y la firme apuesta común de concretar el sueño de una vivienda digna.
POR MARÍA ALEJANDRA MARTÍN • @maylaroja
FOTOGRAFÍAS ALEXIS DENIZ • @denizfotografia