07/03/24. Pueblan las aceras de la ciudad. Ellos, como ellas, se mueven, se despiertan temprano enarbolando sueños. Decirlo puede parecer simple, más bien común, los sueños, que me perdone Calderón, son algo más. Esto que somos llena de sentido un mundo donde lo común parece no tenerlo.
Desde hace un tiempo acompaño a papá donde Carlos, un corte moderno, dicen y les creo. Papá queda satisfecho. El camino desde casa nos lleva unos veinte minutos, uno, dos, tres, es el cuarto barbero en todo el trayecto, pero los que vienen desde la parroquia vecina, pueden contar sin exagerar, alrededor de veinte.
Hoy vuelvo a visitar a Carlos, la fila de clientes es enorme.
Hermano, cuéntame, ¿Desde cuándo estás en esto? "Desde hace casi un año". ¿Cómo y por qué te inicias en este arte?
“Lo inicié por realizar un oficio que me atraía desde joven, lo veía como un emprendimiento, una gran oportunidad que me permitiera generar ingresos para mi hogar, y así desarrollar una actividad productiva y de crecimiento profesional y personal”.
¿Lo consideras arte u oficio?
“Para mí la barbería es un arte y un oficio, ya que me dedico y me gusta lograr satisfacción en las personas que a diario asisten y solicitan mi servicio".
¿Dónde lo aprendiste?
“Aprendí con mi hermano y luego por mi cuenta".
¿Es rentable?
“Sí es rentable porque me permite sustentar parte de las necesidades básicas de mi hogar".
¿Alguna anécdota?
“Muchos me decían: no kalucho, tú no lo vas a lograr, esto no es para ti, busca de hacer otra cosa, no eres bueno para esto…Y ahora me alegra tanto que hay jóvenes que se han acercado y con gran entusiasmo me solicitan consejos de cómo hacer para iniciarse en este arte, ya que han visto mi evolución, simplemente es algo que siempre se encuentra con innovación constante".
Muchas gracias Carlos, "gracias a usted doctor".
Un poco más allá o más acá, dependiendo de la dirección que lleve el andar, se encuentran Juan Carlos y José, dos hermanos dedicados desde hace cinco años a este arte-oficio. A diferencia de Carlos, ellos realizaron un curso de barbería en el INCES.
“Doscientas cuarenta y cuatro horas de formación... pura barbería… me tocó cuando el apagón, varias veces me vine caminando de noche, por allá por la Zona F del 23 de Enero… fueron cuatro meses”, me dice José, quien junto a su hermano atiende una barbería desmontable cuyo fondo es un mural de puños cerrados bajo un fondo azul donde destaca un lema: “Victoria de la inclusión social”.
¿Hermano, y ese lema? –le pregunto a Juan Carlos quien se formó en el INCES de la Nueva Granada-
“Por la revolución” – responde-.
¿Cómo les ha ido aquí?
“Bien, hay días que hay vida, hay días que no”.
¿Es rentable?
“Por lo menos pa’ la comida, lo básico”
Los clientes esperan su turno, les doy las gracias a mis hermanos barberos y sigo mi ruta convencido de que sin ellos, la ciudad no sería tan fraternal y solidaria.
POR BENJAMÍN MARTÍNEZ • @pasajero_2
FOTOGRAFÍA CLARA TELO •@clara_emiliatj