22/04/24. En el Panteón Nacional sólo reposa una escritora. Es Teresa de la Parra. Su obra, contundente y breve, ha gozado del raro privilegio de no haber sido olvidada. De allí, que se recuerde que hace cien años fue publicada por primera vez Ifigenia, su pequeña e inolvidable novela. Generalmente, a Ifigenia se le reconoce su papel como una descripción acertada de la Venezuela gomecista, rural y limitada, pacata y reprimida. Sin embargo, es también una obra escrita por una mujer, que cuenta una visión y una acción femenina. Sobre ello, dijo Uslar Pietri, que ese libro sólo podía escribirlo una mujer.
¿Qué significa eso? ¿Es una frase equidistante del insulto y del piropo? Por mucho tiempo se ha querido descubrir si existe alguna manera de escribir que sea femenina. Décadas atrás, eso significaría que es una obra menor, incapaz de abordar las temáticas principales o de tener tantos matices como las obras que hacían los hombres. Hoy, sería una manera de decir que es un universo a descubrir, que gana cada día su propio espacio, editoriales y premios.
Ifigenia es el relato de una joven que se aburría. De María Eugenia Alonso, protagonista de dieciocho años de edad, que regresó a Venezuela después de vivir y estudiar en París durante muchos años. Ella nos cuenta el mundo con su propia voz, e incluso, lo dificil que es tenerla en un entorno que, sin importar las ansias de libertad e identidad, el destino sólo puede ser el matrimonio o la deshonra.
Así, nos dice: ser mujer es lo mismo que ser canario o jilguero. Te encierran en una jaula, te cuidan, te dan de comer y no te dejan salir; mientras los demás andan alegres y volando por todas partes. Siendo este tan sólo uno de los gritos que quedaron encapsulados en estas líneas que por décadas han acompañado a las jóvenes venezolanas.
No sólo en este texto sino en toda su obra Teresa dejó clara sus ideas feministas, lo que podría hacer de ella una de las pioneras del movimiento que se abrió camino en el siglo XX. Su propia existencia, breve pero imborrable, nos muestra cómo logró hacerse un nombre en un mundo de hombres. Cómo llegó a ser mucho más que un canario.
POR ANA CRISTINA BRACHO • @anicrisbracho
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta