14/09/23. Desde hace un buen rato ando detrás de Carlos Alberto Pérez Sánchez, amigo guitarrista, buen trovador, cantante y un gran conversador de las muchas y variadas experiencias de conocer gente muy interesante vinculada a la música venezolana.
Posee una memoria impresionante para las canciones y, sobre todo, para las anécdotas sobre muchos compositores y maestros venezolanos que ha tenido la suerte de conocer. Se nota la gran pasión que tiene por nuestra música. Debo decir que no es un improvisado aunque dice que es autodidacta. Llegó hasta hacer una prueba cuando tenía cinco años en la Escuela Superior de Música José Ángel Lamas, con el mismísimo Vicente Emilio Sojo.
En su casa es el único músico. Su madre, Angélica de Pérez, llanera, docente, y por cierto, primera mujer directora del liceo Andrés Bello, cantaba y les enseñaba a sus muchachos canciones infantiles venezolanas. Su papá, Carlos Alberto Pérez; yaracuyano, profesor de filosofía y abogado; era un melómano que le gustaba escuchar música clásica y venezolana. Ambos se conocieron en el Mácaro, estado Aragua. Su abuelo paterno tocaba varios instrumentos de viento. Y con el “tocadiscos” que tenían en casa, fue mucha la música que pudo descubrir.
En cada época siempre disfrutó de escuchar música y lo hacía en todas partes, llegando a conocer diversos géneros venezolanos tales como valses, joropos, merengues entre otros y Latinoamericanos: del altiplano boliviano, de Argentina, de Méjico, de Brasil y así. Toda esta experiencia lo alimentó e influyó en su interpretación de la guitarra, el cuatro, la mandolina y la bandola.
Entre sus influencias están: Freddy Reyna, Jacinto Pérez Anselmo López, Laudelino Mejías, Luis Felipe Ramón y Rivera y Amador Muset, por nombrar algunos. Aprender mandolina lo llevó a degustar y estudiar el fino arte musical andino y también del oriental con sus polos, estribillos y golpes, de gran versatilidad y fuerza.
La aparición de la guitarra fue un importante hito en su vida. Lo llevó a descubrir e interpretar música como el tango, las cuecas y el huapango, pero especialmente, vivió de manera intensa, el rock, el soul y el blues, esas expresiones del alma anglosajona. Figuras como Louis Armstrong, Susana Rinaldi, Elvis Presley y Discépolo se disputaban su profunda atención por muy distantes que parecieran. Y en un espacio inmenso están siempre presentes: Elis Regina, Joan Manuel Serrat, Gal Costa, Fito Páez, toda la Trova cubana, Chicago, Ray Charles, Cesaria Évora, Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, Jorge Drexler, Carlos Gardel y Alí Primera, entre muchos incontables.
De estos gigantes, ha conocido a Joan Manuel Serrat presentado por Henry Martínez, compositor venezolano, al maestro Reyna, a Don Luis Mariano Rivera, a Don Cruz Felipe Iriarte, a Don Luis Laguna, al maestro Adelis Freites y al gran Otilio Galíndez.
Básicamente, se ha desempeñado como intérprete y ejecutante de la guitarra, y ha sido acompañante de innumerables cantantes y grupos corales y de la tradición venezolana. Sin embargo ha tenido una pequeña incursión en la composición, en piezas para la mandolina. Tiene una, con letra y música, de título Bandola.
Ha participado en tres grabaciones: dos con el Parrandón de Cadafe, dirigido por el maestro Otilio Galíndez, como intérprete y ejecutante, y otro, con Las Voces Oscuras de la Universidad Central de Venezuela, sede Maracay, como instrumentista.
Por ahora, está en una etapa de estudio y de lectura, y quedó en avisarnos cuando tocaría en alguna sala de la ciudad.
Por lo pronto, les dejo sus redes sociales: Carlos Pérez y Carlos Alberto Pérez Sánchez en Facebook, Instagram, Telegram, Whatsapp, @carlophilo, correo electrónico: phaseolus2000@gmail.com
POR ROCÍO NAVARRO AMARO • epale.rocio.navarro@gmail.com
FOTOGRAFÍAS FOTOGRAFÍAS MICHAEL MATA • @realmonto