07/07/2023. Si se tratase de resumir todas las recomendaciones que están de moda, en cuestión de amor y bienestar, parece que podríamos decir “cuídate de los narcisistas”. Así, se denominan a aquellos que tienen conductas antisociales que van desde tener el ojo en el ombligo hasta verdaderas tendencias psicopáticas. Mirando atrás ¿quién pudo serlo más que el Enrique VIII? Rey de Inglaterra, quién diseñó una iglesia a su medida que él inventó cuando el Papa no le dio la nulidad matrimonial que pretendía, mientras frustrado por no tener un hijo varón, atacaba con todos los recursos del “love bombing” a una joven y encantadora Ana Bolena, que, para huirle se había ido hasta del país.
Su destino parece de manual. Tras desplazar a Catalina y un período de increíble intensidad, Enrique inventa un escándalo y planifica todo lo que pasará desde que se soltó ese rumor hasta que, por una espada, delante de una multitud sería decapitada. Con el paso de los siglos, historiadores mediante, parece que lo más grave que hizo Ana fue no lograr un heredero varón, que sobreviviera y le diera tranquilidad al ego de su marido, obsesionado por asegurar que su poder se extendiera más allá de su muerte.
Más rápido y fácil que deshacerse de Catalina, tuvo Enrique deshacerse de Ana. Dicen que al día siguiente o en menos de un mes, ya tenía a su lado a Juana. Así, hasta contar con seis esposas, seleccionadas y desechadas, sin mucho sonrojo. Hasta que muere y aunque había dejado un heredero vivo, su línea masculina desaparece cuando prematuramente su único vástago perece. Tras ellos, las hijas rechazadas serían monarcas. Una de ellas, Isabel, la más poderosa de todas.
Al escribir esto, pienso en el olor a humedad y tierra que han debido tener aquellas escenas; medievales, distantes, absurdas. Dignas de no haberse repetido jamás. De vuelta a mi realidad escucho cómo un fulano justifica que, durante el puerperio, se vale hacerse de otra que dé lo que la esposa no da. Al tiempo que me cuentan la búsqueda que llevó seis embarazos hasta dar con un varón y que este fue la causa por la cual, él finalmente se casó. Misma historia, sin poder ni palacio.
POR ANA CRISTINA BRACHO • @anicrisbracho
ILUSTRACIÓN ASTRID ARNAUDE • @loloentinta