03/08/2023. A las siete de la noche, si uno se queda viendo (sin dejar de caminar) la sombra del cuerpo sobre el cemento y si agarras una piedra que pese lo suficiente para tapar la luna, entonces, por esas horas pisadas y pasadas, ella, que estaba a la mitad creciente después del San Juan reciente después de la Batalla aquella, que rima con epopeya y ya dejo de intentar porque después de la verdadera poesía, las rayas se diluyen. El camino, desde San Bernardino, luego de las rayas o líneas como de hoja de examen sorpresa, se transforma en hojas cuadriculadas que se llenan de tierra. Matemática pura, hasta la Cruz, apagada y atravesada; son más de tres kilómetros de subida para sudar todo eso que.
Bicicletas, perros, gente. “Yo dejé de ir cuando empezaron a robar”, me dice otro caminante del Waraira. No sube desde antes de la pandemia, que se nos olvidó.
Antes de, por esas cosas del Efecto Fink*…
*Efecto Fink:
Figura literaria que consiste en la visión estrictamente romántica de la luz de Caracas por las tardes, creada por una argentina que caminó la montaña, sintió su energía, atravesó una nube y vio el color que veía Reverón desde Macuto. Debido a eso y a otras cosas, la luz del sol, a las siete de la mañana, llega primero a San Martín que a la plaza Bolívar. Esta larga cita es porque estoy leyendo un libro de un sociólogo dinámico de apellido Gerig, que investigó el auge y la caída del siglo petrolero venezolano.
… Fui a parar, sin caminar, a La Florida. Allí, Giordana García Sojo y Gonzalo Ramírez presentaron un libro de poesía de Juan Sánchez Peláez. Y después de la toma de Ayahuasca, el Taita Guaregua, de la etnia Cumanagoto, mandó a parar el tambor: “Escuchemos el sonido de los pajaritos”. Ya había amanecido, que rima con entumecido. “Frío con escalofrío”, en aquellas largas e infinitas distancias del trotador cercano que, sumando letra por letra, sin multiplicar, es millonario en.
Me pidieron un personaje. Ella, que me ignora, me obliga a recolocarme; consigo diecisiete en un sitio lleno de cipreses.
Tomar ayahuasca es respetar un rito. Es una ceremonia ancestral. El taita agradece la oportunidad de dar la medicina en su tierra. Oriundo de Puerto Píritu, antes de iniciar, se sienta y toca la armónica suavemente. Son las once de la noche.
La medicina
Ir a la montaña antes del rito, y después, es una ventaja caraqueña. Poesía y montaña contra lo que sea, dice otro caminante de los tantos que habitan eso. En esta y las siguientes dos entregas, esta columna tratará de contar qué es eso de tomar Yagé, sin tantas ventanas abiertas.
POR GUSTAVO MÉRIDA • @gusmerida1
FOTOGRAFÍA MAIRELYS GONZÁLEZ • @mairelyscg27