11/07/23. El Teatro Municipal de Caracas es una edificación muy conocida y tal vez poco disfrutada por cualquier caraqueño o caraqueña que se aprecie de serlo. Levantado sobre las ruinas del antiguo templo de San Pablo y del, también antiguo, hospital homónimo, ha sido testigo y protagonista de grandes actos y eventos de índole cultural y hasta político. Sin embargo, el espacio geográfico que ocupa y que lo circunda es poseedor de una historia, también muy interesante.
En ese mismo lugar donde hoy se levanta la torre sur del Centro Simón Bolívar y sus alrededores se fundó en 1590 la Aldea de San Pablo y mucho antes de eso fue un asentamiento indígena.
La historia de la Aldea de San Pablo es más o menos así:
En 1580 hubo en Caracas un brote importante de viruela, el primero documentado. Para esa época la ciudad la componían: la Plaza Mayor y algunas cuantas "manzanas". A fin de dar atención a los enfermos y evitar contagios, el gobierno del momento decidió destinar un espacio al sur de la ciudad, alejado del centro de ella apenas unas siete cuadras. Allí se improvisó una choza que sirvió como puesto de socorro para los afectados. Muchos murieron y por decisión de las autoridades fueron enterrados en el mismo sitio, convirtiéndose así en un cementerio. Luego, en memoria de los que allí habían fallecido, se erigió una pequeña ermita de oración en honor a San Pablo Ermitaño. Un dato curioso es que muchos años después, en 1814 fue sepultado en este cementerio el ilustre músico caraqueño José Angel Lamas. De hecho, sus restos fueron exhumados en 1949 y misteriosamente desaparecieron.
Pero volvamos al cuento. Luego de la construcción de esta ermita se decide hacer en el lugar un reducto. ¿Qué es un reducto? Es una serie de edificaciones constituidas por: una iglesia, un hospital, un cuartel y fortificaciones, en este caso contaba, además, con el cementerio antes mencionado. Alrededor y formando parte de ese reducto se construyeron también casas de familia y una plazoleta en el centro, lo que a su vez hizo que se convirtiera en una aldea. Ya para 1590 se criaban animales y se trabajaba la tierra de manera organizada en los predios.
El reducto resultó muy afectado con el terremoto de 1641. Su reconstrucción fue lenta y complicada. Luego del terremoto de 1812 y de los estragos causados por la guerra de independencia, el reducto quedó reducido a ruinas. No obstante, el 2 de agosto de 1859, el infortunio vuelve a hacerse presente en la pequeña aldea, cuando en terrenos de la plaza tiene lugar un combate entre liberales y conservadores durante la Guerra Federal.
Un día antes, el 1 de agosto de 1859, se consumó un golpe de estado en contra del presidente Julián Castro, por parte de los liberales o federalistas. El comandante de armas de Caracas, Manuel de las Casas, dirigió el contragolpe y tomó posiciones defensivas en Caracas, apoyado por algunas unidades leales y habitantes de la ciudad afectos al gobierno conservador o centralista. Con motivo de apoyar la insurrección se traslada desde La Guaira hasta Caracas el general Pedro Vicente Aguado, quien confiado del éxito del golpe, no esperaba encontrar resistencia para entrar a la capital. Fue sorprendido en la colina del Calvario por los batallones 5 de julio, Constitución y el Cuerpo de Voluntarios. Comienzó ahí una cruenta lucha que se prolongó hasta la plaza de San Pablo. Ya en ese punto la falta de munición y la confusión reinaban en ambos bandos. Según Aquiles Nazoa en su libro "Caracas física y espiritual" se presentó un combate de "aspavientos y alharacas". El lamentable saldo de esta contienda fue de sesenta muertos y un gran número de heridos y prisioneros.
De ahí el término: sampablera, que se emplea para denotar confusión y alboroto público. Este venezolanismo aparece en el diccionario de la lengua española a partir de su vigésima segunda edición.
En 1875, el presidente Antonio Guzmán Blanco ordena la construcción de, entre otras cosas, un teatro con toda la sofisticación de un teatro europeo. El sitio escogido para esto fue el que ocupaban el antiguo templo y el hospital de San Pablo, en ruinas para el momento. La obra fue iniciada por un ingeniero de apellido Ricard, quien fue destituido por retraso en la culminación y sustituido por el ingeniero Jesús Muñoz.
El teatro se inaugura el día 7 de abril de 1885 con la ópera Il Trovatore de Giuseppe Verdi y en principio, fue nombrado Teatro Guzmán Blanco al igual que la antigua plaza de San Pablo, donde hasta una estatua del "rey de copas" fue erigida. Sin embargo, en 1888 es renombrado Teatro Municipal. Una verdadera joya arquitectónica, llena de lujo y majestuosidad, muy moderna para su época. Sufrió una mutilación de su fachada original en 1949 para dar paso a la construcción del Centro Simón Bolívar. Ha sido objeto de varias remodelaciones a lo largo de su historia, proceso en el cual, por cierto, se encuentra en este momento. Tuve la oportunidad de acceder a este emblemático lugar y me llené de una energía muy particular, algo que llama y aviva la llama, el sentido de pertenencia, el orgullo de ser caraqueño, el amor que le tengo a mi ciudad y a su historia, todo eso se removió en mí y se magnificó. Espero pronto poder asistir a alguno de los actos programados para su inauguración sabiendo este par de cositas. Kike Gavilán.
TEXTO TFOTOGRAFÍAS KIKE GAVILÁN • @kikegavilan_rc