14/03/24. Recién acabamos de escuchar al Coordinador General del Instituto de Investigación y Posgrado de la Escuela Nacional de la Magistratura (IIPENM), Magistrado Luis Fernando Damiani Bustillos. El profesor se dirige a los aspirantes a las maestrías en Derechos Humanos, Crítica Jurídica y Derecho Constitucional, tercera cohorte 2024-2026. Llenan el Salón Simón Bolívar de la Universidad Bolivariana de Venezuela, procedentes de diversos lugares de Caracas, Miranda y La Guaira. Se les ha invitado a un Curso Introductorio para que conozcan un poco más el enfoque pedagógico en el que participarán. Algunos lo conocen, si vienen, por ejemplo, de la Universidad Bolivariana de Venezuela, a otros les costará un poco más, si vienen de las universidades tradicionales.
Con el eco del poeta, pienso en cuatro horizontes que dibujan las palabras de Damiani. Horizontes que laten desde las profundidades de nuestra venezolanidad. Los voy identificando:
1) El despertar de la conciencia histórica como ejercicio del pensamiento crítico
El Caracazo constituyó un punto de inflexión en la praxis cotidiana del pueblo venezolano, ya no podíamos ser los mismos: el sentido de pertenencia y protagonismo, se afincó en nuestras raíces de manera decisiva. Luego, el inevitable alzamiento cívico militar del 4F liderado por el Comandante Chávez. Después, como era de esperar desde la voluntad de este auténtico héroe, la necesidad inevitable de refundar la república.
Los esfuerzos no han sido pocos, las respuestas por parte de quienes siempre han sido contrarios a un beneficio de las mayorías, inmediatas: golpe de Estado, paro petrolero, guarimbas… Esto nos exige un ejercicio permanente del pensamiento crítico en sintonía, para seguir a Pereira, con nuestra fuerza moral.
2) La vigencia de la doctrina bolivariana
Una continuación formativa, descolonizadora, soberana, antiimperialista que se nutra de los postulados del pensamiento bolivariano, en sintonía con las diversas complejidades histórico-culturales de nuestra diversidad societal, en especial, la de nuestros pueblos originarios. Lo cual quiere decir, entre otros aspectos, reconocer toda la arquitectura jurídica que nos legó el Libertador Simón Bolívar como ejemplo de transición entre un orden colonial y un nuevo orden republicano. Según Damiani, actualmente nos encontramos en una etapa de transición: del sistema capitalista a un sistema con “nuevas relaciones sociales, no basadas en la dominación ni en la explotación”. Respondiendo a la Segunda Transformación convocada por el Presidente Nicolás Maduro: Independencia plena en todos los ámbitos desde la doctrina bolivariana.
3) Un enfoque crítico inevitablemente hermenéutico
Se trata de develar las estructuras que fundamentan un andamiaje jurídico opresor, lo que nos exige llevar a cabo un abordaje crítico interpretativo no sólo del campo normativo de la atomización cosificante del sujeto, propio del pensamiento liberal moderno, sino de las condiciones ideológico-materiales de opresión del cual emana y le sirve de soporte. Y desde allí plantear, como lo señala el profesor Damiani: “Nuevas normas, nuevos principios para una nueva sociedad, en un nuevo contexto de relaciones sociales”. Para lo cual el IIPENM posee su Documento Rector: “las universidades tradicionales no lo dicen, nosotros sí señalamos cuáles son nuestros fundamentos… tenemos que estudiar nuestro documento rector… elevación de la conciencia descolonizadora…”, agrega, y nos invita a preguntarnos:
“¿Por qué nace la teoría crítica? ¿Para qué sirve? ¿Cuál es la crítica jurídica?... venimos con un sistema interpretativo y no tenemos conciencia… ¿Ese sistema interpretativo es funcional a qué? ¿Existe otra alternativa? ¿Podemos quitar la neblina, la cortina e ir más allá? Se trata de un develamiento de la ideología hegemónica.”
Toda sociedad necesita una arquitectura normativa, una andamiaje epistémico-jurídico. ¿Cuál es el de la sociedad de consumo capitalista que nos niega ideológicamente como sujetos? ¿Cuál es el de esa determinación que nos invade y evade el hecho de que somos capaces de hacer nuestra propia historia? ¿Qué derecho, qué arquitectura jurídica necesitamos para refundar nuestra república cuyo fundamento primario descansa no sólo en nuestra vigente Constitución de 1999 sino también en todo el acervo cultural que nos determina multi e interculturalmente? Este tipo de interrogantes motivan este encuentro. Y es lo que venimos haciendo desde hace varios años porque somos y nos sabemos capaces de hacernos a nosotros mismos como sujetos políticos de la Matria/Patria. Desde allí, al menos por ahora, un cuarto horizonte:
4) Interculturalidad y Paz
No podemos sentar los fundamentos de una sociedad democrática si no tenemos como aspiración el bien común, el buen vivir, y este debe tener como horizonte la paz, tanto a lo interno de nuestra sociedad venezolana como en el ejercicio de una diplomacia de paz. Respondiendo, principalmente, a las siguientes transformaciones: Tercera, paz: seguridad e integridad territorial; Cuarta, social: estado de bienestar desde los valores del socialismo; Quinta, política: democracia directa desde la ética republicana; Sexta, ecológica: protección integral de la naturaleza y de los pueblos víctima del ecocidio capitalista; Séptima, Venezuela en el escenario mundial: multipolaridad y diplomacia de paz.
Me levanto, hemos escuchado al profe Damiani atentamente. Voy y le pregunto si puedo publicar una nota de lo que ha planteado para la revista Épale de Ciudad CCS, dale, me dice casi como indicando ¿qué estás esperando?, con la convicción, seguramente, de que contribuirá para la construcción de lo que aspiramos: la Matria/Patria grande, libre y solidaria.
POR BENJAMÍN MARTÍNEZ • @pasajero_2
FOTOGRAFÍA BENJAMÍN MARTÍNEZ • @pasajero_2