15/11/23.
“Yo soy esa
la intensa, la nada
la madre, la hija, la tía, la hermana
la esposa, la amante
la frígida, la ninfómana, la devoradora
la Doña Bárbara”.
Contundente carta de presentación de una mujer que además es poeta y lleva el asfalto de Caracas trenzado a sus pies. Terminantes sus versos, de ese extenso mea culpa desafiante que es Yo soy esa, su aporte a la antología 100 Mujeres Poetas de la editorial colombiana Nueve Editores, donde revela, sin indulgencias, a qué sabe la voz ungida de una dama arrebatada.
Buena parte del underground caraqueño le debe, por lo menos, una colita en su Mitsubishi Signo destartalado. Más de uno debió acometer la ingrata tarea de ayudarla a empujar el carro hasta encenderlo, y como pago, recibió una conversa de dos o tres horas mientras el aludido clamaba por unas birras, aunque la escuchara con gusto.
Porque Andrea Quiñones Rubio (Viña del Mar, Chile, 1971), puede dialogar por horas como en un trance, en medio de una posesión diabólica que resulta inofensiva, por el contrario, beneficiosa para quien se convierta en parte de su público y la observe desdoblarse en escena (tanto en la esquina como en una tarima) representando a ese personaje de mil caras que lleva en la cartera y que a veces sale madre condescendiente ofreciendo consejos, y otras bomba sexy de piernas alargadas y minifalda amenazante, hasta que un tipo se equivoca y va y le pide un beso.
Ni un trago, ni una calada, es ella (sus ellas) en estado puro. Actriz, directora, productora, escritora, poeta, fotógrafa, artista plástica, orfebre y quién sabe qué más. Quizás ni ella misma lo sabe porque parece estar hecha para los retos, desde que a los trece años fue pinchada por ese duende despiadado de la escritura y el arte.
En el 78 llegó junto a su familia a Venezuela, huyendo de la tiranía pinochetista, y sobre ella se juntaron las mareas del Caribe con las del Pacífico, dando pie a esa irrefrenable inquietud que la ha llevado a acumular un currículo alucinante: estudios en la Universidad Nacional Experimental de las Artes; Promoción y Gestión Cultural en la Escuela de Promotores Culturales y Dibujo y Artes plásticas, Artes del Fuego y Fotografía en la escuela Armando Reverón; productora musical de reconocidas bandas urbanas de Venezuela; directora de Patrimonio Cultural del estado Anzoátegui, cofundadora de La Puerta Laboratorio Teatral, directora ejecutiva del Centro Nacional del Disco y directora de la revista Épale CCS. Actualmente forma parte del Grupo Teatro Alternativo Sylvia Mendoza y es productora de la Compañía Nacional de Danza de Venezuela, ineludible presencia en cualquier peña literaria, desde los festivales mundiales de poesía celebrados en Caracas hasta las ferias del libro que han arropado a la capital. La editorial La Hoja de la Calle publicó su primer libro de poesía, Fantasmas de la piel y otros besos.
- ¿Cómo es eso de que no solamente no te drogas sino que ni bebes? ¿Tampoco bailas pegao?
- Creo fervientemente que las personalidades auténticas no necesitan de placebos. Las drogas ilegales no me atraen, el cigarro he intentado dejarlo, sin embargo, sucumbo de vez en cuando, pero no me controla. Ahora bien, el año pasado empecé a disfrutar del vino en salidas, culturalmente siempre ha acompañado las comidas familiares. He logrado pasar del estado sobrio al feliz, cosa que en dos ocasiones no logré porque pasaba del sobrio al vuelta leña en cuestión de segundos y con una resaca de una semana que te deja fuera de órbita. Esa es una de las razones por las cuales nunca me ha gustado beber mucho. Otra de las razones es que el alcohol genera un efecto contrario a mi estado de ánimo. Soy alegre y amistosa sin vino y con vino me da sueño o me pongo modo punk para acabar con la fiesta. Entonces sin curda y bailando pegado me veo más bonita. Bailar pegado en cualquier contexto es mi pasión, soy un cuerpo en movimiento. Con un corazón amoroso y escandaloso, el cuerpo siempre anda de fiesta.
- Al hacer un paneo por tu obra y tu puesta en escena de femme fatale, ¿es justo imaginarse que eres una devoradora de hombres?
- Mi puesta en escena en la poesía es performática, es "no teatro" aunque tenga una estética teatral, entonces ese personaje que está allí, soy yo, no es otra. No puedo controlar la percepción de los demás, si me ven como femme fatale, me parece bien, porque lo de femme fatale lo dices tú. Femme soy, y fatal, también, y bastante jajajaja, pero Femme fatale lo dudo. Soy carnívora por naturaleza divina, me encanta comer sabroso, pero carne de primera. ¿Y a quién no?
- Me consta que es más el tiempo que pasas movilizándote con tu madre o tu hija por la ciudad en tareas domésticas que descarrilada por caminos turbios del desmadre y los excesos. ¿Se acabó la época de los poetas acaba trapo, o es que eso era puro mito?
- Creo que cada uno tiene su forma de acabar el trapo. Vivo la vida intensamente y puedo amanecer de una fiesta o de un recorrido de locales y conciertos llegando a mi casa a las seis o nueve de la mañana o irme directo a la playa o al trabajo. Tengo ese aguante de energía adolescente. Afortunadamente soy productora y me va bien el organizarme para cumplir mis roles de madre, hija, novia, pareja, o en cualquier andanza y además desarrollar mis proyectos profesionales y artísticos como ensayos, montajes, presentaciones, reuniones, etcétera. Organización es la clave para vivir este viaje único y personal: la vida.
- Eres una militante del feminismo, el artivismo, la poesía, tu aporte ya va siendo prolijo. ¿Cómo quieres que te recuerden las futuras generaciones?
- Ante todo soy humanista. Creo en la igualdad de condiciones. Nunca me he planteado que me recuerden o cómo me ven, pero me gustaría que me recuerden como una persona que puede ver el talento ajeno antes que el propio, que es lo mismo por lo que lucho ahora, que cada uno pueda ver lo importante que es, que pueda lograr todo lo que quiera ser. Somos un universo y aquí cada uno puede brillar con luz propia.
- En una época Caracas se caracterizó por sus grandes narradores, desde Gallegos hasta Massiani, pero todo parece indicar que esta generación de la literatura está liderada por los poetas. ¿Te parece?
- Creo que como dijo Sartre somos nosotros y las circunstancias. Los contextos cambian, por ende cambian las personas y cambian los estilos de cómo nos comunicamos los sentires y los pensares. Esto es fabuloso para la creación artística contemporánea, que la poesía sea una posibilidad de vida y además leída es una luz en el túnel de la historia. Claro, no siempre está la luz, a veces vivir en la actualidad es vivir una retrospectiva de una obra de Molière o Balzac, eso inmoviliza, te invita a repensar, reflexionar, pero no te detiene de manera definitiva, te hace más creativo. Creo en el poder de la palabra y es maravilloso que cada uno la use en el género de su preferencia. Que no se pierda nunca el mágico poder de la palabra.
- La ecuación sexo+droga+rock and roll parece que te pega a la perfección.
- A mí me aplica amor+sexo +rock and roll.
- Eres habitual de los festivales de poesía, las ferias de libros, toques de rock. ¿No sientes que hay exceso de postureo en la escena caraqueña?
- No, simplemente respondo a las propuestas de trabajos artísticos. Terrible sería que nadie me invitara a nada o que no tuviera algo que hacer o que mostrar. Además, esto tiene una lectura interesante, si dices que hay un exceso de postureo en la escena caraqueña es que se están haciendo cosas que ver y que realmente la movida se está moviendo, o sea, no es que no estamos haciendo nada en Venezuela, realmente estamos creando.
- ¿Entre Gabriela Mistral y Teresa de la Parra? ¿Entre Mía Khalifa y la primera combatiente?
- Mi corazón es muy grande, me permite ver lo bonito de la gente. Soy mujer y respeto a todas las mujeres del mundo, pero ponerme a elegir entre Mía Khalifa y la primera combatiente es una locura que solo a ti se te ocurre jajaja. Indagué sobre ella porque no la conocía y de verdad no hay nada que hasta ahora me interese rescatar, la veo como víctima de la hipersexualizaxión y la hiperexposición mediática. De la primera combatiente rescato que es una mujer que logra lo que se propone. Entre Gabriela Mistral y Teresa de la Parra te cuento que aprendí a leer a los tres años y en mi casa estaba el libro Todas íbamos a ser reinas de Mistral, su poesía me invadió, allí había poemas que fueron musicalizados y que me enseñaron en mi infancia. Luego conocí la intensidad de Gabriela en poemas escritos a un hombre que amó. Esa poesía me enganchó y fue tarea obligada indagar sobre su obra y descubrir lo desafiante de su palabra y lo que pesa vivir con un alma inundada en el dolor, por el amor no correspondido. De Teresa de la Parra siempre me ha encantado que fue mujer de avanzada, más allá de ser lectura obligada en el liceo. Teresa, con visión de futuro luchaba por los derechos de la mujer, entre ellos la independencia económica.
- ¿En verdad hay un poderoso movimiento de mujeres creadoras en la Caracas del primer cuarto del siglo XXI? ¿Están teniendo mayor visibilidad frente al imperio del patriarcado?
- Creo que estamos en una época donde todas y todos estamos más expuestos en los medios, por lo tanto es obvio que tengamos más visibilidad ante el patriarcado y eso está bien. Sin embargo, nuestras luchas han querido ser minimizadas por estos mismos medios manejados por hombres. Hemos logrado paridad en ciertos espacios, pero pocas mujeres han logrado estar en cargos de alto nivel o encargadas de proyectos donde la toma de decisiones no esté direccionada por hombres, porque vivimos en una sociedad machista y hemos naturalizado eso, al igual que la violencia machista física y sicológica. Un ejemplo sencillo: esta sociedad es tan machista que me han dicho que manejo como un hombre para decirme que soy tremenda piloto. En mi adolescencia me sentía orgullosa por ello, ahora ese comentario es el punto de una conversación seria y profunda.
- Un modelo a seguir.
- Honestidad, paz, amor, justicia, solidaridad, empatía, sororidad, responsabilidad.
- Comida favorita.
- Como de todo, sin pena y sin vergüenza.
- Tu hombre ideal.
- Un hombre con la valentía de amante. El amor lo puede todo y el corazón siempre sabe.
- Una novela que veías en los ochenta.
- Mis padres eran súper rígidos, me dejaron ver novelas a los dieciocho, porque su contenido no era para niños no adolescentes, cosa que ahora les agradezco mucho. Sin embargo, estando en Chile con seis años llegué a ver con mi abuela materna, Aída, Doña Bárbara y ella me decía, en poco tiempo te irás a esas tierras, y así fue.
- ¿Dónde hiciste el amor por primera vez?
Todo comenzó en el mesón de cocina de la casa de mi novio, mientras su mamá y sus hermanos estaban en un cumpleaños infantil. Nos dejaron una casa inmensa para nosotros solos, pero nosotros teníamos hambre y nos quedamos en la cocina jajaja. Nos dijeron: No se vayan a portar mal. Nos portamos bien, pero lo hicimos mal jajajajajajaja.
- ¿Te sientes más venezolana que chilena?
- Pasé muchos años en conflicto por no sentirme ni de aquí ni de allá. Cuando voy a Chile, mi familia me presenta como la sobrina, la prima venezolana, y cuando estoy aquí nadie me considera chilena. Me siento dividida, y ahora lo veo como una virtud. Amo a Chile, allí está casi toda mi familia y muchas veces me invaden los recuerdos alegres con mucho dolor. Amo a Venezuela, me ha dado todo. Me ha dado hijos, sobrinos y mi núcleo familiar más cercano se mantiene en esta hermosa tierra. Puedo morir en cualquier parte, pero viviendo en Venezuela.
POR MARLON ZAMBRANO • @zar_lon
FOTOGRAFÍAS MAIRELYS GONZÁLEZ •@mairelyscg27