16/12/2022. Como parte del lenguaje de las artesanías venezolanas, el artesano Pedro Reyes Millán, ha escogido la tapara como materia prima, como objeto de investigación y como maestro, de quien ha recibido enseñanzas valiosas para la vida. Con ella ha desarrollado un trabajo artístico-artesanal-crítico, que ha sostenido por más de treinta años.
Pedro, toma la Tapara en sus manos y como si fuera una hija, le hace una cuna, donde crecerá tomando la forma de su cama. Va estableciendo una conexión en el que arrullo, canto o conversa forman parte de la complicidad que se establece entre árbol y artesano. No puede ser de otro modo, pues Reyes Millán tiene plena conciencia de que está interactuando con una materia que está viva y que es una aliada a la hora de proporcionarnos alimento, medicina y piezas utilitarias para acompañar la vida, bondades que aún no se exploran con la seriedad debida.
La piel de la tapara, es el lienzo sobre el que este creador expresa toda su fuerza creativa. Su imaginación se detiene ante la forma del fruto, desplegando su concepción política, recreando el momento histórico, mostrando sus aprendizajes de geoetnobotánica, dejándonos disfrutar del secreto diálogo que ha establecido con la que se va convirtiendo en pieza, en obra.
Estamos hablando de un militante de todo cuanto se compromete, de un exguerrillero de los años sesenta, de un defensor del arte del pueblo, de un protector de la tierra, de un maestro pueblo, del quijote del campo plantado de taparos, del líder por la organización de los artesanos y artesanas del país, del creador, del artista, de maestro. De alguien cuyas cualidades lo han hecho merecedor de muchos reconocimientos y en especial del más alto premio otorgado a nuestros referentes en el ámbito cultural, el “Premio Nacional de la Cultura”.
El Comandante Pedro Reyes Millán, como lo conocieron sus compañeros y compañeras de lucha, recuperándose con entusiasmo de un accidente cerebro vascular, retoma con ímpetu el viejo sueño de plantar un bosque de taparos, en el que podamos encontramos con la escuela artesanal, un centro biológico de la reproducción de esta especie, un faro desde donde desplegar acciones contra el cambio climático, un centro de reproducción y producción de saberes. Él nos convoca y varios amigos y amigas de años hemos decidido invertir esperanzas en este noble propósito de agradecer con nuestra acción a la Pachamama.
POR ARACELIS GARCÍA REYES • @aragar1
FOTOGRAFÍA BERNARDO SUÁREZ