09/12/2022. Puerta, puerta, puerta, gritábamos con furia juvenil, una cantidad considerablemente de estudiantes a las afueras del Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, para entrar en aquel concierto casi incógnito que dio Pablo Milanés en el 93. La sala estaba a reventar, sus 2.696 butacas ocupadas, era un riesgo permitir más público. Sin embargo, nuestra inclaudicable voluntad, dio al traste con la decisión a regañadientes del productor del concierto y aquellas puertas se abrieron plenas, disparando algunos de los que hacíamos presión con nuestros cuerpos.
Volé como impulsada por las Nubes de Calder y me olvidé de la persona que me tomaba de la mano minutos antes y fui a dar directo a la escalera lateral izquierda de la tarima. Allí como espectadora de excepción, fui abrazada una y otra vez por la potente voz de Pablo. Ronca de gritar “Te amo Pablo” me estremecí hasta las lágrimas por quien fue, es y será una referencia de la canción cubana, de la canta latinoamericana. De quien alumbró con sus letras una parte de nuestras vidas amorosa, solidaria y política. Al salir del mágico concierto de aquella noche, me esperaba él, aquel muchacho oriental con quien compartí aulas, pasillos y besos universitarios. Me sujetó de nuevo la mano con dulzura y caminamos entre la muchachada, rumbo a plaza Venezuela, mientras a coro tarareábamos: “Yo te no pido que me bajes una estrella azul, solo te pido que mi espacio llenes con tu luz” o “Yolanda, Yolanda eternamente Yolanda” letra que cambiábamos a ratos por “Fulana, Fulana eternamente Fulana”.
Nada que reclamar
Tomaste partido por las causas justas, y tu voz, tu hermosa voz, abrazó solidariamente a los pueblos, prueba de ello, son las canciones: La Vida No Vale Nada, Yo pisaré las calles nuevamente, Mi verso es como un puñal, Amo esta isla, Pobre del cantor, Yo me quedo, Canción Por La Unidad Latinoamericana, Son de Cuba a Puerto Rico… Canciones cuyo estilo musical muy influenciado por el jazz y los viejos trovadores, puso por delante la conciencia, el sentimiento propio y el de un pueblo que estaba iniciando la revolución. La Nueva Trova Cubana, movimiento del que Pablo hizo parte, alimentó con estas y otras letras la conciencia de los sures del mundo.
El breve espacio en que no estás
Sirva una de tus letras para evitar despedirte, para invitarte a que nos acompañes en estos días sin lumbre. Valdría repetir que yo me quedo contigo, querido Pablo.
POR ARACELIS GARCÍA REYES • @aragar1