24/08/23. Preguntó la presentadora si todos los hombres de izquierda eran feministas. La verdad es que son dos asuntos del pensamiento que históricamente no siempre se conjugaron. Existen hombres de izquierda que desprecian el feminismo, teórico o sus reivindicaciones concretas y también hay feminismos de derecha. Este pensamiento es una cantera amplia donde caben muchas visiones del mundo y la defensa de la mitad de quienes conforman la humanidad, aglutina personas con ideologías e intereses distintos, incluso contrapuestos. Lo importante allí, es recordar que el feminismo tiene que seguir siendo el contenido y no el continente, es decir, la idea y no la forma.
Para contarlo, podríamos pensar en hombres que intelectualmente fueron muy avanzados y que en su intimidad revelaron prácticas profundamente despreciativas por sus compañeras. Por ejemplo, si nos quedamos con los escritores que, acompañados de escritoras talentosísimas les pidieron que no escribieran. Así, parece que ocurrió entre Octavio Paz y la escritora Elena Garro, definida como su esposa, víctima y enemiga. También parece que así fue la suerte de la cronista de guerra Martha Gellhorn, segunda esposa de Ernest Hemingway, y, hasta Gisele Halimi cuenta que el pacto entre Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre, estaba atravesado de un reconocimiento de la superioridad de él.
Con el paso del tiempo, el feminismo ha ganado terreno y legitimidad, así, parte de sus premisas como la negación del derecho del marido a violentar a la mujer entran al corpus de lo que están obligadas las personas, pero el presente tiene sus propias contradicciones y amenazas. Así, que lo mismo hay gente de izquierda que no compra el feminismo, como hay gente de derecha. Como hay hombres feministas y mujeres que niegan el feminismo.
POR ANA CRISTINA BRACHO • @anicrisbracho
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta