18/02/24. Cierro este ciclo de cháchara sobre los clubes de corredores transmitiéndote algunos consejos de los que ya han fundado uno, por si acaso tú te animas. Conste que yo no lo he hecho (ni siquiera he militado en uno), así que sólo repito lo que me han dicho, algo típico de los periodistas y los chismosos.
Lo primero que recomiendan es escoger un nombre apropiado, que refleje el sentido, la fuerza que moverá al grupo. Como vimos en las reseñas de algunos de los clubes que funcionan en Caracas, es frecuente apelar al lugar de encuentro o la zona de la ciudad. Otros le ponen un toque humorístico. Varios llevan el apellido runners, debido a nuestra irresistible tentación por los anglicismos. Si vas a bautizar tu club, búscate un nombre que tenga gancho y atraiga a los posibles miembros.
También es conveniente acuñar un lema, una frase que resuma la razón de ser del clan. Mejor todavía si funciona como grito de guerra para las jornadas de entrenamiento y la participación en competencia.
Cuando ya todo esté funcionando, puedes pensar en crear un logotipo, elegir unos colores para identificar al club y en conseguir quien confeccione unas camisetas. No lo hagas antes porque te puede pasar como a los que organizan equipos de softbol, diseñan los uniformes y las gorras, los mandan a hacer... Y nunca juegan ni un partido.
Como consejo de cierre, te advierto del peligro de caer en una competitividad exagerada dentro del nuevo club. Ten siempre presente que se están asociando para entreayudarse, pasarla bien y ser más amigos, no para demostrar quién es el que más sabe o mejor corre. No te pongas pesado.
Debes estar preparado para los roces, las pugnas internas, las rupturas y las ingratitudes. Siempre habrá gente que parece disfrutar saboteando las iniciativas ajenas y otros que quieren sacar provecho o ganar indulgencia con escapulario ajeno. Recuerda que los corredores tienen muchas virtudes, pero, en última instancia, son humanos y como tal se comportarán, para bien y para mal.
Pasos y zancadas
Una tragedia mundial. En un accidente de tránsito, falleció el plusmarquista de los 42K, Kelvin Kiptum, un keniata de 24 años, que implantó la marca de 2 horas 35 segundos en el Maratón de Chicago, en octubre pasado, destronando a su compatriota Eliud Kipchoge con una diferencia de 34 segundos. Era el más firme candidato a lograr la hazaña de bajar de las dos horas en esta distancia. En el accidente, ocurrido en el Valle del Rift, cuna de varios de los mejores fondistas de la historia, también murió el entrenador de Kiptum, Gervais Hakizimana.
[Próxima entrega: Accesorios para correr]
POR CLODOVALDO HERNÁNDEZ • @clodoher
ILUSTRACIÓN JADE MACEDO • @jademusaranha