22/06/23. Había una vez un hombre apasionado por explorar y con ojo arqueológico para encontrar en cada calle del país un tesoro. Cada esquina era un yacimiento que narraba historias de huellas de antepasados. El explorador se detenía a recoger cosas del suelo y llegó a encontrar objetos precolombinos, con tan sólo caminar escuchando a quien le hablaba.
Fue un profesor insigne con una manera clara, humorística y profesional de explicar las cosas. En una clase especial de Introducción a la Historia de Venezuela comparaba análogamente al hombre neandertal con el actor de Hollywood Collin Farrel.
Existió una vez un hombre que luchó a capa y espada contra la desigualdad y un día en una pelea dentro de una biblioteca se le plantó a un tipo en la cara y le dijo: "Si quieres pegarme por marico entonces pégame, que lo bruto no se te va a quitar nunca y yo voy a ser marico siempre".
Era un cinéfilo apasionado por reunir lo mejor del cine de la diversidad sexual porque para él hasta en el cine era importante rescatar lo diverso -que no es que abunde-, por encima de la heteronorma. Entre sus sinopsis y comentarios te hacía ver las escenas de una manera más profunda.
Compiló con gran destreza y contra toda tradición académica “las historias y cultura de la diversidad sexual”, hecho polémico e irrepetible en la historia intelectual de este país. Aprovechó para transformar la visión desigual de nuestra sociedad y para levantar la bandera de lo que creía justo.
Hubo quien lo denigraba por su orientación, eso nunca lo amedrentó, sensible, compañero, excelente profesor. Querido por muchos y en su momento vulnerable, apoyado y abrazado por quienes veían en él su valía; hombre profundo, amoroso y risueño.
Que el mundo no olvide jamás la elocuencia de sus palabras, la falta de distinción que estableció en el trato hacia los seres humanos, su lucha por transformar las brechas y el sufrimiento de los marginados.
Que sepan y que se recuerde que este país tuvo la dicha de tener en sus calles y en las aulas a un Rodrigo Navarrete, quien será siempre recordado en los corazones de cada estudiante que pasó por sus aulas, en el de sus compañeros antropólogos, y que será referente de la comunidad sexo diversa con la que caminó y en su nombre tenemos que continuar.
POR MARÍA ALEJANDRA MARTÍN • @maylaroja