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En diálogo con Xavier Sarabia

El cine no puede estar al margen de un principio básico de la Revolución como lo es la inclusión

18/06/25. A propósito del aniversario de la Villa del Cine, conversamos con este señor que es toda una institución, con una formación universitaria en matemática y una gran experiencia en el mundo del séptimo arte, entre las que resaltan haber sido presidente de la Cinemateca Nacional y Viceministro para el Fomento de la Economía Cultural…

 

 

El papel que juega la Villa del Cine para el cine nacional es invalorable. La Villa, la primera productora del Estado, a excepción de Cuba, es la única experiencia de este tipo en esta parte del mundo

 

 

¿Cuál es la importancia que tiene el cine, y el cine nacional? ¿Cuáles han sido las dificultades? ¿Cuál es el papel que juega la Villa del Cine en la actualidad? Antes, cuando no existía la Villa del Cine, teníamos unas producciones muy específicas y muy emblemáticas, sobre todo a principios de los ochenta, luego aparece toda una destreza por parte de los productores de hacer mucho sacrificio para mantener la industria cinematográfica a flote, a través de iniciativas muy precisas, luego viene la Villa del Cine…

 

 

 

Sarabia fue presidente de la Cinemateca Nacional y Viceministro para el Fomento de la Economía Cultural.

 

El papel que juega la Villa del Cine para el cine nacional es invalorable. La Villa, la primera productora del Estado, a excepción de Cuba, es la única experiencia de este tipo en esta parte del mundo. Tuve el honor  pertenecer a su junta directiva y asistir a la inauguración por parte del presidente Comandante Hugo Rafael Chávez Frías. Chávez fue un amante del cine y con el ministro Farruco Sesto diseñó la Villa. En ese entonces yo era presidente de la Cinemateca Nacional. Mi querida y admirada Lorena Almarza fue la primera presidenta y con José Antonio Varela, uno de nuestros más talentosos y consecuentes cineastas, como director ejecutivo, formé parte, entre otros, de darle forma a ese maravilloso sueño.

 

 

A pesar de lo que la Villa significa para el cine nacional y las y los cineastas del país, no faltó quienes se opusieron al proyecto, por el simple hecho de ser una idea de la Revolución Bolivariana. Algunas de las y los detractores ocupaban puestos en la directiva del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía como representantes de los gremios o la industria.

 

 

Sin embargo, si queremos buscar la "línea editorial" de la Villa, no tenemos más que leer el preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Con esa orientación, se propusieron, debatieron, y aprobaron realizaciones de cine nacional. Tal vez el más emblemático sea "Miranda Regresa" de Luis Alberto Lamata y guion de Henry Herrera. La película causó revuelo.

 

 

Gracias a la Villa, importantes realizadoras y realizadores tuvieron una oportunidad de regreso a la producción. También mujeres y hombres jóvenes son apoyados para hacer sus "óperas primas" y seguir produciendo. Lo que en algún momento fue la Plataforma del Cine y el Audiovisual tuvo en la Villa del Cine un pilar fundamental. A pesar de las dificultades por las que atraviesa el país, entiendo que la Villa ha seguido haciendo películas. "Caimanes de la galaxia", de Ignacio Márquez, que fue estrenada el pasado jueves 12 de junio, es un proyecto respaldado por la Villa. 

 

 

Gracias a la Villa, importantes realizadoras y realizadores tuvieron una oportunidad de regreso a la producción.

 

 

Me preguntas por el cine nacional y sólo se me ocurre decirte que es un hecho integral de la cultura del país, con su propio devenir, que ha pasado por varias etapas, marcado por el llamado "cine de autor". No sin dejar de tener marcas del "cine comercial". Yo noto que es un "cine abierto" que permite a la audiencia tener variadas interpretaciones. Repito, con casos de películas predecibles, seguidoras de esquemas comerciales. Cuando me hablan de la necesidad de crear una "industria cinematográfica", lo miro con desconfianza porque puede que el modelo que siguen es el de la llamada "industry". Ante la interpretación mercantilista del cine, propongo la del cine como derecho cultural de los pueblos. En ese sentido, es menester hacer una nueva Ley de cinematografía nacional, una que incorpore todos los logros y avances del cine venezolano. Eso en contraposición a quienes aspiran a una reforma de la ley.  

 

 

Para mí el cine es un hecho cultural y artístico y como tal debe ser visto. Hay quienes lo llaman el séptimo arte, por ser el "último arte", antecedido por otros seis que de alguna manera están presentes en las películas, el cine es una expresión cultural y artística en la cual se integran todas las artes que le anteceden. El cine comunica, forma e informa, crea y recrea.

 

 

Uno puede decir que hace diez años, en momentos bastantes difíciles de nuestra realidad económica, encontramos producciones muy emblemáticas, por ejemplo está Azú, está Cheila, una casa pa’ Maíta, está Azul y no tan rosa, esas producciones que de alguna manera han replanteado la forma de llegar a la gran pantalla, temas tanto históricos como complejos, quizás, para ser abordados en nuestra realidad social venezolana, me refiero por ejemplo, sumida a patrones muy machistas… producciones que generaron foros, debates sobre aspectos que no se habían llevado al cine de la manera en que se hizo… luego vemos unas producciones más recientes, como Humana Cine que ha llevado al cine la vida de Alí Primera… y como empezamos a replantearnos el hacer cine, con todas las dificultades que eso trae, ¿usted pudiera nombrar otros casos, más recientes, que ese tipo de producciones han fortalecido la forma en que vemos nosotros el cine nacional? De ser así, ¿en qué aspectos podemos reseñarlo, celebrarlo… ¿Qué nos haría falta para hacer un cine más cercano al público, en especial a la juventud?

 

 

Si consideramos que el cine venezolano en estos tiempos de transformación, de cambios, vive una nueva etapa, no podemos negar que ha sucedido un cambio esencial: el cine es considerado una expresión de la cultura y se ubica en ese ámbito. Ahora no se lo ve en un Ministerio de Fomento, como lo fue en el pasado, por ejemplo. El cine no puede estar al margen de un principio básico de la Revolución como lo es la inclusión. No sólo se incluyen nuevas generaciones y vuelven otras. Se incluyen las mujeres, antes había sólo dos o tres creadoras muy importantes. Ahora perdemos la cuenta de cuántas hay. También se incluyen audiencias, con la creación de salas de cine además de Caracas. Y con festivales también. Los pueblos originarios no son más objeto de estudio, ahora son sujetos de creación. Entonces, en ese proceso de inclusión, no pueden quedar fuera las temáticas, se incluye la sexo diversidad, la equidad de géneros, toma auge el llamado cine histórico, se trata el tema de las personas con capacidad diversa. Ahora las audiencias no sólo quieren leer el texto cinematográfico, ahora quieren escribir ese texto y surge un cine "popular, local e independiente". La propia gente cuenta su historia. Crea, participa y protagoniza.

 

 

 

 

"...el cine...es un hecho integral de la cultura del país..."

 

 

El tema del cine documental es muy importante en el caso venezolano. Hay quienes afirmamos que somos un país de documentalistas. Y sabemos que eso es debatible. Pero lo que no se puede negar es que el documental ha sido relegado a un segundo plano. Probablemente eso se deba a la creación e imposición del gusto. El cine en cualquier país del mundo, con excepción de donde lo inventaron, es una importación. Los primeros equipos que llegaron a Venezuela fueron los de exhibición. Los trajeron empresarios con intención comercial. Trajeron cine de ficción. La primera institución cinematográfica del país vino del ámbito privado, su nombre es algo así como Asociación de Exhibidores de Películas. Impusieron el gusto. Por otra parte, si lees con cierto detenimiento la Ley de cine, podrás encontrar que se trata de una dictadura del cine de largometraje de ficción.

 

 

En ocasiones hay quienes diferencian entre películas y documentales. Siendo que las modalidades básicas para contar historias a través del cine son la ficción y el documental. Ambos son películas. El documental es tal vez la modalidad más libre, si de duración se habla. Pero la forma hegemónica de hacer y hacer ver cine, niega esa libertad de creación.

 

 

Recientemente vimos un documental que todavía está en cartelera, La abuela Kueka, la piedra sagrada del pueblo pemón, de la comunidad Santa Cruz de Mapaurí, vimos el esfuerzo que hizo su realizadora, María de los Ángeles Peña que tiene toda una trayectoria acompañando los procesos de autodeterminación indígena, y cuando fuimos a la sala de cine, –sabemos y comprendemos lo difícil que es llevar este tipo de mensaje a un público heterogéneo como el venezolano-, la sala estaba vacía, un patrón que se repitió en varias salas donde se proyectó esta película, más allá de la difusión que se pudo tener para su lanzamiento en los circuitos de cine nacional… Por supuesto, no se trata de competir con el cine comercial, pero sí, pienso que debería replantearse la manera cómo se difunden estas realizaciones tan importantes para la comprensión de nuestra historia y nuestra diversidad cultural… En este escenario, ¿qué cree usted que podemos hacer para llenar este vacío que todavía sigue existiendo en el público, para que se interese en estas producciones hechas al calor de los que hemos estado viviendo como venezolanos? ¿Qué debemos hacer para que el cine nacional se pueda ver más?

 

 

En nuestro continente, el cine documental ha asumido la participación política por la soberanía y la liberación de los pueblos. Su distribución ha estado restringida a los llamados circuitos alternativos. No tiene cabida en los circuitos comerciales, los circuitos comerciales sólo aceptan largometrajes. "La piedra Kueka" entró en las salas comerciales por su duración de largometraje. Va con la desventaja de no ser ficción y por lo tanto "no ser película". No encaja en el gusto impuesto. La forma hegemónica de hacer impone la duración. La forma hegemónica de hacer ver, logra la inconformidad de la audiencia al no ver "una película". La difusión por televisión también se le hace imposible. En la televisión se impuso la programación con horarios y duraciones rígidas. Allí no caben los cortometrajes, duración ideal para el cine documental. Con la desaparición de los cines de arte y ensayo, la Cinemateca Nacional se convierte en el lugar natural del cine nacional.

 

 

Se imponen varias tareas. Debatir y proponer una nueva Ley de Cine. Nueva, no reformada. Incluir el lenguaje audiovisual en todos los planes y programas del sistema educativo nacional. En nuestros tiempos la formación debe tener tres lenguajes. La lengua que hablamos, la matemática, es decir, el lenguaje matemático y el lenguaje audiovisual con cuya compresión, a través de la educomunicación, podamos crear la audiencia soñada. Emancipada y Emancipadora. Contrahegemónica.

 

 

 

" Con la desaparición de los cines de arte y ensayo, la Cinemateca Nacional se convierte en el lugar natural del cine nacional."

 

 

 

Por otro lado, quería saber si usted conoce algunas películas animadas que se hayan realizado en nuestro país, o de cortometrajes que pudiera recomendar, que hayan utilizado la animación… que puedan captar la atención del público infantil, lo digo por el éxito que tuvo, por ejemplo, Flow, una película animada de muy bajo presupuesto y que logró un Óscar… yo creo que en Venezuela tenemos mucho talento  y que se han dado algunos ejercicios en este sentido…

 

 

En cuanto al cine de animación o cine animado venezolano, entiendo que hasta ahora se han realizado tres largometrajes, "Misión H2O", "Kaporito, el guardián de la montaña" y "Pequeños héroes". Pero también somos un país de animadoras y animadoras, quienes tienen una amplia trayectoria en la realización de cortos. De nuevo, excluidos de los circuitos comerciales. Hablo de Viveca Baíz, autora de Kaporito y Álvaro Cáceres director de H2O. Y de Armando Arce, quien tiene años con "Ororo", un largometraje en espera de producción. Es un amplio grupo de cineastas cuyas producciones sufren la exclusión al igual que los documentales.

 

 

No soy afecto al Óscar, no solía coincidir con sus criterios de premiación. Muchas veces se le ven motivaciones distintas a la calidad, más bien se le nota el sesgo político. No olvidemos que es el premio que otorga Hollywood.

 

 

Y volviendo a nuestras instituciones, no podemos olvidar el papel que ha jugado en toda esta historia la Cinemateca Nacional en cuanto a la promoción, difusión y el valor pedagógico del cine contemporáneo venezolano…

 

 

La Cinemateca Nacional es la institución más longeva del cine venezolano. Se aproxima a los sesenta años en mayo de 2026. Es el sitio de encuentro de las y los cineastas con las audiencias, a través de las películas, con todas las temáticas. Largos, cortos y mediometrajes. Los estrenos y las re-visiones. El reservorio patrimonial. Allí aprendí.

 

Excelente, muchísimas gracias.

 

 

 

"Se imponen varias tareas. Debatir y proponer una nueva Ley de Cine. Nueva, no reformada. Incluir el lenguaje audiovisual en todos los planes y programas del sistema educativo nacional"

 

 


POR BENJAMÍN EDUARDO MARTÍNEZ  HERNÁNDEZ• @pasajero_2

 

FOTOGRAFÍAS JESSIKA SELGRAD • @shot_jesselgrad

#XavierSarabia #CineNacional #VilladelCine

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