01/02/24.
Tenían las manos atadas, o esposadas, y sin embargo los dedos danzaban, volaban, dibujaban palabras. Los presos estaban encapuchados; pero inclinándose alcanzaban a ver algo, alguito, por abajo. Aunque hablar estaba prohibido, ellos conversaban con las manos.
Pinio Ungerfeld me enseñó el alfabeto de los dedos, que en prisión aprendió sin profesor:
—Algunos teníamos mala letra –me dijo–. Otros eran unos artistas de la caligrafía.
La dictadura uruguaya quería que cada uno fuera nada más que uno, que cada uno fuera nadie: en cárceles y cuarteles, y en todo el país, la comunicación era delito.
Algunos presos pasaron más de diez años enterrados en solitarios calabozos del tamaño de un ataúd, sin escuchar más voces que el estrépito de las rejas o los pasos de las botas por los corredores. Fernández Huidobro y Mauricio Rosencof, condenados a esa soledad, se salvaron porque pudieron hablarse, con golpecitos, a través de la pared. Así se contaban sueños y recuerdos, amores y desamores; discutían, se abrazaban, se peleaban; compartían certezas y bellezas y también compartían dudas y culpas y preguntas de esas que no tienen respuesta.
Cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir, a la voz humana no hay quien la pare. Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o por los ojos, o por los poros, o por donde sea. Porque todos, toditos, tenemos algo que decir a los demás, alguna cosa que merece ser por los demás celebrada o perdonada.
De: El libro de los abrazos (1989).
Eduardo Galeano (Montevideo, 1940 - 2015)
Autor y periodista uruguayo considerado uno de los grandes de la literatura iberoamericana de la segunda mitad del siglo XX, destacando tanto por su obra periodística como por su activismo político en favor de la independencia y soberanía de los países latinoamericanos. Entre su obra más relevante tenemos Las venas abiertas de América Latina (1971), Violencia y enajenación (1971), Crónicas latinoamericanas (1972), Vagamundo (1973), La canción de nosotros (1975), Memoria del fuego I - Los nacimientos (1982), Memoria del fuego II - Las caras y las máscaras (1984), Contraseña (1985), Memoria del fuego III - El siglo del viento (1986) El libro de los abrazos (1989), Las palabras andantes (1993), Úselo y tírelo (1994), El fútbol a sol y sombra (1995), Las aventuras de los dioses (1995), Patas arriba. La escuela del mundo al revés (1998), Bocas del Tiempo (2004), Carta al señor futuro (2007), Espejos. Una historia casi universal (2008). Entre otros, obtuvo el Premio Casa de Las Américas (1978), el Premio Alba de las letras (2013) y fue reconocido como doctor honoris causa por numerosas universidades latinoamericanas.
ILUSTRACIÓN: MAIGUALIDA ESPINOZA COTTY