21/03/25. Marzo, cayena abierta a un costado de la calle, me dicta otras palabras, puedo reconocer algunas: poesía, mujer… marzo nos trae una lluvia nueva, aparece de pronto en madrugada, en la autopista.
...la poesía es principio y fin de la sabiduría... la poesía es una fuerza moral.
Regresé de mi viaje habitual por la provincia, escuché los sonidos de la víspera, los grillos, los murciélagos, los gatos, el cristofué sobre el cable de alta tensión, regresé lleno de palabras como un niño que aprende el idioma de su casa. Caí.
Caí en cuenta que, en efecto, marzo era por algunas condiciones históricas precisas, signado como el mes de la mujer y de la poesía, yo que suelo no conformarme, que siempre llevo la contraria, que armo un credo en medio de toda la desnudez de mis horas, me digo que no, que no es un mes, que no es un día, que es todo el tiempo que me arma.

Lo cierto es que este marzo, lo inicié con una segunda entrevista sobre mi trayectoria poética de poco más de una década para el programa Poesía en la Calle, del Canal i, seguido de un recital en línea, en el espacio que coordina mi estimado Efrén Barazarte, con una audiencia internacional muy atenta, el mismo sábado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Para luego retomar el diálogo el jueves 13 del mismo mes con la maravillosa y atenta lectura que hizo la poeta Yurimia Boscán de mi poemario Detrás de los cristales, Premio único de la VI Bienal Nacional de Literatura Gustavo Pereira 2021, en el espacio de las lecturas comentadas que lleva a cabo la Escuela Nacional de Poesía Juan Calzadilla todos los jueves desde las cuatro de la tarde en la Librería del Sur Aquiles Nazoa, en el Complejo Cultural Teatro Teresa Carreño. Y seguiremos, Dios mediante, el próximo sábado 29 con el recital en el marco del 15° Festival Grito de Mujer, por las niñas del mundo, en la sala Cabrujas de Los Palos Grandes, con entrada libre para todas y todos.
Pero esto no es todo, no se trata de lo que a mí en particular me ha venido envolviendo la palabra que nos realiza y determina nuestras convicciones, sino que hay toda una variada gama de actividades que pueblan nuestro territorio nacional, cito, por razones de espacio, lo que esta semana ha programado la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello para honrar la poesía: desde el miércoles 19 y hasta el propio viernes 21, Día Mundial de la Poesía, estará realizando recitales poéticos de cuatro a seis de la tarde.

Por su parte, la mencionada Escuela Nacional de Poesía, ofreció el pasado 20 de marzo un memorable recital poético, donde estuvo Belén Ojeda, quien será la homenajeada del próximo Festival Mundial de Poesía de Venezuela 2025, junto a Antonio Trujillo, nuestro reciente Premio Nacional de Literatura, Libeslay Bermúdez, Roger Herrera, Ana María Oviedo y José Javier Sánchez, coordinadora y coordinadora por Caracas de dicha escuela nacional.
Mientras que Mariajosé Escobar, nos invita a su Círculo de Poesía entre los Árboles, que se realiza en su tercera temporada, en el gazebo de PDVSA La Estancia, en Altamira, desde este miércoles 19 a las dos de la tarde, para leer a mujeres poetas del siglo XX en Venezuela y para realizar ejercicios de escritura creativa, iniciando con Lucila Palacios y Luz Machado.

Pero vayamos un poco más allá del transcurrir programático que nos ha mantenido movilizados desde hace unas semanas y resaltemos por favor, por esta necesidad de poesía que tenemos actualmente en nuestro país y así como una vez sostuve que la poesía es la sed de lenguaje, ahora puedo decir que no sólo se trata de esto, sino que como han dicho los sabios poetas, Hölderlin, entre otros, la poesía es principio y fin de la sabiduría, y además, como nos lo recuerda el poeta Gustavo Pereira, la poesía es una fuerza moral.
El ejercicio no sólo de lectura sino también de escritura de lo que somos nos invita a eso, a comprendernos desde lo que se hace pronunciable bajo otra forma de decir, si bien es cierto que no son suficientes las ferias de libros, ni toda una planificación con materiales que puedan despertar el interés, en especial de las niñas, niños y adolescentes, en la poesía, sí que podemos advertir que nuestro país poco a poco ha ido dejando constancia de una gran e imparable disposición al verbo como posibilidad realizativa de lo que somos como humanos.

Cualquiera pudiera pensar, por ejemplo, que la juventud no lee, —tema que ya he tocado, precisamente para desmontar esta falsa percepción en varios espacios como en esta misma revista–, sobre todo por lo atrapada que se encuentra en las denominadas “redes sociales” del cibermundo. Sin embargo, basta con ver la reacción cuando se le presenta, parafraseando a Luis Beltrán Prieto Figueroa, la magia de las palabras, él hablaba de libros, pero cuando nos referimos a la poesía, basta con abrir una pequeña ventana a la otra voz que desde allí se signa con sus ritmos, melodías y demás desplazamientos, para que veamos cómo su influencia puede ejercer una transformación nada superficial ni momentánea en quien ha sido tocado por la poesía y con ella también la inevitable presencia de la mujer en nuestra experiencia diaria.
Entonces marzo no será un mes cualquiera, y permeará de sentido la vida. Amén.

POR BENJAMÍN MARTÍNEZ • @pasajero_2
FOTOGRAFÍAS NATHAEL RAMÍREZ • @naragu.foto / ABRAXAS IRIBARREN