16/05/23. El asunto empieza con la semántica: ¿No se les debe llamar artistas plásticas, sino artistas plásticos? Las palabras anteceden a las cosas, como señala El Génesis, aunque “no las reflejan” ataja la lingüista Ivonne Bordelois, quien agrega: “Freud muestra ejemplos muy persuasivos de la ecuación de la mujer con el silencio (y del silencio con la muerte). El silencio que se otorga como clave a la supuesta identidad de la mujer acaba por desembocar inevitablemente en el silenciamiento de la mujer en la cultura".
Sigue con las estadísticas: un cálculo que ha pasado de mano en mano por ahí, indica que el 60% de las estudiantes de arte y humanidades del mundo son mujeres. Sólo el 13,7% de las obras expuestas en museos y galerías tienen firma femenina. Sean exactos o no los números de este inventario, es preciso preguntarse por qué no existen “grandes nombres” de artistas mujeres, con escasas excepciones como la mexicana Frida Kahlo.
Más allá de entablar una controversia arcaica o reclamar una cuota de género en la exhibición del arte, parece inevitable notar la asimetría y cuestionar que si bien con relativa frecuencia las mujeres participan en el fenómeno artístico en su conjunto representadas por la mano del varón, no aparecen en la historia del arte con el justo reconocimiento a su valor autoral.
Anomalía que engloba la historiadora estadounidense Linda Nochlin en las siguientes hipótesis: “La supuesta incapacidad de la mujer para alcanzar la grandeza o desempeñarse en actividades significativas, la postulación de estilos exclusivamente femeninos de cualidades casi confesionales, la naturalización del mito del genio y los obstáculos o condescendencias educativas sobre las que se consideraban diletantes del arte”.
Sólo el 13,7% de las obras expuestas en museos y galerías tienen firma femenina
Los nombres de mujeres destacadas en las distintas disciplinas de las artes son innumerables, pero de seguro a usted -como a nosotros- no les suena de nada: Georgia O’Keeffe, Helen Frankenthaler, Artemisa Gentileschi, Tamara de Lempicka, Yayoi Kusama, Esther Ferrer, Natalia Goncharova, Camille Claudel, Kathe Kollwitz, Margaret Keane, Dora Maar, Paula Rego, Maruja Mallo, Mary Cassat, Alice Neel, Lee Krasner, Françoise Gilot y un largo etcétera.
La piel calada
Que 109 creadoras se reúnan desde el jueves 18 de mayo en la sala 11 del Museo de Bellas Artes de Caracas (MBA) para exhibir sus obras, detona por lo menos tres reglas fundamentales en la historia de la exclusión: todas son mujeres, provienen de casi todos los rincones del país y no sufrieron el reduccionismo de las limitaciones en la selección de sus obras.
Gloria Blancato y Natalia Rondón desvelan el milagro como niñas asustadas. Son dos de las coordinadoras de la exposición, de un grupo de cinco, y si bien no ondean con flagrancia las banderas de las luchas feministas desde la tarima de las consignas, asumen en la práctica todos sus postulados al saberse partícipes de un acto de subversión contra la costumbre, el patriarcado, y el velo institucional. Además, con el contradictorio pero emotivo crédito de que fue un hombre el que se dispuso a revertir una injusticia histórica: Zacarías García, director del Museo de Bellas Artes y presidente del Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio (Iartes).
No recuerdan un antecedente parecido a la exposición Contemporáneas: la piel de nosotras, cuyo nombre tiene su génesis en un texto que para la ocasión desarrolló la artista y poeta trujillana Chemir Colina, quien preludia tiernamente lo que veremos: “Memoria furtiva, miradas que se configuran en cada trazo como marca de agua habitando nuestra piel y también la de otras, mujer, madre, artista, siendo todas ellas, nos impregnamos de cada detalle que nos circunda, que nos libera, que nos conecta y en otras nos avasalla; no hay hilos sueltos, ni casualidades".
La idea inicial floreció en el foco de debates que se ha instalado en los espacios del Iartes donde se desarrolla el 1e Congreso Nacional de las artes, de la imagen y del espacio. En menos de dos meses las mujeres se convocaron entre sí, del boca a boca a los chat de WhatsApp, y de repente ya había tanta gente pidiendo inclusión que se hizo necesario parar por un asunto de espacio y capacidad.
...aparte de aguerridas, más fuertes y capaces de liderar movimientos, las mujeres del país maravillan
“Es una exposición con voz de mujer, y así lo quiso Zacarías”, advierte Blancato. Afirma que aquello fue una explosión de reacciones afirmativas que se construyó desde lo personal, lo cual denota un entusiasmo generalizado por acentuar la presencia femenina en los espacios otrora casi exclusivos del género masculino. Se abrió la oportunidad de poder conocer a una gran cantidad de artistas que se encuentran activas en las artes plásticas en Lara, Trujillo, Portuguesa, Barinas, Mérida, Carabobo, Aragua, Bolívar, La Guaira, Miranda, Caracas. “Por eso no hubo selección, porque de alguna manera lo que queremos es hacer visible y colocar en presente a todas las que están trabajando y que en determinadas circunstancias, por los filtros de selección, tal vez no se dan a conocer ni salen del taller”.
Desafiantes y multidisciplinarias
Contemporáneas: la piel de nosotras, promete ser una irrupción con agravantes. Luego de su estadía en los espacios del museo durante tres meses de exposición, se prevén otros encuentros sólo de mujeres para lo que resta del año. Mientras, esta muestra será propiciatoria de talleres, conversatorios, visitas guiadas y hasta arte-terapia, cuyas fechas se irán anunciando públicamente en la medida en que avancen los días.
“Hay mucho entusiasmo, buena vibra espiritual en todo esto, no porque estemos la mujeres nada más, sino porque es una emoción diferente. Las mujeres artistas en la historia del arte no han vivido el equilibrio” comenta Natalia Rondón, quien refiere una anécdota: de entre los libreros que hormiguean por los alrededores de Bellas Artes extrajo una enciclopedia titulada Las mujeres más bellas en el arte. Entusiasmada por andar inmersa en la organización del evento lo adquirió y al abrirlo descubrió, desde el índice, que se trataba simplemente de más de lo mismo: el lugar común de un muestrario de damas bonitas pintadas por varones.
La temática es libre, cada quien desde su creación multidisciplinaria, bajo la única condición de aportar obras recientes, de tres años para acá, que acrediten que están produciendo en territorios como la cerámica, pintura, escultura, grabado, performance, videoart, collage, dibujo.
Ángela Álvarez, Josefina Guerra y Lupe Sánchez acompañan al equipo organizador, y la curaduría general en manos del propio profe Zacarías frente a tanta mujer convocada, que resultaría excluyente nombrar a algunas y obviar a las demás.
Un país que se exhibe
Zacarías García, además de maestro, gurú del arte venezolano y funcionario al frente de la gerencia cultural, es un husmeador que pese a su extensa experiencia sigue indagando y cazando asombros. Tenía en mente la propuesta que ha venido cocinando en la medida en que se ha desplazado por los escenarios movibles del 1e Congreso, donde siempre hay mujeres organizando algo. Ese arqueo nacional le ha servido para cuestionar la seguridad que se tiene desde Caracas de la historia del arte toda, desconociendo al resto del país. Y además, reconocer que aparte de aguerridas, más fuertes y capaces de liderar movimientos, las mujeres del país maravillan.
“Como en las instituciones andamos vinculados a todo esto, estamos obligados a conocer esa realidad, y quisiéramos lograr eventos en los que esa realidad fuera divulgada, se hiciera patente, y que en el momento en que decidimos quien va a una bienal internacional tuviéramos abierto el acceso a estas creadoras que tradicionalmente no tienen esa posibilidad” señala.
Se admira con el poder de organización y resolución de quienes emprendieron la muestra. “Esto nos permite entender que las mujeres, casi por sus rutinas de vida, tienen unas capacidades que nosotros no. También es la oportunidad de que ellas comiencen a aparecer en escena como figuras que pueden liderar proyectos, porque eso también le falta al país. Tenemos una historia en la que, cuando se destaca o logra su reconocimiento una figura, puede suceder que se convierta en referencia por décadas. Entonces hay que desmantelar eso y crear muchas figuras líderes, para que esto se diversifique y ellas tengan posibilidad”. Entiende que en el juego político del país los hombres se declaren feministas, pero parece que, aparte de reconocerlas, no se ha hecho el trabajo de meterlas en la historia. Esa es la misión.
POR MARLON ZAMBRANO • @zar_lon
FOTOGRAFÍAS ALEXIS DENIZ • @denizfotografia