06/10/23. Hurgando en los boleros cantados por Rita Montaner para mi programa de radio, encontré el Te odio de Félix B. Caignet, que al decir en la primera estrofa: “Te odio y sin embargo te quiero”, no lograba entender que no fuera el clásico Te odio y te quiero con letra de Reinaldo Yiso y música de Enrique Alessio, pero muy pronto salí de la duda. Ya suficiente era que su autor fuera Félix Benjamín Caignet Salomón, más conocido como Félix B. Caignet, creador de El derecho de nacer, la radionovela más trasmitida del mundo, quien además fue locutor, poeta, periodista, novelista, crítico teatral, compositor musical y cantante cubano.
Pero vayamos al cuento buenísimo de su creación, que resumiré de una vieja entrevista de Orlando Castellano, cuando Félix tenía ochenta años. De sus tiempos de periodista en el Diario de Cuba, de Santiago, tuvo una sección patrocinada por los cigarrillos Edén, que firmaba con el seudónimo de A. L. Kanfor, donde, entre otras cosas, se publicaban cartas de amor y se premiaba la mejor de cada día. La historia es que a partir de esa sección se hizo compositor y se enamoró locamente.
Un buen día, llegó una carta con una nota que decía: “Ésta no es para el concurso, es para usted”, escrita por una mujer que firmaba con seudónimo y le contaba que se enamoró de él… “expresaba que estaba enamorada de mí, que me conocía y yo a ella no; me describía todo un programa de felicidad para si algún día nos pudiéramos unir, todo esto con un estilo y brillantez exquisitamente extraordinarios. Aquella carta revelaba un alma superior, a una persona culta. Le respondí en mi sección del periódico pidiéndole que se identificara, que quería hablar con ella personalmente, sus cartas siguieron llegando y continué publicando mis respuestas. Ella tuvo detalles bellísimos, gestos delicados, como el de enviar flores en el día del cumpleaños de mi madre”. La dama en cuestión utilizó otras jugadas románticas, como la vez que le envió un paquetico con la mitad de un bombón mordido por ella, para que se lo comiera. El periodista se metió a poeta, y los versos le salían a chorros y hasta le puso música a uno titulado con el seudónimo de la misteriosa amada. El violinista santiaguero Electo Rosell, conocido como Chepín, le puso música y la estrenaron a sala llena, en el teatro Cuba que Caignet administraba. Todo iba muy bien, pero aquel amor viento en popa, estuvo a punto de sucumbir.
Así casi dos años de estos amores epistolares y de pronto, dejó de recibir las carticas durante varios meses. Félix Benjamín pensó lo peor, la burla fue lo primero, sintió como si su novia anónima le fue infiel, en medio de aquel despecho del aire, sintió que el amor estaba mutando al odio, y comenzó a escribir, “te odio y, sin embargo, te quiero, te odio y no puedo olvidarte”, ese fue el bolero Te odio que le estrenó Rita Montaner en La Habana y el Trío Matamoros en Santiago.
Esta historia continuará...
POR HUMBERTO MÁRQUEZ • @rumbertomarquez
ILUSTRACIÓN ERASMO SÁNCHEZ • 0424-2826098