23/05/24. Al final, la gastronomía no ha sido sino la historia de inventos y experimentos que por fortuna salieron bien. El sándwich fue un invento de un señor que pidió juntar dos panes con un filete para no perderse su juego de cartas. El asado negro surgió luego de que a unas mantuanas se les quemara la carne, y decidieran ponerle azúcar para no perder esa comida. La hallaca surgió como iniciativa de los esclavos que decidieron hacer bonitas sus navidades con las sobras de los amos. Es importante recordar que cuando Luis Caballero Mejias patentó la harina de maíz precocida, bajo la marca de "El arepero", las familias venezolanas pegaron el grito al cielo, porque preferían pilar el maíz a mano.
Así, casi todos los platos y postres tienen su historia y su anécdota. Por eso, no podemos decir que todo está escrito en la comida. Tampoco podemos horrorizarnos si de pronto aparecen cosas nuevas que desafíen nuestra capacidad de entendimiento. Por ejemplo, a la gente adinerada le ha dado por comer comida "nuclear": unos platos rarísimos y mínimos que son sólo para degustar. Eso jamás le llenará la barriga, pero usted lucirá chic desembolsando un realero por vivir la experiencia burguesa. Igual pasa con la comida volcánica: platos cocinados con piedra de volcán en la misma mesa. La gracia cuesta varios bonos de guerra de una sola sentada.
El sabor está en la calle
Resulta que a nuestros aguerridos comerciantes urbanos en Caracas, se les ocurrió la idea de ofrecer nuevas alternativas culinarias para atraer clientela. Tal vez, aún la cosa no ha llegado a platos fuertes, como la carne y el pescado, pero la verdad es que los transeúntes nos hemos estado topando con iniciativas novedosas y, para qué negarlo, divertidas.
Así, desde hace algún tiempo, la principal protagonista de estos experimentos ha sido la chicha. Desde hace rato se ven en Sabana Grande y el Centro ofertas en las que la típica chicha ahora puede venir acompañada de cereales, chocolate y demás, además de la tradicional canela y leche condensada. La cosa no se queda allí. El sabor ha ido más allá, y ahora puedes disfrutar de tu vaso de chicha con tremendo tolete de quesillo. Cadenas de comida rápida han copiado la idea, y puedes adquirir helado con pastelito de manzana. La experiencia no sólo es de miles de calorías: el sabor es de otro mundo.
Por los lados del puente de las Fuerzas Armadas, también hay un invento nuevo: maíz desgranado con queso y otras salsas. Se trata de un pasapalo sabroso, que llena bastante y no cuesta mucho. Si usted está corto de plata y tiene hambre, esta alternativa resuelve.
Los tostones con salsas son otro invento que tiene tiempo rodando. Al principio, se veía raro. Pero ya el paladar caraqueño se acostumbró, y más bien ahora los clientes piden su salsita rosada o barbecue para acompañar los tradicionales tostones.
En Catia es posible comerse las empanadas más grandes del mundo. Por los lados de Propatria se ha hecho famoso un puesto que ofrece empanadas gigantes con todo tipo de combinaciones de sabores. Además de ser enormes, se puede pedir todo tipo de combinaciones con la empanada que uno se quiera comer. Recomendamos llegarse con el estómago vacío para poder comérsela completa.
Los gochos han hecho lo suyo al traer tradiciones andinas al paladar caraqueño. Así, ya es común que la gente se desayune con pastelitos andinos y papas rellenas. En estos locales, que se las pasan atiborrados de comensales en las mañanas, es posible también desayunar las tradicionales empanadas. Estos sitios también ofrecen diversas variedades de pan andino, acemitas, panes de guayaba y más.
Por otra parte, las cachapas han expandido la oferta. Así, puedes probarlas con chorizo, morcilla, carne mechada, pollo, chuleta, aguacate y otras minucias además del típico queso de mano y/o pernil, por los lados de La Candelaria.
La comida árabe también ha sido parte de estos inventos. Los típicos shawarmas y enrollados ahora son bombas que no sólo traen carne y pollo, sino también chuleta.
Los perros calientes están yendo más allá, y los ofrecen con chistorras, facilistas, cebollas caramelizadas y salsas de albahaca y tocineta. Mención especial tienen las especialidades en hamburguesas. En los carritos, podemos ver opciones como "La Gocha", "La Diabla", "La Grosera": hamburguesas que desafían la gula por lo enormes y surtidas. En Colinas de Bello Monte, por los lados de Ciudad Banesco, unos perreros ofrecen salsas de berenjena ahumada, pimentón ahumado y salsa de aceituna: todas espectaculares.
Los jugos en la calle, también se están luciendo. Así, hay batidos insólitos con vino sansón y ojo de ganado (el afrodisíaco) y jugos con nombres y pasajes bíblicos en la avenida Urdaneta y La Candelaria. Vimos un jugo llamado "Elohim" por esos lados. Suponemos que debe ser muy poderoso y reconstituyente.
Una versión similar al quesillo con chicha es el pastelito de manzana caliente con helado. Señores, engorden con gusto: vale la pena atiborrarse de calorías con este invento tan sabroso.
Los clásicos no mueren
Cabe agregar, que opciones que ya son conocidas por todos están cobrando fuerza en la calle. Quizás el nuevo aporte es que ya la gente se ha quitado el prejuicio de comer en un banquito de plaza. Entonces, están proliferando vendedores de arroz chino, pasticho, sopa y hasta almuerzos completos para comensales que no tienen plata para comer en un restaurante, pero que pueden costearse una comida decente. Mención especial se merece el pollo frito que ha cobrado una inusitada popularidad en muchas esquinas del centro de Caracas.
Los camiones de comida
Una moda proveniente de otros países también se ha hecho presente en nuestras calles. Los camiones de comida o Food truck son una moda en las zonas de clase media y alta. Se trata de casi lo mismo que ofrecen nuestros chef callejeros, pero en unos camiones bonitos. En estos restaurantes ambulantes, se puede comer parrilla, cochino, perro caliente, hamburguesa, sushi y diversos tipos de bebidas y postres.
En Los Caobos hay un camión de comida muy célebre que ofrece unos platos enormes de sopa (incluso puedes repetir por el mismo precio). La sopa va acompañada de arepitas. De beber, pides algo llamado "agua de amor": un coctel con flores de jamaica y otras hierbas.
Nuevos inventos
Cerca de Gradillas, descubrimos un carrito muy especial: espaguetis de mango. El puesto es bastante solicitado en la zona. Se trata de mango verde picado en tiritas muy finas que emulan a la pasta. A diferencia del clásico mango verde con sal, el mango pasa por una máquina que corta finamente la fruta sin que nadie la toque. Esta versión es más higiénica, aparte de que visualmente es bastante atractiva. El espagueti de mango se sirve en un vaso, y le acompañan diversos aderezos. Conversamos con el señor Oscar González, artífice de este invento:
"Esta idea viene de Colombia: el mango piche. Pero aquí yo le coloqué mi nombre, me gustó llamarlo "Espagueti de mango", ¿me entiendes? Tengo aproximadamente dieciocho años trabajando con este producto".
Barriga llena, corazón contento
Más allá de llamar "tierrúos" a quienes se están ideando nuevas opciones culinarias, sería chévere que abracemos la creatividad de nuestro pueblo para salir adelante. Caracas es una ciudad guerrera que no se queda en el aparato para generarse la mayor suma de felicidad posible, y muestra de esto se está evidenciando en la comida. ¡Buen provecho!
POR MARÍA EUGENIA ACERO • @mariacolomine
FOTOGRAFÍA CLARA TELO •@clara_emiliatj