17/10/24. Hija de un periodista y profesor, Laura es una niña que decidió escribir. Tarea para la cual su padre diseña todo un universo donde se conjuga un espacio a solas para leer y escribir, así como la posibilidad de conocer a hombres y mujeres de las letras en Maracaibo, ciudad del sol. Desde aquellas épocas, de tardes frente al lago y tareas del liceo, Laura se ha hecho de un largo repertorio de obras. Algunas de sus publicaciones, como narradora, son La bella época , Un largo carro se llama tren , Haticos casa No. 20 , Dime si adentro de ti no oyes tu corazón desde , Cuentos de película o La luna no es de pan-de- horno.
Laura nos cuenta que la poesía es para ella el arte mayor, ... y que para cada uno de sus libros ella ha desarrollado un proceso de investigación que le ha enamorado.
Este año, Laura Antillano fue la escritora homenajeada de la Feria del Libro de Caracas que reconoció no tan sólo su gran -y aun en construcción- colección de libros sino su infinito amor por acompañar a los demás en el proceso de escribir porque Laura no es la escritora solitaria, endiosada y que vive lejos de los demás sino la escritora-profesora de la universidad pero también la que hace talleres donde todo es válido y donde, según ella ha contado, invita a las personas a llenarse de imágenes para que vayan narrando sus historias.
En algunas entrevistas Laura ha contado su visión de la literatura, su existencia entre Maracaibo y Valencia. Su admiración por algunos autores que luego se convirtieron en correspondencia e incluso en amistad. Laura nos cuenta que la poesía es para ella el arte mayor, algo con lo que no resulta fácil ir a meterse y que para cada uno de sus libros ella ha desarrollado un proceso de investigación que le ha enamorado. Incluso por un momento la llevó a Margarita mientras que años antes, ganó el Premio de Cuentos del periódico El Nacional sin saberlo porque su esposo había tomado el texto que desgarrada del dolor le escribió a su madre en el momento de su muerte, producida lejos y que pudo sentir anticipadamente, desde adentro, antes de recibir la noticia.
La pasión por la literatura de Laura parece haberle vivido dentro desde que era tan sólo una niña como se lee de la atención y el respeto que el da a quien apenas es una escolar, Gonzalo Arango, considerado el “padre y profeta iluminado del Nadaísmo” y una gran referencia de su tiempo. Hay en eso, la gran promesa y el gran miedo que existe cuando se escribe, esa manera de que las cosas queden dichas, puestas, en la existencia más allá de lo que el hipotálamo, órgano rector de la memoria, puede almacenar.
Hay por ello, muchas razones por las que sentir orgullo de Laura como una de las escritoras que tenemos en esta patria y una de las que podemos leer tan sólo haciendo un clic en las diversas bibliotecas virtuales públicas que desde Venezuela se encuentran disponibles.
POR ANA CRISTINA BRACHO • @anicrisbracho
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta